Estos gélidos días me recuerdan a aquellas jornadas de trabajo intenso en la parcela al lado de mis hermanos y mi padre. En aquél entonces no había precios de garantía y los coyotes no tenían tantas mañas como los de ahora que se esconden en las enaguas de los gobiernos federal y estatal. Eran tiempos de trabajo, de jornadas cortas, pero heladas; desde las 4 de la mañana hasta la salida del sol.
Los productores se encuentran ahora en encrucijadas difíciles de entender, pero habrá que entrarle a la modernización del campo, a esa reconversión productiva que en sexenios anteriores no tenía ni pies ni cabeza y que ahora, en la actual administración, parece ser que ya se le ven los pies, lo que pudiera interpretarse como que “el muchachito viene al revés”, ojalá y no se les vaya a morir.
Le decía de los tiempos helados, aquí en la capital se siente sabroso el frío, pero en los campos frijoleros, los que siembran y producen el frijol, hacen como vulgarmente se dice, changuitos para que no se vaya a dañar el frijolito, porque si ya hubo días de lluvia, han llegado ya los días de fríos y hasta ahorita las dependencias del sector agropecuario no han abierto la boca para informar de daños registrados, si los hay o no los hay, y es que así lo que podemos “leer”, es que no quieren alertar al coyote de las condiciones en que se encuentra la cosecha, que se estima habrá de ser superior a las 320 mil toneladas.
Y en cuanto al precio, el dilema sigue, persiste. No se define si será entre los 8 o diez pesos por kilogramo y los campesinos azuzados por sus líderes, piden a voz en cuello les equiparen el precio del grano a lo que vale el precio de un litro de diésel. El tironeo empezó el lunes pasado y unos días antes en el Congreso de la Unión; allá en San Lázaro se reunieron funcionarios federales y estatales de los estados de Durango, Chihuahua y Zacatecas, principales productores de esta oleaginosa y en conjunto, los tres, esperan una cosecha superior a las 650 mil toneladas, insuficientes para cubrir la demanda nacional.
Para que el campesinos pueda ver la suya, quienes tienen esa responsabilidad de comercializar o de buscar los canales, aquí y allá, para vender el frijol, lo tienen o lo tendrán que hacer con la mayor de las responsabilidades, de tal manera que el que siembra obtenga una utilidad agradable pues, y, el que comercializa, lo haga de tal forma que no le pegue a la bolsa de la cocinera, que es la que al final de cuentas sufre los golpes de la inflación. Sube los precios de los artículos de la canasta básica, suben los precios de las gasolinas, de los insumos e implementos para el campo, pero, ahí está el pero de siempre, los salarios se quedaron “en el avión”. Ya las mujeres no quieren ir al mercado de abasto porque “no tiene sentido ir por unos cuantos jitomates, chiles y cebollas, porque ya no les alcanzará para acudir a la tiendita de la esquina por el litro de leche o por la coca cola”.
Una economía que se siente abandonada requiere de una cirugía mayor, y más ahora que esos efectos, resultado de los últimos acontecimientos sangrientos, habrán de reflejarse en los procesos electorales cercanos y a ello, péguele usted la renuncia de El Tata Calderón a su partido, al partido de la revolución democrática. Ese sí que fue un golpe demasiado duro, no esperado por los que integran la dirigencia nacional, por los que conforman las famosas tribus.
No habrá desbandada en el amarillo porque no tienen a donde irse. Esa crisis de partidos existente desde hace ya varios inviernos, no tiene visos de pronta solución y la credibilidad de la sociedad en los institutos políticos ha venido en franco descenso, así que quienes aspiren a ocupar un puesto de elección popular, deben de meditar, de ver bien los árboles del bosque y sobre todo, ver más allá de sus narices porque ya no todo es color de rosa.
En esta entidad que nos tocó nacer, la rutina sigue, el show debe continuar. El progreso de Zacatecas sigue a la espera de pasos más grandes y en el ámbito músico cultural, los fresnillenses deben de sentirse orgullosos porque en la bizarra capital, se ha inaugurado un museo más, el del compositor de múltiples obras musicales, Manuel M. Ponce. Allá en El Mineral, Don Manuel M. Ponce también tiene su museo. Vamos a ver cuál funciona mejor, ¿digo, no? Hay que ver quiénes y cuantas personas visitan uno y otro.
Para cerrar, los diputados siguen con sus informes legislativos. Ayer, Lupita Medina Padilla y ya en días anteriores un buen número de legisladores han llevado a cabo sus informes. Para el sábado, el perredista Iván de Santiago Beltrán cumplirá con esa enmienda allá en su tierra natal, Villanueva, de la que alguna vez fue presidente municipal y el mismo sábado pero en la capital del estado, el ex rector y ahora diputado por el Partido del Trabajo, Alfredo Femat Bañuelos, rendirá dicen, su primer informe como diputado local ante las huestes que votaron por él.
Hasta aquí mi comentario, nos veremos en la próxima entrega. ■
