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sábado, 4 mayo, 2024
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Política – Demagogia

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Por: RENÉ LARA RAMOS • admin-zenda • Admin •

El tiempo electoral se agita y agota: está en juego el relevo institucional en posiciones y puestos, necesarios para operar como Estado, Universidad, Municipio, Congreso Estatal, Ayuntamiento, Unidad Académica, etc. La convocatoria a elegir, guarda relación con el decidir, mediante el voto ciudadano o universitario, la nominación de las personalidades que ocuparán los puestos de las instancias de decisión y operación del Estado de Zacatecas, y las propias de la Universidad Autónoma de Zacatecas, obligados sus actores a hacerlo, con la legalidad y paz cívica y académica, necesarias para que las actuales autoridades, al salir, entreguen la información respectiva del estado que guardan dichas entidades al término de su gestión, cuyos actuales titulares están obligados a proporcionar. Muchos funcionarios lo hacen desde hoy, aunque el proceso formal culmina al momento de rendir los respectivos últimos informes, el Gobernador, los Presidentes municipales, el Rector de la UAZ o los directores, todos ellos, desde hoy, deben disponer todo lo relativo al respectivo proceso de entrega recepción. No es lo mismo entregar o recibir una Presidencia Municipal, que el Gobierno Estatal o la Rectoría de la UAZ, un Ayuntamiento, un H. Congreso o el H. Consejo Universitario y sus respectivas instancias de Unidad, etc.

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¿De qué trata todo eso? En el momento próximo a terminar como autoridad y salir, de hacer caso a lo que indica un complejo concepto, alojado en una palabra, plena de sentido: Democracia, como capacidad de elegir, gobernar o autogobernarse, rectorar, o transitar y también de dejar de ser y hacer, para que otros “electos” sean y lo hagan. Eso concreta lo que toda elección pone en juego: someterse a una sanción obtenida, mediante la reflexión y el voto: fundante del  hacer en esas esferas públicas, el Estado o la UAZ, cada cual con su especificidad, aunque coordinadas y conectadas ambas por una instancia superior: el H. Congreso del Estado, el H. Consejo Universitario o los H. Ayuntamientos o los Consejos Académicos, infraestructura de organización y decisión, con que operan el Estado y la UAZ, para concretar el gobernar y el autogobernar. “Gobiernos” obligados a funcionar con base en la participación de ciudadanos o de universitarios, sujetos de elección o designación, según nivel de responsabilidad.

Ambas, tratan de servir como instancias públicas viables para funcionar y cambiar, por una razón: la sociedad y la gente cambian, y su entorno: más ahora, cuando se genera y dispone de más información, para no rezagarse, sino anticiparse en asumir, probar u operar, con posibilidades nuevas. Y lo deseable: ser instancias generadoras de diferencias con sentido de mejora y desarrollo, para todos se trata de eso: insistir en mejorar, con la acción de los gobiernos o mediante el ejercicio de las distintas directividades, incluidas las universitarias, para evitar deterioros humanos o sociales o lo peor: humanos, políticos, culturales, etc.

Vaya paradoja: el poder está en nuestras manos y a la vez no lo está, por estar en las manos y mentes de nuestros representantes, aunque no todos hayamos votado por ellos: las votaciones deciden. Concurrencia a las urnas, mediada por campañas y lo que ocurre entre un proceso electoral y otro, con capacidad para generar para el público ciudadano la ilusión de que participa, aun dentro de una realidad en la que ni siquiera sienta políticamente participar por la acción de los medios que tratan de ocupar su mente, con el ofrecimiento de banalidades televisivas o radiofónicas y así ocultar el poder que se tiene para intersectar la reproducción del orden social, aun eventualmente.

Los procesos electorales suponen poner todo en vilo, lea, si no, la nota del 25 de abril de 2016, de Martín Catalán Lerma en La Jornada, Zacatecas:

“David Monreal Ávila y Andrés Manuel López Obrador, del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), firmaron un acuerdo con más de 3 mil maestros zacatecanos para cancelar la Reforma Educativa, mismo que tendría efecto luego de ganar la gubernatura del estado y la presidencia de la República respectivamente.

El acuerdo señala que Morena se compromete con la instauración de un Programa de Transformación Social y Educativa mediante el cual se promulgará en Zacatecas una nueva Ley de Educación y se tendrá coordinación con el magisterio para mejorar la calidad de la enseñanza, combatir el analfabetismo y garantizar el derecho a la educación gratuita.”

¿Qué es eso? Ilusión o demagogia, los antedichos actores políticos, esperan o imaginan  recibir a cambio de eso, muchos más votos de los “acordados” 3,000.  Cantidad que no suena mal como transacción para David Monreal Ávila y Andrés Manuel López Obrador, ni para su actual organización, el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). Pero, más allá de la propaganda y ambición política de ambos actores, ¿es legal esa transacción? ¿Tal “acuerdo”, se acompaña con las copias de las credenciales de elector de cada uno de los 3,000, para los archivos de Morena y son constancia de que existió? O es un recurso propagandístico sin implicaciones con la legalidad electoral. ¿Con qué imaginación e inteligencia políticas, consideran a los zacatecanos, como para hacer una cosa así? Castillos en el aire, demagogia, dirían en Grecia, “como criterio de demarcación”, política. ■

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