La batalla de Zacatecas se puede leer como un acontecimiento de choque de las fuerzas del antiguo régimen que se pertrechan en las alturas (del cerro) mientras son atacados por las tropas de la revolución popular. Una batalla brutal. La primera pregunta es, ¿cómo llegó Huerta al poder?, es evidente que el hecho fue una traición a Madero, pero ahí está justamente la cuestión: ¿cómo es que Huerta pudo traicionar a Madero? Pues porque Madero lo convirtió en su hombre de confianza. Es sorprendente, ¿cómo fue posible que Madero haya gobernado con los agentes del antiguo régimen? Los que, como el alacrán de la fábula, terminaron matándolo. En suma, observamos tres actos en la historia que lleva a la batalla de Zacatecas: (1) la lucha de Madero para llegar al poder por vía electoral, (2) la decisión del presidente de gobernar con los agentes del antiguo régimen, y (3) la traición de estos últimos y el choque con las fuerzas populares levantadas en armas. ¿Estos signos se pueden repetir?
Como el embrujo del eterno retorno, parece que en México tenemos el samsara de la historia de la Revolución Mexicana. El régimen neoporfirista (neoliberal) es derrotado por un movimiento popular encabezado por AMLO, que desata enormes expectativas de transformación social; luego vienen cambios en la ruta original por la captura del este por parte de agentes del antiguo régimen: ortodoxos que orientan la economía y la mantienen en el neoliberalismo, caciques regionales que se adueñan del ‘partido de la esperanza’, verdes y líderes priístas conversos de oportunidad. El siguiente paso es la creciente inconformidad por los efectos de un gobierno sin resultados que asfixian a la población, como la inseguridad que inunda los pueblos de sangre a manos de grupos terroristas, la pobreza que no deja de ser crónica y los temas sentidos abandonados, como el campo, educación y salud. Dicha inconformidad creciente es (oh paradoja) potenciada por el conservadurismo neoporfirista. Si el intento de las fuerzas del antiguo régimen tiene éxito, matarán el intento de renovación y cambio. El asesinato de la esperanza por actores del interior del gobierno y desde la más rancia derecha en su exterior (decena trágica).
Si ocurre el escenario descrito arriba, tendremos un país en polarización excesiva, los sectores populares desesperados por la asfixia y las fuerzas del antiguo régimen que se pertrecha arriba. En ese escenario, pueden chocar como en otra batalla de Zacatecas. Y reiniciar otro ciclo.
La historia no repite acontecimientos, éstos son únicos e irrepetibles. La historia repite signos. Y ahora parece que se reedita el signo de Madero que llega al poder, se alía con los antiguos porfiristas, cae la esperanza y viene el choque de trenes rumbo a La Bufa. En nuestro pasado podemos encontrar un espejo de los signos del futuro.
