Monte Escobedo, Apulco, Villa García, Loreto, Villa Hidalgo, Cuauhtémoc, Melchor Ocampo, Mazapil y Tepetongo son de los municipios que se quedaron sin policías preventivos producto de la acción homicida y las amenazas del crimen organizado. El poder corruptor de las organizaciones delictivas hace ver su suerte a la estrategia de seguridad zacatecana y en otras partes del país que llevan años de conflicto. Desde la incorrecta estrategia de Felipe Calderón se supo que meter a las policías municipales en el mismo esquema de todas las corporaciones de seguridad encabezadas por el Ejército ha mostrado no sólo su error, sino su cara macabra. Los errores de la estrategia se convierten en cadáveres, así de delicado es el tema. Se ha dicho hasta el cansancio que los municipios no son espacios para la policía militarizada: o los exponen a ser asesinados como conejos o los exponen a la cooptación.
Hay tres grandes modelos de la seguridad: la seguridad nacional, la pública y la ciudadana. El enfoque del gobierno se trasladó a la nacional, por ello y también ante la falta de reclutas, trasladó a miles de soldados a la Guardia Nacional que avanza, no con la velocidad deseada, su presencia territorial en el país. Así las cosas, todo parece indicar que a los ciudadanos, especialmente de los municipios alejados a la capital, les queda auto organizar la seguridad ciudadana. Son dos objetivos que deberemos tener los ciudadanos: (1) autoproteger nuestros lugares de vivienda, y (2) disminuir o eliminar el ejército delincuencial de reserva. Con el primer objetivo podemos disminuir la posibilidad de que las personas de nuestra comunidad cercana sean víctimas de la delincuencia; esto es, con la autoprotección vecinal se disminuye la victimización. Con el segundo objetivo se logra que las organizaciones tengan el poder de fuego y el riesgo de enfrentamientos que ahora tienen: al no contar con repuestos de los caídos, los grupos delictivos cambian su lógica de actuación de mayor cuidado de la vida humana, provocando con ello la disminución sensible de la violencia. Estos objetivos no los tiene la Estrategia Nacional de Seguridad porque no está centrada en la seguridad ciudadana.
El nivel de gobierno que tiene la posibilidad de implementar los objetivos arriba señalados es el municipio. Si los municipios se deciden a actuar juntos para implementar un modelo de este tipo, podrían marcar la diferencia. Pero también puede ser iniciativa de organización ciudadana. Cuando los gobiernos no tienen voluntad de resolver los problemas porque están centrados en sí mismos en el autismo político, la organización ciudadana debe ser la respuesta. Ahora bien, la iniciativa ciudadana tiene muchas expresiones: organizaciones vecinales, observatorios, tribunales de obras, redes de política u organizaciones sociales tradicionales. La cosa es cómo las diferentes formas y temas de organización ciudadana se articulan. Ese es el quid del asunto. Lo cual no es nada fácil. Supone una serie de capacidades en la sociedad civil, como capacidades relacionales, de agencia y de iniciativa que no observamos aun en la misma. Pero recordemos que la organización civil nace de la nada. El hartazgo mueve montañas. Gobiernos inútiles de políticos demagogos generan vida en la sociedad fuera de los partidos y en Zacatecas la nueva gobernanza, por sus hierros, sólo está motivando a la organización de los olvidados.
