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domingo, 5 mayo, 2024
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México y la desmemorización

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Por: Víctor Santa Rita Villa •

Una de las pifias más corrientes en estos días, ha sido la de Lorenzo Córdova, presidente del Instituto Nacional Electoral, quien de una forma por demás estúpida e ignorante, hizo mofa y discriminación de los pueblos chichimecas y otomíes del país en una llamada telefónica, más concretamente de aquellos que habitan en el estado de Guanajuato. No obstante, lejos de considerarse como una falta de gravedad, por parte de un servidor público, que debiera no sólo tener en consideración y respeto a todos los pueblos originarios, sino además agradecimiento hacia ellos y en general a los mexicanos, por tener un cargo muy bien pagado, el señor Córdova, montado en su plan de junior, lactante del erario, haciendo alarde de un berrinche descomunal, en la rueda de prensa en la que se supone se disculparía, señaló que la falta realmente grave es el “espionaje” del que ha sido “víctima”; demostrando que lejos de sentir arrepentimiento alguno por lo que él calificó como “desafortunadas declaraciones”, su molestia y berrinche se dirigen al hecho de haber sido atrapado y evidenciado por una actitud que debería ser considerada como una falta suficiente no sólo para abandonar el cargo, sino para vetarlo de la posibilidad de ejercer cualquier otro puesto de esta naturaleza.

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Sin embargo, la ralea política es abundante en lo que a estos especímenes se refiere, pareciera ser requisito fundamental, carecer por completo de amor y respeto hacia los mexicanos y en específico hacia los más desprotegidos. Numerosos son los casos de “servidores públicos” que han hecho demostraciones deleznables de discriminación hacia los pueblos originarios, aunque basta con observar algún mitin político para percibir que cualquier individuo de estos, siente profunda incomodidad al estar cerca de la gente, que aunque útil en votaciones, nunca más será visitada y mucho menos tolerada en la cercanía de los que se consideran a sí mismos como la “neo-monarquía mexicana”. Retumban declaraciones de esta naturaleza, como “yo no estoy aquí para servir, sino para seguir órdenes” en instituciones como la Seduzac, en el estado de Zacatecas, cuando cierto contador, con ínfulas de tirano, sobre todo con las docentes, se deslindara de sus responsabilidades a la hora de resolver algún asunto relacionado con sus trámites, detenidos, por quién sabe qué influjo, en la maraña burocrática, que lejos de agilizar los numerosos títulos de escuelas extranjeras, se vieran obstaculizados por los mismos, demostrando que no importa cuántos títulos de estas escuelas se tengan ni lo costosas que sean, la calidad humana no se compra, ni se estudia, sino se inculca y estos “juniorcillos” consentidos, nunca la tendrán pues fueron criados para servirse de la gente.

Lo más preocupante de este tipo de desagradables hechos, es que no sólo pasan desapercibidos, sino que, lejos de llegar a oídos de todos, son olvidados, incluso por los más afectados. No hay forma más sencilla de segar una voz que hacerla gritar en los oídos de los mexicanos. Muchos hechos que en cualquier país del mundo habrían sido suficientes para no nada más reconsiderar el sistema gubernamental, sino para colgar de los pies a los “funcionarios” involucrados, han pasado a ser “uno más” de la larga lista de hechos vergonzosos y lo peor, dichos personajes no sólo andan libres, también aspiran a ostentar cargos de más peso y poder, como si el requerimiento principal para cualquier cargo de gobierno sea la carencia de moral y la disposición a vender hasta a sus madres. Claudia Pavlovich, diputada local en ese entonces, quien no sólo abogara por los dueños de la guardería ABC, sino que también moviera sus influencias para que el caso quedara impune, hoy es senadora y se promueve como candidata a gobernadora de Sonora. De la misma manera, el “cambio” de ideologías tampoco se castiga, hacia ningún lado, se puede ser un derechista consumado y con un simple discurso direccionado a pugnar por el “bien común” ya inviste a cualquier pelafustán de un traje de paladín de izquierda o viceversa.

El gobierno y sus esbirros le apuestan como siempre a la desmemorización de los mexicanos, no hay hecho, por violento, desgarrador o dañino que el bombardeo mediático, los contenidos aberrantes y el endeble criterio, derruido por años, no pueda archivar en el baúl de la vergüenza.

Los mexicanos nos debemos mucho a nosotros mismos y a nuestra dignidad. No es posible que individuos como Manlio Fabio Beltrones lleven más de 30 años viviendo del erario, dilapidando patrimonio y derechos que a todos nos conciernen y que lejos de pensar en retirarse, esté heredando a sus engendros sus cargos y negocios al interior de las Cámaras legislativas de la nación. ■

 

No es posible que sigamos tolerando tanto.

 

*Profesor de primaria y disidente

 

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