■ Wilbert Torre presenta su libro El Despido, que narra la salida de Carmen Aristegui de MVS Radio
■ Los mexicanos tienen que empezar a sacudirse la apatía y organizarse, inconformarse en las redes
“Si el Estado cierra medios de comunicación, ¿por qué los ciudadanos no abrimos otros que sean alternativas?”. Con esta reflexión y asegurando que lo importante no son los políticos ni los periodistas, sino la sociedad, el comunicador Wilbert Torre cerró la presentación de su libro El Despido, ayer en Zacatecas.
En su texto, escrito en tan sólo 37 días, el autor narra la salida de Carmen Aristegui y de su equipo de investigaciones del noticiero Primera Emisión de MVS Radio, después de la publicación del reportaje de la Casa Blanca, del presidente de la República, Enrique Peña Nieto.
En la ronda de preguntas y respuestas, Torre destacó la necesidad que hay en el país, ante la situación actual que se describió con las palabras de la propia Aristegui como un momento en el que se respira un “vendaval autoritario de regresiones”, de que la sociedad defienda a las voces críticas.
Los mexicanos, señaló, tienen que empezar a sacudirse la apatía y organizarse, inconformarse en las redes sociales y salir a la calle para respaldar a los medios, periodistas, activistas y demás ciudadanos que sufren en su contra actos de censura.
Consideró que, en el caso de Carmen Aristegui, “desafortunadamente en este país y régimen no habrá un solo concesionario de medios que le abra las puertas”. Por ello, recordó la recomendación que el periodista ya fallecido Miguel Ángel Granados Chapa le hizo a la comunicadora cuando fue despedida por primera ocasión de W Radio.
Esta propuesta se basaba en recurrir a la sociedad. El planteamiento fue: “hagamos un cochinito, pidamos un peso a cada persona que está de acuerdo con que este país necesita cambiar”; y concluyó que Aristegui “creo que debería seguir esta ruta, por lo pronto, mientras se abren los espacios. Pero sólo a ella le corresponde decidir”.
Aunque de esta forma, insistió Torre, se lograría financiar un proyecto independiente, crítico, que investigue, que esté más lejos del poder y más cerca de la sociedad. La importancia de impulsar una idea de estas características se hace más evidente al analizar el panorama mediático actual.
La salida de Carmen Aristegui del aire sumió al país en una “trágica falta de equidad”, pues ahora “uno se tiene que tragar una sola versión porque no hay de otra”. En México, expuso, proliferan los periodistas que forman parte de la “mafia del poder”.
Por tanto, consideró que el periodismo nacional atraviesa una situación extremadamente delicada donde no sólo hay medios de comunicación “absolutamente alineados con el poder”, sino que los que no siguen esta línea están aislados como Carmen Aristegui y la revista Proceso, por ejemplo.
Previo a la intervención de Wilbert Torre, dio un mensaje el jefe de Información de La Jornada Zacatecas, Carlos Alberto Navarrete, quien destacó la necesidad de enfocarse en el periodismo de investigación como el futuro de esta profesión, pues son estos trabajos los que más incomodan al poder por ser irrefutables.
No obstante, apuntó que es necesario que los directivos de los medios tomen conciencia de esta importancia ya que consideró que por el momento no hay interés de su parte debido a que es un periodismo difícil, costoso y que requiere tiempo, lo cual choca con la inmediatez acostumbrada en el medio.
En este punto coincidió el autor de El Despido. Wilbert Torre advirtió que los dueños de los medios de comunicación no están interesados en apostarle a una mayor profundidad en los temas. Por ello, en México, “el periodismo de investigación está en estado de extinción cuando ni siquiera ha existido”.
Consideró que son esos trabajos los que penetran en la sociedad y fue precisamente el tipo de periodismo que provocó el despido de Carmen Aristegui y de su equipo de investigaciones. La mordaza que se ha puesto en los medios críticos y periodistas independientes hace que una palabra sobresalga para definir el futuro de esta vertiente de la profesión: Resistencia, señaló Torre.
El periodismo debe ser un vehículo para que la sociedad tenga acceso a la realidad que se vive, comentó el autor de El Despido, para que se pueda generar una conciencia crítica e empezar a impulsar las modificaciones que se requieren.
Por eso comentó que, “a pesar del establishment, de los grandes medios, las telenovelas, llega un momento en que los grandes cambios son inevitables”.
La presentación de El Despido inició con la lectura del último mensaje que dio al aire Carmen Aristegui, en el que se aseguraba que no tenían derecho a la claudicación y que esa batalla que empezó era por la libertad. El evento, igualmente, terminó con una lectura.
El director de La Jornada Zacatecas, Raymundo Cárdenas Vargas, se despidió con la carta que más de 400 artistas e intelectuales enviaron esta semana al presidente Enrique Peña Nieto.
En ella, se exigió el esclarecimiento del asesinato de cinco personas en la colonia Narvarte del Distrito Federal, entre ellas el fotoperiodista veracruzano Rubén Espinosa, y el término de la impunidad en los casos de agresiones contra periodistas en México; un mensaje que, en suma, exigió el cese de la “censura a tiros”.
