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martes, 30 abril, 2024
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UAZ: la promisoria perspectiva de su extensión cultural

■ Alba de Papel

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Por: ALMA RITA DIAZ CONTRERAS •

El extensionismo como proceso inherente a la Universidad sigue siendo un proceso inacabado, con pendientes urgentes de mayor presupuesto, regulación de plazas para sus promotores y artistas, establecimiento de canales de comunicación acordes a su envergadura, como radio y televisión públicas propias; así como una infraestructura cultural digna que de paso a una difusión integral.
Desde su fundación hay registros de su responsabilidad para conectarse con la realidad social de su entorno, que a través de la investigación y la práctica educativa ha buscado responder a las demandas de la sociedad, una que es cada vez, más vulnerable y caótica.
No obstante, a pesar de contar con agrupaciones, talleristas, escritores y artistas notables, la inercia ha marcado a varios rectorados del pasado inmediato, que han ignorado el potencial de posibilidades que tiene la Universidad para diseñar una política transversal en materia cultural que la sacuda del tedio y la inactividad, y la reoriente hacia la comunidad.
Un polo negativo que, en algún momento de su devenir, pudo mostrar un lado inexpresivo y rígido por su tímida interacción con la cultura, aquella que pasa de ser meramente instrumental para convertirse en cultura dinámica al servicio de la sociedad, que es lo que realmente se requiere.
En este sentido, llama poderosamente la atención que el nuevo rectorado 2021 – 2025 tenga por bandera institucional el slogan “Somos arte, ciencia y desarrollo cultural” porque asume un compromiso de diálogo de adentro hacia afuera y viceversa para resolver no sólo la problemática educativa a través de la mesura y la gestión, sino que estratégicamente a través de la cultura, busca una conexión con su alumnado y su planta docente, para extenderse más allá y hacerse visible con compromiso social.
Al parecer, así ha despuntado silenciosamente el Programa Transversal de Extensión, Creación y Difusión Artística de la Universidad Autónoma de Zacatecas, quizá sí con el apoyo de sus jefes inmediatos, pero el trabajo de hormiga que ha realizado Verónica Dávila Navarro, es necesario connotarlo, tanto por la humildad con el que lo ha realizado, como por la tenacidad que ha mostrado para lograrlo.
Para muchos está en la memoria el maestro Armando Adame Domínguez (San Luis Potosí, 1948) quien marcó un hito en la historia de la extensión cultural y dio sentido ético a la Universidad Autónoma de Zacatecas en relación con otras instituciones y estados de la República para la cooperación, el diálogo y el reconocimiento de la diversidad cultural. Su trabajo sentó un precedente en la historia del extensionismo cultural en Zacatecas.
En distintos episodios de la vida universitaria, quienes han ocupado ese cargo, de alguna forma han luchado por remontar y alejarse de la precariedad financiera y el tedio que posiblemente ha lastimado a los grandes artistas que circulan en su infortunada nómina. Cómo no recordar a Rosario Carlos, la primera mujer en ostentar esa responsabilidad y la lucha que realizó por mejorarlo.
Expresado así, el mérito se orienta a la ojiverde dama del acordeón, que ha hecho un trabajo intenso de movilidad artística en las unidades y preparatorias, pero no sólo eso, también los artistas universitarios han cubierto presentaciones en rancherías y comunidades que, de algún modo, nos recuerdan la ideología vasconcelista de acercar la universidad al pueblo.
Intercambios de alto nivel, conversatorios, diplomados y un ambicioso programa de talleres en el verano de junio 15 al 31 de agosto se ofertan a la población en un ingente abrazo comunitario para reconciliarnos con la vida.
Los expertos de distintas latitudes del mundo hablan de la importancia de las universidades como laboratorios del arte y la cultura en contacto directo con la realidad social que se vive, señalando categóricamente, que son ellas, la respuesta a la crisis cultural que viven las sociedades modernas, y que son mucho más que un paliativo del ocio productivo, ya que son agentes del cambio y la sostenibilidad.
La Universidad Autónoma de Zacatecas pareciera que está trazando ese camino y convendría que resignificara sus alcances, consciente de su poder transformador, en la Entidad, es la única universidad que ha mostrado interés y la sensibilidad para hacerlo con responsabilidad social.

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