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viernes, 26 abril, 2024
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Sexto Informe de Gobierno: ¿y las bibliotecas?

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Por: EDUARDO CAMPECH MIRANDA* •

La Gualdra 257 / Bibliotecas

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En el sexenio de los logros inconmensurables, de las palabras hechas acciones, de los compromisos cumplidos; en el jolgorio que da el placer y la satisfacción de haber cumplido las metas propuestas, las bibliotecas públicas siguen en el anonimato. Nadie habla de ellas porque nunca se planteó en este agonizante sexenio una política hacia las mismas. Las bibliotecas públicas: esos montones de libros (más de tres toneladas diría alguno) ordenados y organizados para que la ciudadanía los encuentre como por ósmosis: ya lo dijo La Diosa de la Cumbia: “Hay que leer: ¡Vamos por un libro!”.

Mmmmm, ¿y cuál libro será el adecuado?, ¿acaso ése que dice cómo reparar televisores de transistores?, ¿o ese otro que aún muestra la división geopolítica de los años ochenta, o aquél que todavía contempla al Sistema Solar con nueve planetas?, ¿cuál leería la cantante tropical?, ¿la biografía del Estilista de las Estrellas (Alfredo Palacios)?, ¿Historias de Cronopios y Famas? (por aquello de las Instrucciones para cantar). ¿Cuántos centavos –no pesos- aportó el gobierno estatal para la adquisición de nuevo material? “Pa qué, si naiden lee”, dirán algunos connotados líderes populares. Y esa demanda se hará eje rector de una política pública infame.

Si usted, amable lector, considera que estoy escribiendo esto desde la racionalidad hepática, lo invito a que se mire los informes gubernamentales. Descárguelos y ábralos. Acto seguido, busque las palabras biblioteca pública. Así: pública. Porque si deja solamente el sustantivo se va a encontrar con un montón de acciones a favor de recintos de esta naturaleza: el de la Casa de las Artesanías en Tacoaleche, los de los penales penitenciarios, por ejemplo. ¿Y las bibliotecas públicas? Bien, gracias. Buscando la manera de atraer asistentes para revertir la tendencia en las estadísticas (al final lo que importa son los números: ¿cuántos entraron a la biblioteca en esta última hora? Como ocho, pero seis iban al baño y uno a las computadoras. –No importa, lo que nos interesa es SUMAR.

¿Sigue sin creerme?, las próximas semanas analizaré algunos indicadores. ¿Cómo estamos en comparación a…? ¡Nosotros mismos! Tenemos una cobertura aceptable en la relación población/bibliotecas públicas. Pues sí, pero ello obedece a factores ajenos a una política bibliotecaria estatal. Dejaron ir una gran oportunidad: desarrollar las bibliotecas (en todas sus aristas) para resarcir el tejido social (con lo pomposo y mamuco que esto signifique); para hacer de las bibliotecas un nodo de desarrollo comunitario.

Ahora se vienen cinco años de una nueva administración. También tiene esta oportunidad en las manos. La clave está en dejar de concebir a la biblioteca como un almacén de libros (y todo lo que ello implica), valorar el rol social que cumple, dejarla de concebir como ese cómodo lugar para pagar favores políticos. Todo eso y más está en las manos de quienes proyecten el horizonte en el próximo lustro.

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/257

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