Desde los primeros años de la década de los 70, la Escuela de Economía se concibió como un polo crítico al interior de la Universidad. La propia conformación de su plan de estudios, que tenía a la Crítica de la Economía Política como eje articulador, se posicionó como un centro de saberes con el marxismo como columna vertebral. Semestres completos con estudios de El Capital, historia del capitalismo y marxismo, pretendían ser la base para egresados que ejercieran acción crítica en la sociedad contemporánea. En los años de inicio de la escuela, coincidió con una gran efervescencia ideológica que vinculó a la comunidad de esta escuela con los movimientos populares en torno al reparto de tierras, fundación de asentamientos humanos y nuevos centros de población. El movimiento campesino zacatecano es impensable sin la intervención de los profesores y estudiantes de la escuela de economía. Y dado que la Economía Política servía de poco para incorporarse en las labores del sector público o el privado, dicha facultad dirigía una parte importante de sus egresados a la enseñanza, especialmente en el bachillerato, con lo cual, contribuyó a orientar los estudios de los jóvenes en la ruta crítica.
Sin embargo, a lo largo de los años, los cambios han sido intensos: han modificado varias veces su plan de estudios, han extendido sus perspectivas sobre todo en la investigación. Empero, la función de la vinculación es una meta pendiente, su presencia en la sociedad se ve claramente pequeña. Además, con la actual modificación de los estudios, donde el antiguo peso de la Economía Política es dinamitado y sustituido por materias más vinculadas al terreno laboral en el sector público y el empresarial; lo cual está bien, pero es preocupante que se eliminen las materias que hacen pensar a los estudiantes: los fundamentos teórico-filosóficos de la economía y la historia están siendo borrados del plan de estudios. Sería una lástima que cayeran en manos de la ilusión neoliberal y perdieran su perfil crítico.
Es innegable que en Zacatecas requerimos de una Unidad Académica de Economía muy comprometida con el estudio de la realidad zacatecana en sus diferentes regiones y sectores; por tanto, se necesita que incrementen sus investigaciones por regiones del estado y se vinculen con estudios en torno a políticas públicas. También su programa de docencia necesita mejorar su calidad, pero sin renunciar al pensamiento abandonándose a la pura técnica económica. Y una cosa más: es esencial que esta escuela genere espacios de vinculación con la incubación de la pequeña empresa zacatecana, y con ello, construyan un espacio pequeño pero ejemplar en la generación de los empleos para los jóvenes. Son muchos los retos para la Unidad Académica de Economía. Esperamos que en el cumplimento de este ciclo de vida, se planteen caminar por el sendero de las tres cumbres: calidad, crítica y vinculación social.
