Dimensionar y entender el potencial de los ejercicios democráticos que, en la presente administración del presidente, Andrés Manuel López Obrador, se han venido generando, ha resultado ser una tarea difícil para muchos. Es necesario que la sociedad organizada conozca, aproveche y se apropie de los mecanismos y plataformas constitucionales e institucionales por las cuales el pueblo, motivado por su libre voluntad, pueda erigirse como el protagonista de la toma de decisiones que no son ámbito exclusivo de los personajes que ostentan el poder político.
Primero, porque los mecanismos antes mencionados resultan ser una herramienta de vital importancia para la participación de todas las organizaciones y movimientos políticos que tienen presencia a lo largo y ancho del país, así como para la gente de a pie. Y segundo, porque en un régimen republicano, como es el nuestro, debe ser la participación popular la que determine los enfoques prioritarios de las políticas de Estado que deberían ser implementadas. Es muy probable que quien resulte triunfador o triunfadora del proceso interno de selección de candidato de MORENA, a la presidencia de la República, sea también quien conduzca el destino de esta noble patria, ya que los candidatos de la inexistente e inoperante oposición no han demostrado estar a la altura de la contienda y las necesidades del pueblo mexicano.
El programa que se construya a partir de los foros, diálogos, asambleas y discusiones públicas no puede dejar de ser defendido por quien encabece en la próxima coyuntura electoral, por una cuestión de congruencia entre el nacimiento del propio partido, fruto del trabajo, luchas y victorias de los distintos movimientos de izquierda del siglo pasado y actual, y el carácter democrático con el que pretende construirse.
Por ello, es muy importante, en la evaluación de estos ejercicios democráticos, enfatizar la necesidad de la apertura y la convocatoria, ya que como sucedió la semana pasada con los trabajos desplegados por el Consejo Nacional de MORENA para la creación, de manera colectiva, de un Plan de Nación de cara al 2024, no logró desarrollarse de la manera en la que un gran sector de la sociedad crítica esperaba. En lo concerniente a la asamblea realizada en la capital de Zacatecas, las actividades que se implementaron por medio de los distintos órganos del partido involucrados en esta tarea (Consejo Nacional, Comité Ejecutivo Nacional, Comités Ejecutivos Estatales y el Instituto Nacional de Formación Política) no lograron permear a la población, la participación popular y ciudadana fue escasa, en comparación con la importancia que tiene esta actividad.
Puede decirse que la actividad desarrollada el domingo pasado tuvo poca trascendencia, ¿cómo explicar esta situación? Los motivos son múltiples, pero podemos encontrar algunas explicaciones inmediatas: la primera, y a manera de sugerencia, es que hizo falta reforzar la convocatoria de estos ejercicios de consulta, sólo así podemos explicar la poca asistencia; la segunda explicación posible es que hace falta reforzar la invitación a las organizaciones y movimientos que persisten en su lucha contra las violencias sistemáticas.
Quienes decidimos participar de este ejercicio de consulta, llegamos con el entusiasmo de continuar aportando, con nuestras experiencias cotidianas, en un espacio de diálogo abierto y fraterno. En lugar de ello, nos encontramos con formatos que impedían la discusión amplia de cada uno de los temas tratados; la forma que tomó este ejercicio, fue a partir de una breve lectura y/o explicación del tema a tratar (5 a 10 minutos), en la que se dieron pocos elementos para comprender su importancia, después de la lectura o presentación del tema, se abrió el espacio a la participación abierta al público, la cual fue escasa, ya que pocas personas se animan a participar en plenarias, algo que debería haberse previsto, pues la cultura política privilegia la escucha más que la participación, por último, se procedía a seleccionar una opción dentro de las propuestas escritas en papeletas repartidas previamente.
Por supuesto que el ejercicio antes descrito es un avance enorme en materia de democracia para este país, pero también es claro que hace falta mucha sustancia en este tipo de iniciativas, para que en verdad manifiesten ser un parteaguas que pueda incidir en las esferas políticas en las que la mayoría de los sectores de la sociedad ni si quiera tienen acceso, sin dudarlo, son puertas de oportunidad importantísimas para que el pueblo se autogobierne. Por ello, hay que evaluar críticamente estos ejercicios porque, si no lo hacemos, estaríamos cayendo nuevamente en las simulaciones, no le dejemos la crítica a la derecha porque cabe decir que, en esta entidad, los altos directivos de la máxima casa de estudios del estado escupen, desde su privilegio, críticas vacías que no suman a los esfuerzos de quienes, a pie, construyen el futuro de la nación que quieren para sus hijos y seres queridos.
Hay mucho ánimo en la sociedad zacatecana, producto de las visitas que los defensores de la cuarta transformación han realizado al estado, es muy claro por quién ha declinado la sociedad. Esperamos que los representantes de este proceso de transformación terminen sus giras nacionales y adelantamos que, terminado este periodo de selección, sólo un perfil como el de la Doctora Claudia Sheinbaum podrá hacer efectiva la participación de todas las organizaciones en la consolidación de un Plan de Nación acorde a los intereses y necesidades de los más desprotegidos.
