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sábado, 27 abril, 2024
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Xenia, una cinta entre la militancia gay y la política, es exhibida en Festival de Cannes

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Por: CARLOS BELMONTE GREY •

■ Es un film políticamente comprometido con los problemas de la inmigración en Grecia: Koutras

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■ Destaca la urgencia de hacer cine en el país helénico y no depender del financiamiento extranjero

Xenia es una película “no tan queer como para merecer el premio queer, creo que hay otras que son más queer…eso sí, es una cinta políticamente comprometida con los problemas de la inmigración en Grecia”, comentó en entrevista el director Panos H. Koutras.

La cinta forma parte de la Selección Oficial del 67 Festival de Cannes dentro de la categoría Una Cierta Mirada y en competencia también por la Queer Palm.

La historia es un roadtrip de dos hermanos (interpretados por Kostas Nikouli y Nikos Gelia) -uno de ellos homosexual- que, tras la muerte de su madre alcohólica, buscan a su padre–un político de extrema derecha-, en un viaje que les permitirá recuperar sus sueños de infancia y volver a ser amigos.

La mezcla entre el drama, el relato político y autobiográfico que adquiere tonos de cuento infantil con guiños a Alicia en el país de las maravillas y al Mago de Oz hacen de Xenia una cinta que pasa frente a nuestros ojos sin darnos cuenta de los 120 minutos de duración. Así nos encontramos con el conejito de Alicia que se convierte en el peluche de infancia; o en las zapatillas rojas de Dorotea y su teletransportación por las carreteras de Grecia.

Pero estas imágenes animadas, este juego con los cuentos, no tienen ninguna explicación intelectualoide; es, y fue muy claro el realizador, un placer personal, un gusto por ese perfil infantil que aún conserva y expresa a través de su cine.

Contra la Xenofobia

Koutras ha destacado en varias entrevistas que su objetivo no es contar una historia militante sobre la sexualidad pero que sí es muy política, en una denuncia directa contra la política extrema-derechista griega, en especial la dirigida contra los inmigrantes –incluso sobre aquellos que forman parte de la segunda generación- albaneses.

El título de la película pretende hacer explícito este objetivo; Xenia, que viene del griego Xenos y que alude al término Xenofobia, el miedo y el odio a los extranjeros, un problema que existe en todo el mundo, enfatizó el director.

De ahí que la selección de sus actores principales –no profesionales- estuviera dirigida expresamente a encontrar albaneses nacidos en Grecia pero que por las políticas nacionalistas no tienen derecho de tener la nacionalidad griega, “la única forma de hacerlo es a través de la sangre, no sé lo que eso significa, pero así es, sólo teniendo sangre griega se puede serlo”, rió irónicamente Koutras.

Por eso el asunto de la militancia gay queda subordinado, o mejor dicho, relegado al problema de la xenofobia, porque aunque ambos son reales, este último es debido a la condición política del Estado griego mientras que “a los homosexuales nos pueden odiar los socialistas, los comunistas y los fascistas”, sonrió Koutras mientras se reacomodaba en el sillón de la sala de prensa del stand de Unifrance, ubicado dentro del Pabellón Internacional de Cannes.

Amante confeso de la moda –algo que se puede ver en su vestimenta personal y en la de su filme-, admirador del cineasta español Pedro Almodóvar, enamorado de la cultura popular –los telerealities son totales- y abiertamente homosexual, Koutras ha apuntado la urgencia de promover la producción de cine en Grecia y de no depender todo el tiempo del financiamiento extranjero -en este caso el de los fondos del Centro Nacional de la Cinematografía Francesa (CNC)- aunque de ninguna manera huir de la cooperación.

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