¿Callar sobre un evento negro lo desaparece? ¿La existencia de un problema depende de qué tanto se hable de él? ¿Los problemas públicos son problemas mediáticos? Así parece que lo conciben en el gobierno: la Secretaría de Gobierno hace un comunicado en torno al conflicto con los taxistas, donde ‘la ley no se negocia’, pero de los asesinatos espectaculares no comunica nada; los medios oficiales destacan el caso de la gatita ultimada por unos menores (lo cual sí es preocupante), pero no mencionan a los colgados; y los diputados de la Comisión de Seguridad, son buscados para saber alguna opinión y no dan nota ni a medios ni en tribuna. Es notoria la consigna de no decir nada de algo que arde en la prensa nacional. Criterios extraños para gobernar.
La violencia extrema está en una ola gigante en Zacatecas: somos el estado con la tasa de homicidios dolosos (por cada 100 mil habitantes) más alta del país. Nada más y nada menos que el primer lugar: demasiados muertos para un estado con pocos habitantes. La cantada guerra entre cárteles está sin control o contención alguna. En los últimos días el número de muertos es escalofriante, y las formas de hacerlos aparecer tienen una finalidad pública, porque no son muertos destinados a una oculta fosa clandestina, sino cuerpos para exposición en un puente público. Este último destino habla de un suplicio con dimensión política: ser ejemplar para el dominio de un lugar. Lo más significativo de este ‘suplico político’ es que los grupos delictivos no han tenido bloqueo por parte de las autoridades, parecen actuar con toda libertad. El evento de Loreto, donde un comando numeroso se juntó en la plaza central a realizar un video y gritar vivas a su jefe, no fue contenido de ningún modo. Muchos vehículos con decenas de gatilleros portando armas de alto poder, ‘no fueron vistos por la autoridad’. Con la información que tiene la Policía Estatal y la actividad de inteligencia del Ejército o la Guardia Nacional, ¿no supieron o notaron la presencia de es enorme comando en la plaza de Loreto? ¡Imposible!
Como podemos observar, no hay contención de la actividad homicida de los grupos delictivos. Es evidente que las corporaciones municipales no pueden hacer nada, y las capacidades de la Policía Estatal es insuficiente, pero las capacidades de la Guardia Nacional y el Ejército son suficientes para ello. ¿Por qué no contener la criminalidad crecida que llena de sangre al estado? Criminalidad que no sólo afecta a los grupos en cuestión, sino que ha desplazado comunidades completas de Jerez, Fresnillo o Valparaíso. ¿Cómo se explica la ausencia de actividad de contención por parte de las autoridades? ¿Están coaligadas con los grupos criminales o esperan que se acaben entre ellos o creen que pronto acabará esto? El silencio de los actores institucionales y la falta de acción de las fuerzas del orden produce mucha especulación, y con ello, crece la incertidumbre, ansiedad social y percepción de inseguridad. ¿Quién controla más territorio en Zacatecas: el crimen o el gobierno?
