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viernes, 26 abril, 2024
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El ángel de Dostoievski

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Por: LEONEL CONTRERAS BETANCOURT •

Fiodor Mijailovich Dostoievski, para quien esto escribe, el más brillante y profundo escritor de la Rusia zarista, nació en Moscú, el 11 de noviembre de 1821 y murió en San Petersburgo, ciudad en donde están ambientadas la mayoría de sus obras, el 9 de febrero de 1881. Estamos celebrando entonces, el bicentenario de su nacimiento. En 1865 cuando inició la publicación de la que sería su obra más conocida, Crimen y castigo que empezó a partir de un relato titulado “Los borrachos”, según Tamara Djermanovic, se encontraba endeudado al extremo, experimentando un estado de ánimo de desamor, deprimido por la muerte de su hermano Misha, y quebrada la revista Epocha que ambos editaban, llegó a escribir: “Trabajo día y noche, corro por todas partes, escribo, corrijo, lucho con tipógrafos y censores, mi salud no es buena”.  Era por tanto el buen Fiodor, un ser atribulado cuando ocurrió un hecho que daría un giro radical a su vida. Apurado por el trabajo y los problemas que le agobiaban estaba obligado a cumplir con su editor para evitar perder sus derechos de autor durante ocho años de no cumplir los plazos y términos de lo contratado; citado por Tamar Djermanovic, “No se puede matar por ideales: un estudio sobre “Crimen y castigo”, fragmento de la obra El Universo de Dostoievski, (Acantilado, 2021); en Confabulario, El Universal, 14 de noviembre de 2021. Fue por ese entonces, un año despues de hablar con un amigo maestro que impartía cursos de estenografía cuando le solicitó a una alumna para que le ayudara con el dictado. Su amigo le envío a la mejor estudiante y esta apareció como un providencial milagro que a la postre resulto ser un verdadero ángel salvador. Su nombre: Anna Grigorievna. El también autor de Los Hermanos Karamazov conoció a Anna en 1865 cuando ésta tenía 20 años y él era ya un soltero cuarentón. Desde el principio en que comenzó a dictarle vio a la joven dueña de una gran inteligencia y una sorprendente disciplina para el trabajo. En menos de un mes logro escribir El jugador y enseguida retomo Crimen y Castigo.  Cautivado por las virtudes de la Grigorievna, que no era tan hermosa pero si muy inteligente, no dudo en solicitarle matrimonio y esta que lo admiraba como escritor y persona no dudo en aceptar su propuesta. Se casaron al poco tiempo de haberse conocido y estar trabajando juntos. Esto ocurrió en febrero de 1867.

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Estando ya casados, la nobel esposa al ver lo emproblemado que estaba su marido, que era explotado económicamente por su familia y cargado de deudas se encargaría de poner en orden sus finanzas, alejarlo de sus nefastos parientes llevándoselo a vivir fuera de Rusia, haciendo las veces de su secretaria, organizando y poniendo en orden sus escritos a la vez que cumplía con su trabajo de madre y esposa. Anna Grigorievna que sobrevivió por un buen tiempo a la muerte de Dostoievski vendría a ser mas que su mujer y madre de sus hijos, su auténtico ángel de la guarda.  Ese dulce y tierno ángel de los católicos cristianos que como “dulce compañía no los desampara ni de noche ni de día”. Y es que cuando se conocen y se casan, el insigne escritor en su juventud había participado en círculos de estudio en donde leían y discutían las ideas de los socialistas utópicos, razón por la que fue acusado de subversivo, condenado a muerte y estando ya frente al pelotón de fusilamiento fue perdonado. A cambio pagó una condena realizando trabajos forzados en Siberia. A su regreso abrazaría el cristianismo como una mística. Por eso es que en sus novelas aborda los pecados y arrepentimiento de sus personajes.

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