- El canto del Fénix
Aunque no están todavía a disposición de todos los mexicanos, las redes sociales de Internet pueden ser un termómetro de muchos fenómenos que suceden en el país y nos afectan como nación. Entre broma y broma la verdad asoma, consigna el refranero, y el borboteo digital de memes, frases y chistes que se difunden cotidianamente confirma nuestros defectos y excesos como pueblo.
Una de las oleadas recientes que ha llamado mi atención es la de los memes, generalmente acompañados por la imagen de nuestra flamante diputada federal priista y corcholata Carmen Salinas, cuyas palabras iniciales son “Mi’jito, tú que estudiaste”. Así “…tú que estudiaste Maestría en Derecho Penal, sácame un tamal del bote”. “Tú que estudiaste Hotelería, cámbiale las sábanas a la cama”. “Tú que estudiaste Derecho, consigue que la vecina te devuelva mis ollas”. “Tú que estudiaste Cirugía Plástica, no me pongas esa pinche cara”. “Tú que estudiaste Veterinaria, vete a ver si ya puso la marrana”. “Tú que eres judicial, dale una calentadita a las tortillas”. “Tú que estudiaste Odontología, pélame un diente de ajo”. “Tú que estudiaste Sistemas Computacionales, programa el control para ver mi telenovelas”. “Tú que estudiaste Letras, escríbele el discurso de quince años al padrino de tu prima”. “Tú que estudiaste Fotografía, dime si quedó bien mi selfie”.
Entre broma y broma la verdad asoma, consigna el refranero, y la burla queda, más que ingeniosa, crítica. En un país como México se ofertan licenciaturas e ingenierías para un mercado laboral insuficiente. “Tú que estudiaste Turismo, dile a tu tía qué ruta la lleva al centro” constituye un reproche al medio en que, a menos que el estudiante sea heredero de una agencia de viajes o un hotel, graduarse de Licenciatura en Gestión Turística dará en tierra adentro posibilidades de desarrollarse como botones o empleado de mostrador.
No por nada Vicente Fox alardeaba, siendo presidente de la nación, que Guanajuato prepara a los mejores jardineros para Estados Unidos. No por nada en su sexenio y el siguiente nacieron a granel institutos tecnológicos y politécnicos, centrados en la formación de mano de obra.
Eso por un lado. Por el otro persisten las todavía llamadas “artes liberales”, como Derecho, Economía, Historia, Arqueología, Letras, que pueden ser consideradas estorbosas para las vocaciones productivas de Zacatecas. Cada vez más los hijos y nietos de campesinos abandonamos los azadones y los cultivos para estudiar Leyes. Cada vez más dejamos el ganado paterno para emigrar a la ciudad de Zacatecas y estudiar Ingeniería en Sistemas Computacionales. Estamos buscando formarnos como profesionistas “de avanzada” mientras tenemos que ir a rogar a los japoneses y alemanes que nos instalen sus empresas.
“Mi’jito, tú que estudiaste…” es una tendencia que hace evidente el fracaso de nuestro sistema educativo. No existe una vinculación efectiva entre él y el mercado laboral. Existe otro meme que dice: “Me dijeron: Estudia y llegarás lejos. Me gradué y estoy a 3 mil kilómetros de la casa de mis padres”.
En 2002, el entonces rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, Juan Ramón de la Fuente, pugnaba públicamente por que evitemos la “fuga de cerebros” a otros países. En contraparte, quienes hemos concluido posgrados en el extranjero y decidimos regresar para abonar al crecimiento nacional batallamos después para obtener la cédula de maestría: el apostillado de título, la traducción peritada de certificados, la búsqueda de equivalencias y revalidaciones y demás matices de esa danza burocrática. Es más fácil cursar una maestría en línea, aunque huela a patito, con el pago puntual de las altas mensualidades.
La injusticia persiste también en el ámbito de los graduados, merced al evidente divorcio entre los profesionistas que se forman y los que se esperan en las empresas como formados. En este país, los gobiernos anteriores y actuales han quedado a deber a las nuevas generaciones. De la búsqueda de oportunidades para prestar el servicio social hemos pasado a la explotación de favores y palancas para que los muchachos queden bien acomodados a la hora de graduarse.
Nomás por eso hemos llegado al fatídico e impotente: “Mi’jito, tú que estudiaste Diseño Gráfico y no encontraste chamba, hazte unos buenos memes contra el gobierno”. ■
