¿Qué implicaciones y significado tienen los eventos violentos del Congreso magisterial de la sección 34 del SNTE? El conflicto con los maestros no es un evento particular o aislado, sino que, dadas las dimensiones de la represión se ha convertido en una situación de interés general que manifiesta la conducta política sistemática del grupo en el gobierno. Luego entonces, no vemos en los eventos de renovación de la dirigencia de dicho sindicato un acontecimiento particular que sólo a esa organización competa, sino observamos los rasgos del comportamiento del PRI y sus aliados respecto a la ocupación de posiciones en los diferentes espacios sociales de poder. Se ha desatado una guerra de posiciones donde cada organización social, civil y política se convierte en una trinchera rumbo a la madre de todas estas batallas: la elección presidencial que viene. Esta expectativa articula y le da significado a todos los eventos que impliquen la conducción de alguna organización con fuerza política. Pues bien, en esa guerra de posiciones, el Sindicato de maestros es especialmente relevante, porque el principal conflicto que ahora enfrenta el bloque del PRI es el magisterial. Y por el otro lado, parece que es el movimiento que puede aglutinar la voluntad de oposición a ese bloque. Puede pasar a significar la lucha no sólo contra la reforma educativa, sino la lucha contra la integridad del régimen. Es decir, el movimiento de la CNTE está tomando cada vez más un significado político general. Esta orientación crecerá si el movimiento tiene la capacidad de encadenarse con sectores sociales heterogéneos.
Pues bien, ¿qué forma toma esa ocupación de posiciones? Lo que indica el evento pasado del Congreso fue que el régimen tratará la ocupación a como dé lugar. Las reglas políticas (democráticas) se han saltado y se ha pasado ‘al uso directo de la fuerza directa’. Lo cual indica también que el comportamiento violento puede trasladarse a la madre de todas las posiciones: la Presidencia de la República. Si se da una pelea por esa plaza sin reglas o con reglas des-neutralizadas, subirá mucho el nivel de crispación social junto a la arremetida de los equipos políticos oficiales. El choque puede ser muy violento. En este contexto, me parece que el señor López Obrador ha entendido el escenario y por ello sus declaraciones en la entrevista con Radio Fórmula en el sentido de que no derogaría la reforma educativa sino sólo algunos puntos conflictivos. Esto es, quiere disminuir el nivel de polaridad en la lucha por la presidencia. Sin duda es sensata dicha acción, la cosa es que el régimen no lo ve así y, por el contrario, prepara la ofensiva con potencia. La posibilidad de que llegue a la Presidencia una fuerza que derrumbe las llamadas reformas estructurales, sobre todo la energética y laboral, implica que se van a afectar los opulentos intereses de los poderes fácticos que han operado en los últimos gobiernos de la república, y por lo cual es previsible que su comportamiento no sea pacífico ante esa posibilidad. Por lo mismo, veremos a un Andrés Manuel cada vez más mesurado y ‘centrista’ con la idea de que la disminución de la polaridad le baje la intensidad a la agresión de dichos poderes y lo dejen pasar el proceso de elección. Sin embargo, el signo de la (sección) #34 es ominoso: no se trata de ganar con el uso de las reglas, sino como sea, aun haciendo uso de grupos entrenados de choque y con estrategias tipo operativo policiaco. Si es el signo de lo que sigue en la conducta política del régimen, van a provocar una mayor radicalización del bloque opositor al PRI, y el proceso de elección será un ejercicio de barbarie.
Si atendemos no sólo a la geometría izquierda / derecha, sino a la de abajo/ arriba para observar la correlación de fuerzas al interior del Estado, es claro que en estos años dicha correlación favorece al cuadrante de arriba a la derecha, y así es porque el cuadrante abajo a la izquierda está fragmentado en mil pedazos, mientras que arriba conforman encadenamientos de actores y temas, (por ejemplo, es un grupo empresarial el que impulsó el modelo de la actual reforma educativa). La única manera de revertir esta situación es que se lograra conformar un bloque contra-hegemónico en estos dos años venideros, lo cual significa que el movimiento magisterial se convierta en articulador de otros movimientos (abajo) y al mismo tiempo logre construir alianzas electorales con un plan de gobierno orientado a la igualdad (hacia arriba). Es decir, un bloque contra-hegemónico se forma de anudar la izquierda arriba y abajo para conformar una voluntad colectiva progresista. El poder de la derecha arriba será especialmente agresivo en los 24 meses que siguen, explotando la pasión que tan buenos resultados les ha dado: el miedo. Y paradójicamente una fuerza motriz de la articulación abajo, es la represión que vine de arriba. ■
