Después del odio de Trump contra los migrantes y la implementación de políticas resumidas en el muro que quería construir, llega Biden con una propuesta de campaña que se convirtió en iniciativa de Ley: la llamada reforma migratoria. Contra los que afirmaban que era lo mismo el candidato republicano y el demócrata. Ha quedado claro que no es así: la política migratoria es opuesta, aunque las deportaciones siguen al alza.
Se calcula que los beneficiados podrán ser alrededor de 10 millones de indocumentados. Tomando en cuenta que hay poco más de 12 millones de mexicanos en la Unión Americana, se puede saber la dimensión de lo que hablamos. La iniciativa dice que las personas que llegaron a los Estados Unido antes de iniciar el 2021, podrán solicitar un permiso por 5 años, en los cuales deberá demostrar que pagó todos sus impuestos y que nunca cometió delito alguno; si lo hace, podrá acceder a la residencia, la famosa tarjeta verde. Otro aspecto de la reforma es la aprobación de un fondo que asciende a 4 mil millones de dólares destinado a Centroamérica para impulsar proyectos que disminuyan la migración forzada por hambre y violencia. Recordemos que estos motivos han llevado a la organización de refugiados de la ONU (ACNUR) a declarar refugiados a dichos migrantes, lo cual instala la obligación de los gobiernos de darles un trato distinto.
Como es obvio, los republicanos duros están en contra de la reforma migratoria de Biden. Y se prevé difícil lograr la votación necesaria para que la reforma tenga éxito, aunque las repercusiones electorales en Texas y otros estados con amplia presencia mexicana podría meter en aprietos a más de un legislador republicano. No es la misma situación de las dos cámaras del Congreso estadounidense, en la Cámara de Representantes los demócratas sí tienen amplias posibilidades de lograr la votación requerida, pero en el senado tal vez no: la correlación es muy pareja, 50 contra 50. Y se requieren al menos una aprobación de 60 senadores. En otras palabras, el presidente Biden debe convencer al menos a 10 republicanos de aprobar su reforma. Veremos cómo salen las cosas ahora con el presidente AMLO en clara acción de presión política.
Como es un asunto muy importante para los mexicanos, el presidente de López Obrador se ha manifestado como un activista de la reforma y por primera ocasión en tema migratorio será tratado de forma bilateral cuando históricamente las autoridades norteamericanas siempre trataron del tema como un asunto doméstico, la importancia de esta reunión prácticamente radica en ese tema.
En suma, es una oportunidad histórica que se pueda lograr la reforma migratoria en EEUU, y por ello, sin violar las reglas elementales de la diplomacia, es un paso aceptado que México ayude a que avance la iniciativa migratoria que beneficiaría a millones de compatriotas radicados en Estados Unidos. Ojalá la cumbre sea exitosa.
