■ El esquema “sigue llamando mucho la atención, pero sólo se ve la parte positiva”, explica
Rodolfo García Zamora, docente-investigador en la Unidad Académica en Estudios del Desarrollo de la UAZ y especialista en migración, expresó su tristeza porque en los foros mundiales sobre el tema, el Programa 3×1 “sigue llamando mucho la atención, pero sólo se ve la parte positiva, cómo los migrantes de Zacatecas han financiado más de 5 mil obras de infraestructura, pero no los malos manejos”.
Enumeró estos últimos, en la colusión para sacar provecho personal o político de funcionarios de Gobierno del Estado, sus familiares o amigos, o los propios de los presidentes municipales, que hacen obras de mala calidad y/o de tipo suntuario, dijo.
“Y nunca se dice que muchas de esas obras son iglesias, que en términos tradicionales no son prioritarias, aunque cultural e ideológicamente puedan ser importantes para muchos de los ciudadanos que profesan la religión católica”, expuso.
García Zamora dijo que a partir de la institucionalización de los proyectos comunitarios que de manera solidaria iniciaron los migrantes tanto zacatecanos como guerrerenses hace años y que culminaron en el denominado Programa 3×1, la estrategia que debiera ser de desarrollo, ha adquirido, justo, “todas las influencias negativas de las instituciones” municipales, federales y estatales.
Entre otras, refirió, la creación de clubes fantasmas o avales de organizaciones de migrantes existentes, pero sin que desde ellas haya aportaciones monetarias para los proyectos que luego los alcaldes consiguen de otras partidas presupuestarias a modo de multiplicar los recursos, pero también y recurrentemente, el apoyo a obras no prioritarias como el caso de la que se cita en la nota publicada ayer en la portada de La Jornada Zacatecas, la construcción de una iglesia en la comunidad de Pastoría, Ojocaliente, en la que se invirtieron 2 millones de pesos.
“Lo que La Jornada (Zacatecas) registra, reitera lo que ha sido una constante en la mayor parte de la existencia del Programa 3×1”, señala.
Ante este tipo de proyectos observó, tanto los funcionarios de la Secretaría de Desarrollo Social estatal, como los presidentes municipales se hacen “de la vista gorda”, aunque saben que violan las reglas de operación. Esto dijo, para no confrontarse con las propias comunidades, pues también es cierto, son ellas mismas las exigen se realicen este tipo de obras, en coincidencia con su ideología o su cultura.
Regularmente estas obras se hacen pasar como legales bajo el carácter de “servicios comunitarios”, expuso el también director de la Unidad Académica en Estudios del Desarrollo de la UAZ.
Dijo que aunque se modificó el reglamento del programa “para dejar fuera a las iglesias como obras fundamentales, hay que reconocer que con frecuencias los propios clubes y las comunidades dicen, aunque el reglamento no contempla el financiamiento de iglesias, nosotros queremos iglesias”.
En el caso de Ojocaliente el asunto “resulta doblemente grotesco, porque es un municipio en quiebra financiera que está invirtiendo recursos a una obra que no es prioritaria, y que sin embargo, puede ser sentida por la comunidad y por los clubes”, expuso.
En la nota publicada este miércoles por La Jornada Zacatecas, se señala además que según la última información del Coneval, en esta demarcación 70.9 por ciento de la población se encuentra en situación de pobreza, y 9 de cada 10 personas presentan al menos una carencia social que puede ser rezago educativo, acceso a servicios de salud y la seguridad social, calidad y servicios básicos de la vivienda y acceso a la alimentación.
“Aquí se nos presentan varias cosas, por una parte la perversión de un programa que originalmente fue muy positivo como el 3×1, lo débil de las instituciones y organizaciones migrantes para sacar adelante sus proyectos, la vulnerabilidad de este programa por actores como los alcaldes y funcionarios estatales y federales, y por otro parte, el mal ejemplo de la forma irresponsable en que el propio Gobierno del Estado ha manejado todas las finanzas, tirando más de 2 mil millones de pesos”.
Dijo que entonces “los alcaldes dicen: ¿Y por qué nosotros no hacemos lo mismo?, si él también hace un montón de obras que no son prioritarias, no son indispensables y tiene en quiebra a las finanzas del estado…”.
Observó también que todo esto es posible porque no hay una ciudadanía responsable en los municipios, “y organizaciones fuertes y sólidas” que puedan acabar con la impunidad en el ejercicio de los recursos públicos, si las hubiera reiteró, “no estaríamos en la quiebra generalizada de las finanzas municipales y en esta quiebra profunda de las finanzas de Gobierno del Estado”.
En sentido estricto, invertir fondos públicos en
construir iglesia viola el Estado laico: diputado
En el sentido estricto de la ley, invertir recursos públicos para la construcción de una iglesia es una violación al Estado laico, opinó el diputado presidente de la Comisión legislativa de Hacienda Municipal, Iván de Santiago Beltrán.
Este miércoles La Jornada Zacatecas dio a conocer que en el municipio de Ojocaliente las autoridades estatales, municipales y los migrantes aprobaron destinar 2 millones de pesos para construcción de un templo católico en la comunidad de Pastoría, pese a que de acuerdo con las reglas de operación de dicho programa el recurso se debe invertir en acciones que contribuyan a superar la pobreza.
Al respecto el legislador local del PRD lamentó que en términos generales haya casos donde para impulsar obras del 3×1 se le da la vuelta a la legislación, ya sea por parte de los municipios o los estados, pues presentan los proyectos con nombres cambiados para no evidenciar que se gastará dinero en una iglesia, “los meten como casas del pueblo para tratar de justificar la inversión”.
Cuando, insistió De Santiago, en el estricto sentido ese tipo de acciones sí van en contra del Estado laico porque no se trata de una inversión a un templo con valor histórico y que está protegido por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Refirió en entrevista que ha habido una serie de reformas a los fondos federales que limitan su aplicación en ese tipo de obras religiosas y obligan a los presidentes a invertir más en servicios básicos como agua potable, electrificaciones y drenaje.
Es así que si en algún municipio se pretende invertir en una iglesia, la participación de la Federación no se da, sólo se dobla la aportación estatal: hay dinero del municipio, el estado y los migrantes.
Pese a esa posibilidad, el diputado consideró que debería haber prioridades de parte de los alcaldes y las comunidades migrantes, pues en los municipios se requieren obras que incrementen el nivel de vida de los habitantes y combatan la pobreza, sin embargo, dijo estar en el entendido de que muchas veces la población pide iglesias o lienzos charros.
Respecto de la problemática financiera del ayuntamiento de Ojocaliente, el legislador del PRD dijo que el programa 3×1 es recurso exclusivamente para infraestructura y ese dinero no debe usarse para gasto corriente, el cual es el problema de Ojocaliente porque dinero para obra “ha conseguido mucho”.
De Santiago agregó que pese a la vigencia de la Ley de Desarrollo Social para el Estado y sus Municipios, se debería aplicar el Consejo de Planeación del Estado de Zacatecas, de Planeación Regional y los de Desarrollo Municipal a fin de recoger las prioridades de las comunidades e integrarlas en el plan de desarrollo municipal, pero lamentó que ya ni siquiera sesionan los dos primeros.
En su defecto lo hacen los cabildos y son quienes determinan las prioridades, pero en otras ocasiones la comunidad es quien solicita ese tipo de obras aunque no tengan ninguna calle pavimentada y sus casas en malas condiciones, agregó.
