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domingo, 5 mayo, 2024
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Pobre México

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Por: SAÚL MONREAL ÁVILA •

Al conocer la noticia de un asesinato, otro nuevo caso de barbarie absurdo, ocurrido el día de ayer, plena mañana a escasas dos cuadras de la presidencia municipal, en pleno centro de la ciudad de Fresnillo, donde una persona fue asesinada con golpes de ladrillo en la cabeza, nos atrajo a la memoria el asesinato de Christopher Raymundo Márquez Mora, en un barrio marginal de Aquiles Serdán, en el estado de Chihuahua, ocurrido hace pocos meses.

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Este es un municipio con altos índices de pobreza, situado a las afueras de la ciudad capital de Chihuahua, donde la tasa de delincuencia es terrible y donde se producen disputas a tiro limpio entre carteles por el control del mercado de la droga. Un niño que con tan sólo sólo 6 años de edad, fue asesinado por 5 de sus amigos y vecinos, también niños de entre 11 y 15 años de edad… jugando al secuestro, y ultimado con una saña y una premeditación difícil de creer, lo que se está convirtiendo en pan de cada día.

Esto está ya dejando de sorprender a la sociedad, nuestro país muestra síntomas evidentes de una sociedad en estado de descomposición avanzado; confirmado por indicadores que lo ubican en múltiples vergonzosos primeros lugares a nivel internacional, como en abuso infantil, difusión de pornográfica infantil por Internet, tráfico sexual de niños, impunidad, corrupción y secuestros, entre muchos otros más.

Estos son sólo unos cuantos de los muy serios y reales problemas de la sociedad mexicana. Cada día se suicidan 14 jóvenes menores de 25 años, en los últimos 20 años se ha duplicado el número de suicidios entre niños y adolescentes, en un contexto donde las tendencias muestran mucho más retroceso que avance en la calidad del entorno que rodea a las familias, hay una caída generalizada en el bienestar humano y social, y no se le ve interés al régimen priísta de Peña Nieto para responder con alguna solución real a este problema.

El sector más desprotegido es donde repercuten con más crudeza los impactos de las políticas neoliberales que ha venido aplicando este régimen del PRI. Apenas hace unos días, el Coneval hizo públicos los estudios más recientes sobre pobreza, resaltando su crecimiento y revelando que de 2012 a 2014, el número de mexicanos en pobreza aumentó 2 millones a causa de la reducción del ingreso por hogar y la dinámica demográfica.

La Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares 2014 arrojó que el ingreso corriente promedio por hogar cayó 3.5%, a precios constantes, respecto a 2012, a 39,719 pesos trimestrales, Mostrando que el acceso a la seguridad social se mantiene como la mayor carencia, 58.5% es afectada por esta, mientras que la carencia a la alimentación aqueja a 23.4% de los mexicanos en pobreza.

El porcentaje de la población con ingresos inferiores a la línea de bienestar mínimo, es decir, que puede adquirir la canasta alimentaria, pasó de 20% a 20.6% entre 2012 y 2014, que en términos de población equivale pasar de 23.5 millones a 24.6 millones de mexicanos, ésta cuesta unos 1,281 pesos y en poblaciones rurales 898.78 pesos hasta junio de 2015, según el Coneval. Al cierre de junio, la línea de bienestar se encontraba en los 2,595 pesos en zonas urbanas y 1,659 pesos mensuales en zonas rurales.

A esto súmele el nivel educativo, uno de los más bajos en el mundo occidental, el más bajo de la OCDE, el nivel de violencia por el crimen organizado, uno de los más altos del mundo, equiparable al de naciones en guerra, al nivel de impunidad, que alcanza un nivel del segundo lugar entre los 59 de la ONU, Filipinas, México y Colombia ocupan los tres primeros lugares del Índice Global de Impunidad (IGI) de 2015 elaborado por la Universidad de las Américas Puebla (Udlap), que evaluó a 59 países miembros de la ONU.

Lo peor es en corrupción, el principal problema del país, un estudio de 2013, denominado: Barómetro Global de la Corrupción, elaborado por Transparencia Internacional, revela que tras una consulta a 114,000 personas en 107 países, 91% ve corrupción en los partidos políticos en México; 90% en la policía mexicana, y 87% en los funcionarios públicos, es decir, 9 de cada 10 personas a nivel internacional consideran que los partidos políticos en México son corruptos, ¿qué podemos decir a eso?

Toda esta avalancha de podredumbre y descomposición institucional provoca que la gente, la sociedad en su inmensa mayoría no confíe en ellas, con justa razón, y provoca una descomposición social a su vez, ¿Podemos ver como normal que sucedan balaceras y maten gente a la puerta de nuestras casas? ¿Es normal que en México tengan tanto éxito los narcocorridos? ¿Es normal que en tanto menos de diez patrullas recorran una ciudad y municipio de las dimensiones de Fresnillo, con casi un cuarto de millón de habitantes, su gobierno pague grupos de música para la feria que hacen apología del crimen y la violencia? ¿Es normal que jóvenes mexicanos persigan el hedonismo a cualquier precio, con la idea de que “es mejor vivir cinco años como un rey que cincuenta como un buey”? Por supuesto que no.

Pobre México, mientras esté sumergido en la pobreza, la corrupción y la ignorancia. Para la permanencia del PRI en el poder es vital crear una generación, una sociedad que no esté preparada, que no tenga la capacidad para tomar decisiones. Por ello permite esta situación caótica y por ello también permite la degradación en la sociedad sin tomar medidas para evitarlo, junto con la ausencia de suficientes y eficientes leyes, acciones y políticas públicas que protejan y fortalezcan la sociedad y la familia; y una nula o pobre aplicación de las pocas que hay, no es casual que las “Reformas Estructurales” ni siquiera hayan tocado de pasada el tema.

Por ello estamos planteando la necesidad de una Reconstrucción Nacional, de revertir las reformas que sólo están diseñadas para los favorecidos del régimen y los grandes corporativos empresariales, de instaurar medidas para desterrar la corrupción, de acabar la impunidad, de implementar medidas económicas que favorezcan a toda la sociedad en su conjunto, y en última instancia, reconstruir el delicado tejido social, tan dañado y lastimado por la desatención, la corrupción y la barbarie del régimen priísta, construyendo así el México que anhelamos. ■

 

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