La comicidad puede ser un arma muy efectiva para degradar el horror que significa tan sólo el nombre “guerra”, y más cuando se hace a través del slapstick o comedia física, como nos acostumbraron en su tiempo los grandes cómicos como Charles Chaplin en “El gran dictador” o Buster Keaton en “El maquinista de la general”. El humor y la gestualidad es la mejor manera de rebelarse.
Al menos ese es también el mensaje que la Compañía Mar Gómez, originaria de Barcelona, España, ha querido transmitir en sus presentaciones en el Festival Internacional de Teatro de Calle 2021, a través de su puesta en escena “Born to Kiss”, una respuesta humorística al “Born to kill” del cine bélico, narrada a través del gag y la payasada física y gestual de un soldado desertor, que hizo tanto de la Plazuela Miguel Auza el fin de semana y la tarde de este lunes en el municipio de Fresnillo, un escenario bélico en el que de las trincheras pueden nacer flores.
La comicidad puede
ser un arma muy efectiva
para degradar el horror
que significa tan sólo
el nombre “guerra”
“Born to kiss”, de acuerdo con la compañía, es una comedia bélica que utiliza la guerra como metáfora para reivindicar el lado luminoso de la vida, para dejar en claro que cuando no se encuentra ninguna salida a un conflicto es necesario inventársela, y así lo hace el único personaje de la obra muda: un soldado interpretado por el coreógrafo y actor Xavier Martínez, quien convierte el espacio físico en un campo de batalla con trincheras, en el que la imaginación y su expresión corporal serán la única salida a esa pesadilla que es la guerra.
El lenguaje coreográfico y gestual del intérprete es el único canal de comunicación entre él y el público, dejando claro que a pesar de que se vive en un tiempo en que parece que cada vez es más necesaria la información precisa y rápida, el humor es atemporal y es lenguaje universal, pues el soldado de la obra, quien enfrenta con resignación su destino esquivando disparos secos, peleando por un plátano y disfrazándose de mujer para escapar, logra con su gestualidad extraerle al público una sonrisa cómplice.
“Born to kiss” recuerda que nadie ha nacido para matar, que, por el contrario, el humor salva siempre aún y cuando el mundo se esté cayendo a pedazos. En esos momentos, el gag, la payasada, la mueca exagerada, se convierten en armas valiosas y poderosas de combate, para así lograr ver en una serie de trincheras, una cama en donde descansar o bien saber que de la tierra en la que siembran minas que explotan, también pueden crecer flores que expelerán un aroma de paz.
