■ Me siento “burlada” y veo ya el asunto como un fraude: Verónica Benítez Padilla
■ Expuso el caso al líder de la Sección 58 del SNTE, Ramón García; no hay respuesta
La felicidad que hace ya casi un año sintió la maestra Verónica Benítez Padilla al notificársele que dentro del sorteo organizado por la Sección 58 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), celebrado con motivo del festejo del Día del Maestro, había ganado un auto, se ha transformado en agravio, pues, tras esperar 11 meses por su entrega, dice sentirse “burlada” y ver ya el asunto como un fraude.
La rifa se realizó en junio 2013 en el contexto de un evento público, la entonces denominada Jornada Deportiva y Cultural para los Trabajadores de la Educación y tuvo presencia para dar fe, según refiere, del notario público número 30, Jaime Rodríguez Santoyo.
En el evento también resultaron afortunados con mismo premio, los docentes Jorge Trejo Chávez, Gustavo Flores Silva y José Ruvalcaba Castañeda, los dos primeros, respectivamente, maestros en la Escuela Víctor Rosales, turno vespertino, y el Colegio de Bachilleres del Estado de Zacatecas (Cobaez), plantel Loreto. El último es jubilado en el municipio de Mezquital del Oro.
Benítez Padilla es docente desde hace 22 años, actualmente ejerce su profesión en el Jardín de Niños Citlallin, ubicado en la capital del estado.
En entrevista relató que cada año el SNTE rifa para la fecha del Día del Maestro entre otros regalos, autos, para ello utilizan una tómbola en la que se ingresan papeletas con el número de empleado y el nombre respectivo.
El 2013 en este ritual acostumbrado para premiar la labor docente y la suerte de los participantes, sortearon cuatro de ellos, “que a la fecha no se han entregado a ninguno de los cuatro (maestros)”, dijo.
Agregó que reclama la entrega del Tsuru que se le informó había ganado, ya no por el auto en sí, sino como un asunto de dignidad.
“Yo no he querido interponer una demanda porque me considero una persona que cree en el sindicato”, expuso.
Al respecto dijo sustentar su opinión, en que en otros momentos ha recibido como parte de los apoyos que se prodigan a los agremiados de esta organización, becas de estudio y otras gestiones como préstamos, que le han ayudado a superarse profesionalmente, incluso, actualmente cursa un diplomado sobre violencia familiar, sustentado en este tipo de respaldos a la formación docente.
Asimismo ha testificado otros casos en que se ha apoyado a maestros independientemente a la corriente política a la que pertenezcan.
Esta es la razón por la que ha preguntado y esperado durante casi un año por su premio, con cierto grado de paciencia, sin reclamarlo por otras vías y sabedora además de que las usanzas al interior de este organismo con relación a este tipo de procesos, son esperar durante varios meses, pero agregó, “con pena y todo, ahorita ya pasó un año”. Además, comenta, no se le ha informado siquiera quién es el responsable de entregárselo.
Hace dos meses solicitó por escrito ante la oficina del secretario general de la Sección 58 del SNTE, Ramón García Pedroza, le informaran cuándo se le entregaría el auto, sin que se le haya dado respuesta a esta petición.
Agregó que intentó otro acercamiento, “yo vi al secretario del SNTE hace como ocho días en la presentación de un libro (Visión colectiva de una profesión: SNTE. Unidad, orgullo, compromiso), ahí lo abordé como pude y él me decía que en esta semana estaban deliberando…nada más así se quedó…”.
La maestra espera “se cumpla con lo convenido, porque como ya pasó mucho tiempo, ya para mí es un fraude y a mí no me gustaría proceder de otra manera, pero si no dejan más, pues adelante”.
Dijo se mantiene en contacto con otro de los afectados, Gustavo Flores Silva, con quien se encuentra analizando lo que procede para resolver este asunto.
Verónica Benítez Padilla recuerda el momento en que se le informó acerca de su buena suerte. “Casi allí me desmayo. Nunca me imaginé que me fuera a ganar un premio tan grande. Entonces pues en broma, a veces les digo, sí los voy a demandar porque me afectaron psicológicamente y emocionalmente y físicamente, casi me infarto, que gracias a Dios no pasó…”.
