■ Desarrollan primer concurso del juego tradicional; es organizado por el Museo Etzcuincle
■ Eventos como éste permiten dar a conocer otras formas de convivencia: Martín Letechipía
Pequeñas pinceladas de un sinfín de colores, entre ellos rojo, verde, rosa, azul y blanco, resaltaron este sábado, brillantes, por encima del gris que predominó en el cielo de Zacatecas.
Las densas nubes, que muy a duras penas permitían que los rayos de sol se asomaran entre ellas, no impidieron el vuelo de las mariposas este fin de semana cerca del Centro Histórico de la capital, en concreto, en las lomas de Bracho.
Aunque estas mariposas no eran pequeñas ni aleteaban; y ni siquiera estaban vivas. Por el contrario, habían sido confeccionadas por las manos de niños, jóvenes y adultos con colorido papel de china, finas pero resistentes varas de carrizo y pegamento líquido para lograr unir todas las partes.
Y es que esos puntos relucientes en el cielo grisáceo eran papalotes y las personas que los volaban eran los participantes del primer concurso de este juego tradicional mexicano, organizado por el Museo Etzcuincle, en coordinación con la Subsecretaría de Desarrollo Artesanal del estado y con el Instituto Municipal de Cultura.
La palabra papalote proviene del vocablo náhuatl papalotl, que significa mariposa, explicó el director y fundador del Museo Etzcuincle, Martín Letechipía, quien también es maestro en el Programa de Estudios e Intervención para el Desarrollo Alternativo (PEIDA) de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ).
Familias se reunieron este sábado en Bracho para ser partícipes de este evento, en el que aprendieron a fabricar las también conocidas en otros países como cometas y, posteriormente, las intentaron elevar gracias a unas condiciones favorables de viento y a la ausencia de lluvia, elemento climatológico que mantuvo en vilo la realización del concurso hasta el último momento.
Una de estas personas fue Miguel Ángel González Vacio, quien pese a no haber hecho nunca un papalote, pudo fabricar ayer el suyo y distinguirlo con una cara sonriente delineada con el papel de china. La cometa de este zacatecano se mantuvo durante todo el evento en el aire y además en lo más alto, lo que le dio el primer lugar en el concurso.
Sus habilidades con la artesanía, sin embargo, vienen de tiempo atrás. Desde 2009 empezó a asistir a los cursos del antiguo IDEAZ y a raíz de esto decidió enfocarse en su tiempo libre a la elaboración de judas, calacas, alebrijes y matracas, por ejemplo. Algunas de estas piezas, dijo, ya se las piden incluso en Estados Unidos a través de las redes sociales.
Su pasión por el trabajo manual, tradicional de México, ha comenzado a hacer mella en su familia, tanto en su esposa como en su nieta, la pequeña Minerva de tan sólo 4 años, pero que según su abuelo ya demuestra un interés sobresaliente en las manualidades.
Por eso, Miguel Ángel subrayó en varios momentos que el rescate de las tradiciones y, como en esta ocasión, de los juguetes populares “unen a las generaciones”, además de que “dan una idea, como mexicano, de quiénes somos y de dónde venimos”.
El papalote no es sólo un juguete para los niños, aseguró por su parte el maestro Letechipía, sino que en México es símbolo de tradición debido a que en regiones del sur del país, como Puebla y sobre todo Oaxaca, es un objeto que sirve para atraer las almas de los difuntos. Esta creencia traspasa la frontera incluso hasta zonas de Guatemala con la elaboración de cometas “enormes de 5 o 9 metros”.
Recordó uno de los momentos en los que los papalotes estuvieron presentes en el panorama nacional de manera reciente y que se trató de la iniciativa del artista Francisco Toledo de volar 43 cometas con los rostros de los estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos.
En ese sentido, Letechipía sostuvo que precisamente eventos como este concurso “permiten que la gente se dé cuenta que hay otras formas de convivencia; también es un evento por la paz, por el encuentro con la cultura popular, por las cosas importantes que tenemos en México y que a veces olvidamos por cosas con mucha parafernalia”.
Reiteró que es fundamental recuperar la artesanía y los juguetes tradicionales del país pues estos dan la posibilidad de mostrar “que hay cosas muy importantes de la cultura popular que muchas se están perdiendo”.
