Todas las guerras son detestables ante cualquier ser humano que abrigue un mínimo de humanitarismo. Pero son un instrumento para reacomodar la economía mundial o parte de ella. Por algo la guerra en Ucrania no ha terminado.
De acuerdo a varios politólogos, en el siglo XX todas las guerras fueron por petróleo. En el siglo XXI, las guerras no solo son por petróleo, en el 2022 se agregó el gas como instrumento estratégico. Pero sin duda, detrás del petróleo y el gas está la lucha por la supremacía mundial.
La guerra de Ucrania hizo estallar la crisis energética en Europa y los precios del gas explotaron en el 2022. En Alemania, el millón de BTU se triplicó, pasó de 8 a 24 dólares, en Japón casi se duplicó, pasó de 18 a 34 dólares, en Reino Unido pasó de 16 a 25 dólares, en Países Bajos de 16 a 38 dólares. En Estados Unidos y Norteamérica tuvo un incremento moderado de 4 a 6.5 dólares. Ante esto, el petróleo no podía permanecer al mismo precio y pasó en promedio, de 65 a más de 100 dólares el barril.
Comparativamente, los precios del gas resultaron entre 1.4 y 2.2 veces más altos que el petróleo. Con excepción de Norteamérica, donde, en sentido inverso, el petróleo fue 2.6 veces más caro que el gas.
Como consecuencia de los altos precios del gas, su consumo se redujo en 3.1% a nivel mundial (4.52 Exa joule (EJ). El 60 % de esa reducción (2.67 EJ) se dio en Europa, donde se consume la octava parte del gas del mundo. Con el gas caro, el consumo de petróleo en el mundo aumentó 4.2% (5.83 EJ). Fue mayor el aumento en el consumo de petróleo que la reducción en el consumo de gas, pero eso fue, debido al aumento en el consumo mundial de energía.
Y las cosas hubieran sido peores, si Europa no hubiera contado con la suerte de tener un invierno moderado, “gracias a los cambios climáticos” con lo cual la demanda en calefacción se redujo. El gas se usa fundamentalmente para calefacción, producción de electricidad y uso doméstico y el petróleo no puede sustituir en forma directa al gas.
A diferencia de Europa, en Norteamérica que consumen la cuarta parte del gas del mundo y donde el gas fue el barato, el consumo de gas aumentó 1.78 EJ, porque el precio del petróleo resulto 2.6 veces más alto que el del gas.
Hubo ganadores y perdedores resultado de la crisis. Los ganadores fueron los países y compañías productoras de petróleo y de gas. Debido a la mayor demanda de petróleo, el Medio Oriente que produce la tercera parte del petróleo del mundo, aumentó la producción de petróleo en 9.8 % y con ello y el aumento del precio, los ingresos de producción fueron 68% superiores a los del 2021. Estados Unidos que produce un séptimo del petróleo del mundo y aumentó su producción en 5.6%, debió haber tenido ingresos 62% superiores a los del 2021. Rusia que, a pesar del bloqueo, aumento su producción en 2% y produjo el 13.1% del petróleo del mundo, debió tener ingresos 57 % superiores a los del 2021. México mismo que produjo tan solo 2.2% del petróleo del mundo y tuvo un aumento del 1.6% en la producción, debió tener ingresos por sus exportaciones 56% superiores a los del 2021.
Y en cuanto al gas, los cálculos son un poco más complejos porque no hay un precio medianamente homogéneo en el mundo. Aun así, Rusia a pesar del bloqueo de occidente, produjo un 15.3% del gas del mundo, tuvo una reducción de 11.9%, pero considerando un aumento en los precios moderado, digamos de 8 a 24 dólares el millón de BTU, debió haber multiplicado por 1.6 sus ingresos por las exportaciones de gas.
Estados Unidos que produjo el 24.2 % del gas del mundo tuvo un incremento de 7.5% en la producción y suponiendo un aumento moderado de 4 a 6.5 dólares el millón de BTU debió haber tenido ingresos superiores en 68 % a los de 2021.
No todo son beneficios netos, porque los costos de producción debieron también aumentar. En contraparte, las ganancias de los productores de petróleo y de gas las pagaron los consumidores, entre los cuales la Unión Europea fue la más afectada. De hecho, la Unión Europea fue doblemente afectada, porque, mientras la guerra dure o “inconscientemente” para que la guerra dure asumió la decisión de financiar la guerra en Ucrania con armas, dinero y víveres. Sin embargo, sus gobiernos hacen pensar a los habitantes que están haciendo una obra humanitaria.
En contraparte, Ucrania, como no es un país petrolero ni tiene gas, no gana nada de los dividendos de ambos mercados. La destrucción de su país y sus muertos, solo está sirviendo de instrumento para que otros ganen, a cambio de armamento, loas como héroes y unas cuantas monedas.
