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lunes, 6 mayo, 2024
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Evocaciones del 68  ‘ Creyendo en la quimera, tratando de alcanzarla ‘

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Por: Mauricio Flores •

La Gualdra 367 / Libros / Op. Cit.

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La irrupción del movimiento estudiantil de 1968 —tanto en México como en el mundo— estimuló las hasta entonces vigentes maneras de pensar y actuar. Nadie a la fecha duda de ello.

Fue una experiencia que trascendió, sí, aunque también una vivencia de difícil recreación. Desde sus basamentos de libertad y juventud planteó, lo sigue haciendo, dificultades para su recuperación y recreación.

No obstante, lo observamos a cincuenta años, existen grandes ejemplos que abrazan y proyectan al 68, especialmente desde la narrativa. Faltaba una novela gráfica del 68 y Luis Fernando, con La pirámide cuarteada. Evocaciones del 68, salda la deuda. Bienvenida.

Un verano más llega a la ciudad que crece sobre el esqueleto de un lago…

Así comienza esta obra gráfica, bien podría decirse altamente didáctica, que nos lleva a las jornadas más importantes del movimiento. Seis meses que contendrán en la historia mucho más, y que si algo rompieron también fue el aburrimiento de todos.

La Pantera

Un estudiante de dibujo camina por la gran ciudad, hasta donde llegan los ecos de la insurrección parisina. Un estudiante que espera ansioso las Olimpiadas y canta lovely Rita, meter maid, lovely Rita, meter maid… ¡El primer aniversario del Sargento Pimienta!, desde Radio 590, la Pantera.

¿Será un verano aburrido?

El pleito estudiantil entre dos escuelas, el bazukazo a la Escuela Nacional Preparatoria, la manifestación del Rector, el Consejo Nacional de Huelga, las

grandes marchas y las censuras y arrinconamiento de la autoridad ante las peticiones del movimiento se despliegan con profusión de estampas en La pirámide… Y junto a esto el Mayo francés, la Primavera de Praga, la muerte de Luther King, la guerra en Vietnam.

Itinerario de una revuelta que el autor traza con imaginación y sin olvidar la historia de la región y sus habitantes. Hasta ese diálogo imaginario entre las deidades prehispánicas, al final violento de las jornadas libertarias.

“Ya se quedó jetón. Lo dejó pensando mucho el otro muchacho, ¿verdad Huitzilopochtli?”

“Sí. A ver cómo asimila todo lo vivido estos pocos meses. Fue algo muy intenso”.

“¿Y tons que? ¿Sirvió de algo, o más bien, servirá de algo este, digamos borlote?”

“Se enfrentaron valientemente a una pirámide muy grandota, Tezcatlipoca. Pero yo veo que sí hicieron unas buenas cuarteaduras. Claro que para derribarla falta mucho más, pero eso ya dependerá de otras generaciones, en otras circunstancias”.

“Y lo de la Plaza de las Tres Culturas…”.

“Eso fue una salvajada, Tezca, y lo digo como dios mexica, imagínate”.

Ya casi al cerrase el libro, escribe su autor:

“No se olvidan los muertos, aquellos que se fueron sin haber besado, de tan chicos […]. Pero aún con ellos (siempre), esta imagen por encima de todo: la feroz alegría avanzando como ola indetenible creyendo en la quimera, tratando de alcanzarla”.

***

Luis Fernando (Ciudad de México). Desde 1979 ha publicado en periódicos como Unomásuno, El Financiero, El Universal, la Jornada, Milenio Diario. En las revistas Emeequis, Dos Filos, El Gallito Cómics, El Chamuco. Con editorial Resistencia los libros Las insólitas aventuras de Yoni la Torta, Cácaro, la época del oro del cine mexicano en monos, Comixtlán.

Luis Fernando, La pirámide cuarteada. Evocaciones del 68, Secretaría de Cultura, México, 2018, 120 pp.

* @mauflos

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