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martes, 7 mayo, 2024
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¿Habrá izquierdas para el 2016?

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Por: MARCO ANTONIO TORRES INGUANZO •

El sistema de partidos ahora mismo representa mucho más un problema que una oportunidad para el desarrollo del país y particularmente del estado.  Lo preocupante es que es en los sistemas de representación donde está atorada la posibilidad de resolver los múltiples problemas públicos. Por ello, si no cambia dicha situación en el corredor que va de los partidos políticos, a las cámaras y a los espacios de gobierno, nuestra realidad seguirá siendo la continua profecía de Casandra. Si tomamos como centro analítico de la constelación de problemas de desarrollo a la desigualdad, podremos concluir que es urgente que emerja una izquierda partidaria que impulse lo que por definición constituye su identidad: políticas pro-igualdad social. Pero con las experiencias legislativas y de gobierno de los partidos que se autonombran de izquierda, sobretodo el PRD, las esperanzas se convierten en humo. El último gobierno del PRD en el DF, Oaxaca, Guerrero, y la fracción parlamentaria de ese partido en el congreso que acaba de terminar, es razón suficiente para tener la claridad de que ya no tiene identidad ideológica alguna y sólo se orienta de acuerdo al momento coyuntural. No tienen pudor en hacer alianza con Peña Nieto, con el PAN y construir las peores experiencias de gobierno en los municipios (por ejemplo, Guadalupe Zacatecas en las dos pasadas administraciones). Por ello, es preciso afirmar que este partido no es de izquierda, ni de derecha ni de centro: es una agencia política de oportunidad, con presupuesto público.

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Al PT, su mismo líder vitalicio, lo calificó de “franquicia”. Y en eso se convirtió. Llegó a ser el partido con el costo del voto más alto de la historia (340 pesos) por el enorme derrame de recursos que representaba mantener a las débiles clientelas. Aunque su conducta parlamentaria era de oposición al neoliberalismo y mantuvo ciertos cotos ideológicos que los dotaba de cierta identidad. Iguales claroscuros tuvo Movimiento Ciudadano. Sin embargo, el partido que mayores expectativas ha generado ha sido Morena. Este último ha tenido signos parciales que puedan apuntar a construir una experiencia política de renovación de la vida partidaria: por un lado, aglutina personalidades que tienen formación para proponer políticas de calidad, han hecho un esfuerzo en quitar el dinero como criterio de para la definición política, militantes de trayectoria democrática y candidatos que ofrecen algunas garantías de buen desempeño (como Araceli Damián ahora mismos en la Comisión de Desarrollo Social en san Lázaro); pero por otro lado, el autoritarismo del líder máximo que impone candidaturas, las prácticas de acarreo en sus elecciones internas de viejos políticos que arrastran sus prácticas desde su pasado priísta o perredista, hasta la falta de claridad de un programa político en el grueso de su militancia.

Con este panorama, la pregunta que nos preocupa es, ¿hay condiciones para construir una fuerza de izquierda, competitiva electoralmente y con un programa progresivo que genere posibilidades de usar al Estado en el lanzamiento del Desarrollo Humano en Zacatecas? Exploremos.

Con la recién elección del Consejo Político Estatal de Morena, en el que el monrealismo quedó en franca minoría, se hace posible un equilibrio de fuerzas que puede resultar virtuoso para la vida interna de este partido y sus definiciones políticas que miran al 2016. Esta circunstancia en Morena también facilita el acercamiento con el PT y MC en mejores condiciones de equidad. Puede muy bien remontar el obstáculo que representaba la reciente imposición de un candidato a la gubernatura por parte de López Obrador, y que a su vez, tensaba las posibilidades equilibradas e incluyentes de una alianza de las izquierdas. Con esto último, podrán participar el candidato del monrealismo junto con algunos aspirantes más que quieran competir dicha candidatura. Con la apertura a más pre-candidaturas, se abre también la inclusión a una diversidad de grupos que mejoren la fuerza de este polo. Una condición esencial es que se trabaje en serio en un programa de desarrollo para Zacatecas, y pueda remontar el gigantesco bache en que lo dejará Miguel Alonso. Un diagnóstico y programa de desarrollo humano con los mayores detalles posibles para Zacatecas será vital para que esta fuerza política dé muestras de que supera el pragmatismo de la izquierda de los últimos años. ¿Pero qué actores podrán ser responsables de esto último? Los liderazgos emergentes que mostraron organización en la mencionada elección de Morena, además de militancias nuevas que vengan de la lucha social y la academia. En estas semanas veremos si hay acciones concretas que encaminen estos pasos: eventos de debate y construcción del proyecto de desarrollo, cursos de preparación de la militancia y espacios de confluencia de la diversidad de organizaciones y personalidades de la sociedad civil y la academia que han estado ausentes de la vida partidaria, y se vean estimulados a participar. Es decir, a partir del equilibrio conseguido, se hace factible que se discuta una alianza entre los tres partidos de izquierda que hay en Zacatecas, y puedan sumar a una serie de actores sociales y académicos para constituir un polo político que ofrezca la posibilidad de triunfo junto a un proyecto de buen gobierno que rescate la función del Estado en esta entidad hundida en la inseguridad humana y la pobreza. Pero ya no hay mucho tiempo, el reloj corre en contra. ■

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