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viernes, 17 mayo, 2024
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Prevén su migración ejidatarios y habitantes de Matamoros de continuar obras de minera

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Por: ALMA RÍOS •

■ Podría agotarse el agua para la siembra en los terrenos que actualmente rentan a la empresa

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■  “Lo que queremos es que recojan sus cosas y se vayan”, expresa representante ejidal de la comunidad

Los ejidatarios de Matamoros, territorialidad ubicada en el municipio de Melchor Ocampo, tienen claro que minera Peñasquito agotará el agua que antes hacía posible sembrar en los terrenos que actualmente les renta, por lo que su exigencia de una renegociación  del convenio celebrado con la empresa en 2013 por una servidumbre durante 30 años y por la que les pagaron 3 millones y medio de pesos, prevé la obtención de recursos suficientes para poder emigrar.

En el área se está construyendo infraestructura y se han instalado en terrenos aledaños obras para la extracción de agua. Cada día Peñasquito Goldcorp requiere 130 mil millones de metros cúbicos de agua, necesarias para procesar similar peso masa de minerales extraídos en su proyecto instalado en el municipio de Mazapil.

“Eso es lo que se ha venido diciendo. Ellos dicen: tus tierras valen esto ¡Cómo estás exagerado!  Ellos dicen: 260 veces más estás cobrando de lo que valen tus tierras. Nosotros le decimos no. Póngale que eso fuera así pero aquí nos van a acabar el agua. Ésta es una gratificación porque nos vas a correr a emigrar a donde haya agüita. Tenemos que emigrar. Y ya de perdido usted dice tengo una pensioncita de 50 mil pesos anuales o que se yo. Ya con eso usted a ver qué puede hacer en otra parte”, refieren a través de su representante Rodolfo Cisneros Gallegos.

La comunidad Matamoros está conformada por alrededor de 130 familias integradas por entre 4 a 5 miembros, por lo que suman alrededor de 600 personas quienes sin agua para sembrar, y tal vez vivir, tendrían que dejar este lugar para buscar la sobrevivencia en otro sitio, adelantan.

“Eso sin contar las demás comunidades aledañas: San Miguel, San Jerónimo, Santa Elena, Rodeo, El Vergel, Cedros…es el mismo acuífero, según”.

Cisneros Gallegos recordó a un enviado del área de Relaciones Comunitarias de Peñasquito, quien luego de varias visitas a la comunidad terminó por retirarse y al parecer por perder el empleo cuando el líder comunitario le dijo:

“A ver amigo nada más le voy a poner una apariencia: usted me da un millón de pesos y yo le doy el agua. Pero es como si estuviera en un desierto  ¿Luego que voy a hacer con el millón de pesos si no voy a tener agua. ¡Mire un puñote de oro ahí y el vaso de agua acá. En vez de agarrar el kilo de oro, pues yo mejor me voy a tomar el vaso de agua, le dije.  Ése es el valor que le damos nosotros a nuestras tierras. Porque primero nos las querían pagar a mil 500 pesos la hectárea”, esto es 36 mil pesos.

La disyuntiva para los campesinos no es más dinero, sino opciones de vida. Por ello señalaron, sí se les diera a elegir hoy preferirían que la mina se fuera.

Esto, luego de los múltiples conflictos no solamente con empleados de la empresa extractiva canadiense sino con las autoridades, y actualmente de inseguridad, entre los que se encuentran el abigeato en la zona y la presencia de “camionetas” y gente desconocida.

Rodolfo Cisneros y los ejidatarios que lo acompañaban durante la entrevista aseveraron el sentimiento general de la comunidad apunta a la exigencia  se sintetiza así: “lo que queremos es que recojan sus cosas y se vayan”.

Antes de la presencia de la empresa canadiense, dijo, nadie de Gobierno del Estado los visitaba, “la policía nadie, nada, nada”.

Recientemente luego de que hicieran una toma para impedir obras de la empresa que se asientan en un terreno de servidumbre de paso en reclamo del apego a las condiciones del convenio y su renegociación económica, fueron visitados por Policía Estatal, el Ejército y hubo 10 detenciones señalan, sin orden judicial.

Sobre la posibilidad de que la minera se retirara, aseveró, “nosotros nos sabemos mantener, hemos sobrevividos por generaciones. Es pura gente de trabajo aquí”.

Antes se sostenían del tallado de la lechuguilla y la extracción de cera de candelilla, especies vegetales que se producen en la zona.

Luego dijo, poco a poco y con esfuerzo se acondicionó un área de riego, se perforaron y equiparon pozos, los cuales tenían apenas 10 años en funcionamiento ayudando en la producción agrícola.

La gente que ha leído el tema de su conflicto con Peñasquito Golcorp dijo, “dice: si son 24 hectáreas…nos dicen ambiciosos. Nosotros nunca lo hemos visto así, vemos por el perjuicio que nos van a hacer. Lo más duro señores, vamos en contra de la mina ¿cómo vamos a dejar que se acabe el patrimonio de nuestros hijos? Luego van a decir: mis papás serían de a tiro miedosos o qué se yo, que cómo no enfrentaron a la mina en su debido momento. Es como nos hemos ido solidarizando y haciendo más fuertes. Toda la gente quiere lo mismo. Que se vaya la mina, no queremos ni un peso, nos sale mejor que se vaya…”.

 

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