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miércoles, 15 mayo, 2024
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Neoliberalismo implementó una violencia institucional contra los migrantes: docente

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Por: MARTÍN CATALÁN LERMA •

■ Son considerados como criminales y generadores de desempleo, señala Corona Loera

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■ Los mexicanos constituyen el grupo inmigrante más numeroso en los Estados Unidos

La instauración del Neoliberalismo en el país, en la década de los 80 del siglo pasado, coincidió con la implementación de políticas para detener el flujo migratorio en la frontera entre México y Estados Unidos, y con ello la promoción de una violencia institucional contra los migrantes, afirmó Víctor Corona Loera, docente de la Unidad Académica de Antropología de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ).

A pesar de que en el año 1924 se formó la Patrulla Fronteriza, expuso, no es hasta finales de la década de los 80 cuando se convirtió en una frontera problemática, ya que a partir de ese momento se inició con medidas encaminadas a frenar los flujos migratorios ilegales,  entre ellas el Hold-the-Line (Operación Bloque) El Paso, Texas, septiembre 1993; Gatekeeper (Operación Guardián) San Diego, California, octubre 1994; Safeguard (Operación Salvaguarda) Nogales, Arizona 1995; Río Grande (Operación Río Grande) Río Grande, Texas1997, y Arizona Border Control Iniciative, Frontera de Arizona 2004.

La migración de mexicanos hacia Estados Unidos, más allá de las heterogéneas racionalidades y motivos que la propician, agregó, alude a un fenómeno de agregado al cual, desde la cultura dominante estadounidense, le han adjudicado diversos efectos sobre la economía y la sociedad estadounidense.

Muchos de estos supuestos efectos corresponden a invenciones estereotipadas desde las cuales los inmigrantes son considerados como criminales, delincuentes, portadores de enfermedades, parásitos de los programas de asistencia, generadores de desempleo y otras calamidades de la economía y el bienestar de los estadounidenses.

“Los migrantes mexicanos han sufrido los tres tipos de violencia; institucional, artera y racista; ello por la manipulación del fenómeno migratorio señalado como generador de problemas económicos y asociado a situaciones de violencia, narcotráfico y desestabilidad social. El hostigamiento racial no sólo ocurre en los periodos de recesión económica, sino también en el ámbito cotidiano”, expuso Corona Loera.

En septiembre de 2013, expuso, la ONU informó que había 232 millones de emigrantes, lo que representa 3.2 por ciento de la población mundial. Por su parte, en Estados Unidos se manejó que la población de origen hispano sumaba 53.9 millones de inmigrantes.

De una población registrada hasta ese momento de 316 millones de habitantes en Estados Unidos, cifra que representa 17.1 por ciento del total de la población norteamericana, destacó la importancia que tiene la migración internacional en dicha nación, pues albergaba al mayor número de migrantes internacionales en ese momento con 45.8 millones.

Por tanto, aludió a Francisco Alba para señalar que la migración internacional es en la actualidad una de las cuestiones más prominentes de la agenda mundial y, desde luego, de las agendas regionales y nacionales, debido a la escala, complejidad, heterogeneidad y multiplicidad de propósitos del fenómeno migratorio.

Expuso que México comparte una frontera de 3185 kilómetros, siendo está, una de las más complejas y más dinámicas a nivel internacional, ya que, según el “Migration and Remittances Factbook 2011” Banco Mundial, 11.6 millones de migrantes en 2010, utilizaron esta frontera.

La migración entre México y Estados Unidos, explicó Corona Loera, es un fenómeno esencialmente laboral, impulsado por la interacción de factores que tienen sus raíces en ambos lados de la frontera. Aunque con cambios en su intensidad y modalidades, el movimiento migratorio ha sido una constante en las relaciones entre los dos países desde el siglo pasado.

Asimismo, “la historia de dicha emigración es un caso único en el conjunto de la historia de la migración internacional, en la que no sólo están implicados dos países, sino dos estándares de vida muy diferentes que comparten una línea fronteriza”.

Indicó además que los mexicanos constituyen el grupo inmigrante más numeroso en los Estados Unidos con casi un tercio de todos los inmigrantes, en 2007 había 11.7 millones de personas residiendo en dicho país que habían nacido en México. Esta es una diáspora gigantesca equivalente a cerca del 10% de la población total de México, sin embargo es una diáspora en desventaja ya que el Pew Hispanic Center estimó que en 2008 había 11.9 millones de indocumentados de los cuales la mayoría eran mexicanos.

Para el año 2013, el número de latinos que residían en Estados Unidos, representaban 17.1 por ciento de la población, con un total de 53.9 millones, de los cuales 34.6 eran de origen mexicano, mientras que en el año 2010 representaron 31.79 millones, manifestando un aumento de 2.8 millones, casi un millón por año; por lo que México aporta 5.7% de los 232 millones de migrantes en el mundo.

Corona Loera concluyó que el fenómeno migratorio entre México y Estados Unidos posee sus modalidades propias, pues su situación ha derivado en la actual cuestión migratoria que introduce en la relación bilateral múltiples aspectos irritantes. Para México estos aspectos se refieren tanto al incremento de los accidentes y la violencia de que son objeto los migrantes en sus intentos por ingresar a Estados Unidos, cuanto al fortalecimiento agresivo de obstáculos, barreras y el patrullaje a lo largo de la frontera, al tiempo que los intercambios comerciales y otros movimientos y flujos se promueven y sostienen un gran dinamismo.

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