■ Los habitantes de la comunidad Saucito del Poleo desconocen la problemática
■ Los jales contienen poderosos químicos que afectan la salud humana y ambiental
El municipio de Fresnillo declaró que esperará a que la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) emita una resolución por el derrame de 450 toneladas de jales que provocó la empresa minera Saucito, localizada en la comunidad Saucito del Poleo, en Fresnillo.
La compañía minera, que fue inaugurada el pasado 12 de julio de 2011, se ubica a 20 kilómetros de la cabecera municipal y es parte del consorcio minero denominado Fresnillo PLC, que se dedica a la sustracción de metales como oro, plata y plomo.
En el parte informativo que emitió la Profepa, resaltó que el pasado domingo 6 de diciembre se presentó la ruptura de uno de los ductos que transportaban el material de la planta hacia la presa de jales, y por ello, afectó una superficie de 8 mil metros cuadrados propiedad de la empresa, además de una parcela aledaña a la compañía minera con una extensión de mil 600 metros cuadrados.
Ante los hechos, el presidente municipal de Fresnillo, Gilberto Eduardo Dévora Hernández, declaró que pese a que la contaminación en la comunidad por el derrame de jale no es un tema que involucre a la presidencia municipal, está al pendiente del desarrollo de la investigación.
“Éste es un tema federal donde interviene la Profepa. Estoy dejando que hagan su trabajo. Dentro de lo que platiqué con el personal de minera Saucito, dicen que es una situación que se va a resolver de manera rápida”, manifestó el edil.
Aunque especificó que estará atento al desenlace de la problemática, dijo desconocer si el derrame de jales pueda provocar un problema ambiental que afecte a los cerca de 260 habitantes de la localidad, además de la población flotante que trabaja dentro de la empresa.
Los jales que son sustraídos de las minas contienen una mezcla de agua y lodo proveniente de la molienda de los metales que son mezclados con poderosos químicos para la recuperación de los metales sustraídos y éstos pueden llegar a afectar la salud humana; las formas de contaminación son por contacto, por ingestión y por inhalación.
El presidente municipal confió en las versiones que emitió la empresa minera al asegurar que los jales no presentaban químicos altamente contaminantes y reiteró que esperarán a que la Profepa emita el dictamen final para determinar si la empresa minera contaminó con el incidente de los jales, y en caso de que se tenga que indemnizar al particular afectado, se realice conforme a la ley.
El Poleo, comprado por la empresa
La comunidad que anteriormente se dedicaba a la siembra de productos como el frijol, ha sido abandonada por sus hombres, quienes han dejado las prácticas heredadas por sus ancestros para inscribirse en las filas de la empresa minera, que presume que es uno de los mejores lugares del mundo para trabajar.
Los pocos habitantes de la localidad que se observan en las calles son reservados, dicen desconocer de la problemática que se presentó durante el pasado fin de semana al momento de cuestionarles por el lugar preciso donde ocurrió el derrame de 450 toneladas de jales, incidente ambiental que los colocó en la mira nacional.
Un grupo de madres de familia que acude a dar el almuerzo a sus hijos a la escuela primaria del lugar, declaró que escuchó algo que había pasado en la mina sin dar más pormenores.
Las cerca de 54 modestas viviendas que conforman la comunidad son opacadas por las grandes y pesadas unidades motrices que se dedican al transporte del material extraído. La pequeña comunidad ha sido rebasada por la gran actividad que la empresa realiza en su territorio y que le ha robado la calma que hace apenas cinco años imperaba en el lugar.
Grupos mineros involucrados en más desastres ecológicos
La empresa minera Saucito del Poleo es parte del grupo minero Fresnillo PLC que es propiedad de Alberto Bailleres González, presidente del Grupo Bal, conglomerado de empresas que incluyen diversos negocios entre los que destaca la minería y metalurgia.
Esta compañía minera instalada en el municipio de Fresnillo se suma a la lista de las empresas que han protagonizado episodios con resultados en daños ecológicos para la comunidad donde se ubican.
Uno de los más polémicos por la gravedad de sus afectaciones fue el caso de contaminación provocada por la cuarta fundidora de plomo más importante del mundo instalada en el municipio de Torreón, en Coahuila, propiedad de la compañía Peñoles de Alberto Bailleres González.
Según estudios realizados por investigadores de la Secretaría de Salud, en 1962 documentaron que pobladores de la Comarca Lagunera presentaron altos niveles de plomo, cadmio y arsénico, tres elementos altamente dañinos para la salud, mismos que fueron atribuidos a la empresa Peñoles.
Pese a los resultados obtenidos en muestras, a inicios de 2001, los altos niveles de contaminantes siguieron constantes en muestras tomadas en 60 colonias de todo el municipio, donde se determinó que el cadmio y el arsénico son un problema para la niñez de Torreón.
Caso similar se registró en el municipio de Santa Cruz, Sonora, donde la empresa minera La Parreña, propiedad de Grupo Peñoles, descargó los excedentes de sulfato de cobre sobre el arroyo Milpillas, afluente de la presa Comaquito, donde abrevan cerca de 35 mil cabezas de ganado y el agua es utilizada para el riego de 900 hectáreas de producción agrícola.
Debido a la contaminación del agua, el guajolote silvestre y el pescadito de río han desaparecido y cada vez son menos los mapaches que se observan en la zona que quedó marcada de color turquesa y que ha dejado a su paso un bosque de árboles secos.
Gracias al vacío legal y normativo, se impide la atención oportuna y eficaz en estos casos donde las empresas extractivas no son sancionadas por los daños que provocan a los habitantes de las zonas mineras.
Peñoles cuenta con presencia nacional en 12 entidades del país dentro del ramo minero metalúrgico, la empresa ocupa el sexto lugar como exportador privado en México sin olvidar que es el complejo minero más grande en América Latina y el cuarto a nivel mundial.
Condecorado contaminante
Cabe destacar que el pasado 4 de noviembre del presente año, el Senado aprobó por mayoría otorgar al propietario de la industria minera contaminante, a Alberto Bailleres González, la medalla Belisario Domínguez, designación que se efectuó entre gran polémica y cuya votación, por primera vez en la historia, no fue unánime.
La elección provocó las críticas de perredistas y petistas al argumentar que la condecoración a uno de los hombres más ricos de México no es perfil adecuado, en momentos en que la mayoría de los mexicanos vive en la pobreza y la desigualdad.
La revista Forbes señala a Bailleres González como el segundo hombre más acaudalado de México, medición que se realizó en 2013 y sólo fue superado por Carlos Slim.
También se convirtió en el primer propietario de un pozo petrolero el pasado 25 de febrero, esto como parte de la Reforma Energética, donde se tiene estimada una inversión inicial de 12.6 mil millones de dólares y se proyecta que para 2018 sea de 50.5 mil millones de dólares.
