Por si hubiera alguna duda de que la Reforma Educativa tiene un tinte administrativo laboral que con la evaluación y permanencia se torna punitiva; que tiende en el mediano plazo hacía la privatización de la educación; resulta que también se diseñó con fines presupuestales pensando en economizar y ahorrar gastos lo más posible, tal y como ocurre con muchas de las plazas vacantes. El mejor ejemplo de esto último, está en el acuerdo de la SEP y el SNTE para separar del sueldo base (concepto 07) el estímulo salarial por concepto de la carrera magisterial (CM). Misma que desde hace un año pasó a mejor vida. Conforme pasen los años al tiempo que se irán jubilando miles de enseñantes, el gobierno ira restando el monto de la parte proporcional que se paga a los maestros que cobraban el estímulo referido de una cifra de 53 mil millones de pesos que hasta este año se han venido repartiendo entre 512 mil maestros, según nota del Reforma (5 de julio de 2016).
La medida ha causado el enojo de muchos maestros y no sin razón. Resulta que a diferencia de lo que venía ocurriendo desde que se instituyo, hace 23 años, a partir del presente el aumento salarial anual al separar la CM del sueldo base, ya solo se reflejara en este concepto. Había profesores que venían cobrando dependiendo del nivel en que se ubicaban por CM un tanto o dos más que su sueldo.
La CM se consideraba como una conquista laboral de los maestros. Se creó en el gobierno salinista como resultado del proceso de descentralización educativa iniciado en 1992. El entonces presidente acordó con Elba Esther Gordillo que iniciaba su cacicazgo arropada por el poder del Estado, aplicar a partir del siguiente año un nuevo escalafón vertical en el que los maestros que voluntariamente desearan evaluarse de resultar bien valorados cobrarían una compensación que se agregaría a su sueldo. La CM se implementó como una medida compensatoria para elevar los históricamente crónicos bajos salarios que los maestros venían percibiendo. Cabe hacer mención que en la práctica resultó un poderoso instrumento que mediatizó y menguo la lucha y protestas magisteriales. Quien quisiera ganar más debería olvidarse de las protestas callejeras, contagiarse de la fiebre escalafonaria de puntitis: Acudir a cursos de actualización, tomar diplomados, cursar posgrados y pasar las evaluaciones a las que eran sometidos. Cierto que el espíritu con el que operó CM fue muy cristiano pues aparte de las corruptelas para favorecer a comisionados y cercanos a las burocracias sindical y oficial, a programa de estímulos ingresaban solo cada año solo la cantidad de aspirantes hasta donde alcanzaba el presupuesto ex profeso que se le destinaba.
No hace falta ser muy inteligente para sacar la conclusión que mediante este esquema de estímulos no se iba a lograr la ansiada calidad educativa que desde que México está bajo la órbita neoliberal acatando el consenso de Washington, sus gobiernos repiten como estribillo. El programa de CM se tornó en exceso pragmática. Además del espíritu cristiano del que estaba imbuido, descansó por lo que hace al nivel básico, en una especie de darwuinismo magisterial. Regidos por la ley de la selva individualista, ganaban los estímulos monetarios los que más puntos acumulaban y se repartían las bolsas asignadas. Algunos maestros con su característica picardía muy propia del gremio la llamaron “barrera magisterial”. Algunos más sardónicos se referían a ella como burrera magisterial dando a entender que las credenciales (constancias de estudios y títulos) y puntos que acumulaban no los hacían mejores en su práctica y quehaceres docentes y que en última instancia el mejor maestro es aquel cuyos alumnos aprenden más y mejor los conocimientos significativos y útiles que les sirven para su vida.
Quien vino a enterrar a la carrera magisterial fue la Reforma Educativa peñista al sustituirla por el nuevo programa de estímulos que tendrá por sustento los resultados de las evaluaciones. Ahora en teoría, solo los que resulten con el rubro de “destacados” tendrán derecho a ver incrementados sus ingresos
La casi inédita manifestación de los maestros neoloneses más que en protesta contra la reforma que también puede considerase así y en apoyo al magisterio movilizado que demanda derogar la Reforma Educativa, ha tenido por motor la separación que se ha hecho del pago del estímulo de la CM en virtud de que ya no impactara en el monto de las pensiones jubilatorias como venía ocurriendo.
La restitución del estímulo CM magisterial al concepto 07 es uno de los puntos sujetos a negociación con Gobernación. Al separar ambos pagos no se cumple con el artículo 10 transitorio que menciona que los beneficios adquiridos por los maestros no se verán afectados. Aunque la reanudación del dialogo reactivado el pasado martes 5 luego de que Osorio Chong amenazara con un ultimátum, puede ser parte de la estrategia de llevar apostar al desgaste el conflicto y esperar a que con el ya muy próximo receso de las vacaciones los inconformes se desmovilicen y ya no sigan realizando bloqueos carreteros y de calles como medida de presión para derogar la reforma educativa. El SNTE que se ha caracterizado en todas las coyunturas por ser aliado, cómplice, palero y alcahuete del gobierno, previendo la posibilidad de ser rebasado por las bases se ha subido a la tribuna (ver La Jornada, 7-07-2016) solicitando a las autoridades eliminen del proceso de evaluación “toda visión (sic.) o acción sancionadora o punitiva”, para lo cual está demandando una mesa [de negociación] SEP-SNTE. ■
