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sábado, 4 mayo, 2024
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■ Con una trayectoria de 58 años, fue referente en teatro, cine y televisión

Se realizará homenaje en Bellas Artes a Gómez Cruz

■ "Me molesta recordar viejos tiempos, mejor vivo el instante", decía el actor

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Por: La Jornada •

Ciudad de México. Ernesto Gómez Cruz, uno de los mejores actores de México, quien falleció la noche del sábado a los 90 años, será homenajeado en el Palacio de Bellas Artes, en una fecha que las instituciones determinarán con la familia, anunciaron la Secretaría de Cultura federal y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal).

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En la memoria queda El Azteca, uno de sus personajes emblemáticos, ese chilango reventado de los años 60 con su grupo de camaradas de desmadre (Estilos, Capitán Gato y El Mazacote) en una escena de Los caifanes, de Juan Ibáñez, dijo: cualquier día entregas los tenis y no te enteras de tu propio guateque cadavérico.

Fue su primera interpretación en cine, en 1966, un despegue que le hizo aparecer luego en más de 200 películas, representando a personajes que, muertos en el papel, Gómez Cruz los hacía de carne, hueso y, sobre todo, de vísceras. Actuaciones que fueron sentidas por millones de personas, no sólo por el convencimiento que ofrecían sus roles, sino por ver en él a alguien como ellos: con sus mismos problemas, su mismo color de piel y fisonomía.

Al menos dos generaciones de cinéfilos gozaron a este histrión que trabajó bajo la guía de directores como Miguel Littin, Felipe Cazals, Arturo Ripstein y Luis Estrada. Fue reconocido no sólo con premios como el Ariel de Oro, la Medalla de la Filmoteca, o por su carrera por la Cineteca Nacional, sino por la misma comunidad actoral y de cine que, sin embargo, no pudo hacer nada por él en sus últimos días.

Descubrí mi talento al hacer teatro en mi tierra

Gómez Cruz, nacido en 1933 en Veracruz. Muy joven vino a la Ciudad de México con apenas estudios primarios, pero pudo obtener una beca del Inbal. Pasó hambre, dejó a su familia para venir a estudiar y abrirse paso en esa dura carrera.

Decía que desde un principio deseaba ser actor. Eso lo decidí desde que descubrí mi talento haciendo teatro en mi tierra. Ahora, lo único que quiero es salud para no dejar de trabajar mientras tenga facilidad de palabra y de retener diálogos. Mi sueño es seguir viviendo, afirmó en estas páginas.

Participó en cintas como El callejón de los milagros, Actas de Marusia, El imperio de la fortuna, El crimen del padre Amaro, Auandar Anapu, La ley de Herodes, El infierno.

Decía que haber elegido la carrera de actor no fue una idea improvisada, porque tuve que venir a estudiar durante más de tres años y gracias a eso pulí el talento, este apoyo divino que no cualquiera tiene.

En El callejón de los milagros, dirigida por Jorge Fons, Gómez Cruz interpreta a Don Ru, un hombre maduro que decide manifestar su homosexualidad. Mi trabajo implicó estudiar al personaje; no se trata de sólo memorizar los diálogos, pues hay que canalizar la esencia de lo que es el personaje. Si no logras esto no sale creíble.

Así era don Ernesto, de quien las instituciones culturales y gremios y parte de la comunidad lamentaron su partida.

La Secretaría de Cultura federal señaló que sus trabajos son un legado invaluable. Su trayectoria artística de 58 años en teatro, cine y televisión lo convirtieron en un referente de las artes escénicas en México. La Asociación Nacional de Actores (ANDA) fue la que informó de su muerte a través de redes sociales sin dar las causas del deceso.

La Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (Amacc) lo calificó como un pilar fundamental de la actuación en el cine mexicano y protagonista emblemático de películas referenciales de la historia del cine latinoamericano que fue ganador de 8 premios Ariel, 12 postulaciones y del Ariel de Oro en 2014.

También se expresaron sus condolencias el Inbal, Cultura UNAM, Filmoteca de la UNAM, Cineteca Nacional, el Sistema de Teatros de la Ciudad de México, así como actrices y actores que vieron en él a un maestro.

Vivo en una soledad terrible

Gómez Cruz fue uno de nuestros mejores histriones al que, sin embargo en sus últimos días ya no lo llamaban para trabajar. Así, lentamente, como él lo repetía, aseguraba que vivía “en una soledad terrible y aplastante, que me tiene esperando el fin de mis días.

Aunque si surge algo nuevo con gusto seré uno de los primeros en apuntarme, aunque a este paso sólo espero la muerte; esa es segura que llega, reiteró el actor en una entrevista de 2019 con la entonces agencia de noticias Notimex.

Gómez Cruz admitía que sus facultades visuales ya no eran las mismas e incluso tenía una grave pérdida de memoria, que le impedía llevar una vida fluida. Aceptaba que ya no podía retener diálogos y eso provocaba que no consiguiera oportunidades. Recalcaba que ni los productores de televisión, ni siquiera los estudiantes que otrora lo llamaban para hacer lucir sus cortometrajes, lo invitaban a sus proyectos.

Decía que sólo esperaba el momento para partir y no regresar, claro, cuando Dios lo juzgue conveniente. Me voy a una gira larga y ya no regreso. Me molesta recordar viejos tiempos, mejor vivo el instante. Pero también afirmaba sentirse activo y útil, por lo que ingresó en ese tiempo como secretario de Jubilación de la ANDA.

Pese a su trayectoria, compartió que su situación económica era complicada, pues ya no vivía en su casa por lo que rentaba un cuarto y no tenía un peso en la bolsa. Sin nada, porque cuando voy a mi casa veo que ya no es mía, ahora es de mis hijas. Por eso vivo solo, rentando un cuartito.

Gómez Cruz sostuvo en una entrevista para la televisión realizada durante el reconocimiento que le hizo la Academia Mexicana de Cine que su estado de salud se encontraba un poco delicada, pues se sentía mal y en ese entonces afirmó que se trataba de una de sus últimas apariciones públicas. Tengo que aprovechar estos instantes, ya gocé mi tiempo y ahora nada más esperar el momento, (aunque) espero que ese momento tarde en llegar.

Miembro emérito de la Amacc, Gómez Cruz deja un legado único: un baúl lleno de historias y emociones intensas en la cinematografía del país. Aunque al final le tocó representar el papel que también encarnan algunos de nuestros íconos del arte actoral, el del desamparado.

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