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sábado, 4 mayo, 2024
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Feminicidio, la forma más extrema de terrorismo sexista

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Por: ALMA RÍOS •

■ En Zacatecas se tipificó como delito apenas en el año 2013; se investigan 29 casos a la fecha

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■ Suecia, donde según un reportaje publicado por El País, la nación nórdica “presenta una de las mayores tasas de violencia machista de la Unión Europea”

■ El fenómeno de agresión en contra del sector femenino trasciende a altos contextos de desarrollo económico, así lo ha demostrado el presidente de EU, Donald Trump

A pesar de los avances en la inserción de las mujeres en la vida pública, de la generación de documentos y pronunciamientos internacionales en favor de la defensa de sus derechos humanos y de mecanismos legales que hacen eco de ellos en los países, incluido México, para protegerlos. Y a más de 100 años del establecimiento de una fecha para conmemorar sus logros laborales, se siguen registrando diversas manifestaciones de violencia en su contra, que tienen como último peldaño la concreción de feminicidios. Todo, que desvela la persistencia de un conflicto social con el hecho de ser mujer, no obstante haberse cruzado el umbral del Siglo 21.

Recientemente en Zacatecas un pronunciamiento político de Iris Aguirre Borrego respecto de la comunidad migrante en los Estados Unidos, con el que puede o no estarse de acuerdo, devino en una serie de ataques sexistas en redes sociales. Y una nueva serie de ataques, luego, contra políticas que denunciaron las agresiones como violencia de género contra la legisladora del Partido Encuentro Social.

La reedición por Drácena de Reencuentro de personajes, libro de Elena Garro, generó también en redes sociales críticas por la inclusión de un cintillo sexista que presentó a la autora mediante la referencia de sus relaciones con otros intelectuales: “Mujer de Octavio Paz, amante de Bioy Cáceres, inspiradora de García Márquez y admirada por Borges”, mismo que finalmente la empresa editorial retiró luego de la diatriba.

En otro ámbito, el del periodismo deportivo, Marion Reimers presentadora de Fox Sports ha unido esfuerzos con sus pares Verónica Rodríguez y Jimena Sánchez para, mediante la organización Versus, poder visibilizar la violencia de género que se expresa en su contra en redes sociales, luego de recibir por cientos, mensajes insultantes, sexuales o que minusvaloran su capacidad para comentar sobre deportes.

El fenómeno de la agresión contra las mujeres trasciende a altos contextos de desarrollo económico. Así lo ha demostrado Donald Trump, quien desde su cuenta de Twitter manifestó: “Si Hillary no puede satisfacer a su esposo (en alusión al caso Lewinsky) ¿cómo pretende satisfacer a Estados Unidos?” o “da igual lo que los medios escriban mientras tengas junto a ti un trasero joven y bonito”.

En respuesta, y para exponer al mandatario como una amenaza a los derechos de las féminas, más de 2 mil personas en Washington y una suma de alrededor de medio millón en todo el territorio estadounidense se manifestaron en enero de este año en la Marcha de las Mujeres contra Trump, a la que también se sumaron colectivos de otras 600 ciudades en el mundo.

Otro es el caso de Suecia, donde según un reportaje publicado por El País, la nación nórdica “presenta una de las mayores tasas de violencia machista de la Unión Europea”, no obstante haber incluido en sus instituciones políticas transversales de equidad de género y tener un “Gobierno feminista”.

Es el país europeo tiene la tasa de empleo más alta para las mujeres, con 78 por ciento, pero a la par encabeza el porcentaje de agresiones físicas y sexuales contra ellas, ubicado por encima de la media en aquella región.

Así, ocurren 13 asesinatos de mujeres al año en una población de 10 millones de habitantes, cifra que contrasta el registro periodístico Suecia: ¿paraíso de igualdad?, con las 44 ocurridas en España en 2016. Éstas contextualizadas en una nación de 46.5 millones de personas.

Entre las explicaciones que se dan al fenómeno se propone como principal, el que “en los países nórdicos las mujeres han logrado más poder y eso suscitaría una reacción violenta del mundo más rígido y machista”.

Un mayor empoderamiento económico de las mujeres en detrimento del correspondiente al interior de los hogares por parte de los hombres ha sido también una de las explicaciones dadas a los feminicidios ocurridos en Ciudad Juárez, Chihuahua. Los crímenes inauguraron en el país desde 1993 la socialización mediática de las agresiones brutales hacia las mujeres hasta ocasionarles la muerte, por el solo hecho de serlo, y han tenido entre sus principales víctimas a trabajadoras de las maquiladoras del estado fronterizo.

En México las diferencias entre vivir siendo hombre y mujer se trasladan al morir. En el primer caso las tasas de homicidios alcanzan sus niveles más altos entre los 18 y los 30 años y descienden de manera notable después de los 40, señala el documento Aproximaciones, Tendencias y Cambios, un estudio de largo plazo que dio seguimiento a las muertes de mujeres entre 1985 a 2009.

El documento generado por la Comisión Especial para Conocer y dar Seguimiento Puntual y Exhaustivo a las Acciones que han Emprendido las Autoridades Competentes en Relación a los Feminicidios Registrados en México, ubica en el caso de los decesos violentos de las féminas que a diferencia de los varones, manifiestan varias crestas.

Una primera va desde el nacimiento hasta la edad de cinco años (10%). Luego la curva alcanza su cúspide entre los 15 y los 29 años (18%). Y desde los 30 y hasta los 40 años las muertes violentas femeninas se ubican en una “meseta alta” a la que corresponden entre el 18 y el 15 por ciento de los decesos. No obstante, persiste el riesgo en la tercera edad, pues a partir de los 60 años se registran más defunciones femeninas que masculinas producto de un acto intencionado.

Diana Rusell, quien acuñara el término feminicidio, lo propuso inicialmente como “la forma más extrema de terrorismo sexista motivado por odio, desprecio, placer o sentido de propiedad”, según refiere en su libro Feminicidio. La política del asesinato de las mujeres, que tuvo su primera traducción en México en 1992.

En Zacatecas los feminicidios se tipificaron como delito apenas en el año 2013. Organizaciones feministas como Aquellarre Zacatecas, y activistas como la artista visual Sonia Félix Cherit, han salido a las calles a exhibir su cada vez más reiterada ocurrencia.

Durante el 2016 e integradas al movimiento nacional #VivasNosQueremos, fue la muerte de Salomé Lamphar Sánchez, una madrugada del 30 de mayo de ese año a manos de su pareja, el foco de las denuncias.

Salomé fue asesinada por su novio, quien esa noche la insultó, maltrató y terminó asesinándola a navajazos en el domicilio de la víctima, ubicado en la colonia Cinco Señores de la capital del estado.

Otros casos también han sido exhibidos mediante los testimonios del drama de la violencia que siempre se entreteje con palabras cariñosas de los agresores: “lo de ayer ya no vuelve a pasar”, “te amo bebé”, “gracias por dejarme amarte”, “reinita”, “lo que quería era que te dieras cuenta que eras mi mujer” o “tú sabes que yo te amo aunque me haya equivocado”.

A los cariños verbales precedieron episodios que dejaron en ellas secuelas como traumatismos craneoencefálicos, fracturas múltiples, dificultades del habla o la muerte, porque el agresor le lanzó a la mujer que decía amar, una caja metálica de herramientas en la cabeza, le arrancó el labio a mordidas, le provocó un aborto a golpes, o le arrojó una olla de agua hirviente a la cara “para evitar que se fuera con otro”.

Uno feminicidio reciente, el de Claudia “N”, inscrito en la caracterización de violencia obstétrica en tanto que la víctima fue rociada con gasolina y encendido su cuerpo cuando presentaba ocho meses de embarazo, detonó la iniciativa de gestionar ante la Secretaría de Gobernación la emisión de la Alerta de Género para la entidad, por parte de la Coordinadora Feminista Olimpia de Gouges y Las Libres, esta última organización radicada en Guanajuato.

“Tenemos esa convicción, de que debe decretarse, de que debe de iniciarse ya y estaremos haciendo lo conducente”, dijo en entrevista reciente la cabeza de la coordinadora, María Luisa Sosa de la Torre.

La activista sostuvo que ya no es una alegoría decir que a las mujeres se les va la vida en salir a trabajar y sacar adelante a su familia, “porque la devaloración de la vida de la mujeres” ha llegado al grado que exhibe el caso de Claudia, al constituirse en muestra de que la parte más valorada de las mujeres socialmente, “la idea de que somos una incubadora solamente, que estamos hechas para parir, parir y parir, ya también se desmitificó”.

En Zacatecas se investigan actualmente 29 feminicidios, enmarcados así desde su tipificación ocurrida en 2013.

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