Ayer fue Día de los Reyes Magos, el pueblo, muchos zacatecanos, acudieron a la avenida Hidalgo, para disfrutar, si así se puede decir, de la tradicional rosca de reyes que los panaderos zacatecanos elaboran para repartir entre la sociedad, entre las familias que de alguna manera no tienen los suficientes recursos para comprar, como otras, una rosca y llevarla a casa para disfrutarla con sus hijos, con sus hermanos.
Ayer, esa rosca enorme, pasó como la de los años anteriores a la historia. Los reyes magos ya trajeron menos regalos para los niños y niñas de la capital, de los 58 municipios, un año de tristeza, un año de pobreza, pintado de colores alegres que sólo encubrieron en los rostros infantiles las lágrimas, el deseo de tener algo de alegría, algo de risas compartidas. Una rosca más, sólo eso.
Y las cabañuelas siguen, ayer fue la correspondiente al mes de junio, hoy es la de julio, incertidumbre en el campo, más incertidumbre en la política; en cada partido se menea la cazuela de formas diferentes. Ya se armaron las alianzas y aún no se deciden a señalar con certeza al sucesor de Miguel Alonso, el político joven que hace seis años creó expectativas superiores, que lamentablemente ahora se han convertido en aguas insalubres que un pueblo sediento y ansioso de verdades, de trabajo seguro y de respuestas claras no pudo beber.
Es este 2016 el año difícil y no para los zacatecanos, sino para los políticos, para esa “clase política” que se ha perdido y que se ha extinguido paulatinamente. Quedan los falsos, los aduladores y los demagogos que engañan, que mienten con tal de lograr puestos o cargos que ni entienden ni conocen. La historia los marca cada sexenio y cada seis años, cada 72 meses en la mayor parte de los municipios, llegan aquellos y aquellas que aspiran, que contienden por llegar ya sea a la gubernatura, a la presidencia municipal o a una diputación local, con discursos y mensajes que pretenden ser nuevos para que la sociedad crea en ellos, “estúpidas estupideces” que se repiten sexenalmente.
Pero los hombres y mujeres del territorio, siguen, a pesar de tanto engaño y tanta mentira, sus tareas cotidianas, aunque para el campo se hagan anuncios de programas con centenares de millones de pesos, o que para la minería ya existen puertas abiertas para avanzar en la exploración y desarrollo para la explotación de más fundos mineros. Que el turismo se encuentra en la cúspide porque ya la inseguridad ha sido controlada. “Estúpidas estupideces necesariamente necesarias” para que se diga, para que se escuche, para que se vea que esas millonarias inversiones han dado resultados. Falso de toda falsedad, pero bueno, eso es lo de menos, o bien pudiera ser lo de más, pero ya que estamos en el primer mes del año y en la primera quincena, aquellos que cobran rigurosamente gracias al esfuerzo realizado y gracias a la satisfacción del deber cumplido, les recordamos que la cuesta de enero será, seguramente que sí, este año de mayores rigores, lo poco o mucho que perciben, cuídenlo porque los que se van les ha valido una puro y dos con sal que en la entidad existan familias que no alcanzan con los pocos centavos que ganan, ni para la compra de un pastelito para el cumpleaños de un integrante de la familia.
Y si este año los campesinos están creyendo que va a ser bueno, tienen también que ser más observadores. El que se va y los que se van con él, no tienen ni el menor interés de informarles que ya lo pasado, pasado es y que si los precios de los energéticos van a la baja, pues eso a nadie le interesa porque es más el interés y la preocupación por saber quién va a ser el próximo gobernador. Que si Carlos Puente se vendió caro, que si Pedro de León irá por la alianza PRD-PAN porque en el PRI no lo dejaron por acelerado.
O que si Miguel Torres, José Narro y Rafael Flores se quedarán chiflando en la loma y que Geovanna Bañuelos le llora con rabia a David, por no haber aceptado esa alianza que hubiera sido provechosa, pero el senador lo dijo muy claro, más vale ir solos que mal acompañados; será que se refirió al PT de Bañuelos?, ¿o será que se refirió al agua y el aceite?
El tiempo es oro y si los recursos presupuestales no alcanzan y los quieren estirar, está bien, porque habrá que recordar que existe ya la autorización de un empréstito millonario que antes de que se vaya el que ya se va, debe de dejar, con sus funcionarios, bien clarito que es lo que se va a hacer o se pretende hacer con esos miles de millones de pesos. Zacatecas y los zacatecanos están a la expectativa en esta lucha sexenal de competencias: vamos a ver quién se lleva más y vamos a ver quién deja mayor deuda para el que llega y los que con él llegarán. Vamos a esperar para atestiguar, en los hechos, quién si mete a la cárcel a tal o cual sujeto, sin andar con aspavientos ni chorros amarillos fuera de la olla. Vamos a ver, vamos a esperar. ¿O usted que opina, mi estimado amigo de Jalpa?
Zacatecas no se merece esto.
Hasta aquí mi comentario, nos veremos en la próxima entrega. ■
