La zona Zacatecas-Guadalupe es una sola ciudad. Esta afirmación tiene enormes consecuencias, porque modifica la idea de gobierno municipal tradicional que centra su mando en un cabildo sobre un territorio específico. En este caso, como el de muchas zonas conurbadas y metropolitanas del país, se tiene un mismo territorio con dos gobiernos distintos. Por lo tanto, se deben constituir gobiernos municipales transterritoriales. Y además, los múltiples derechos de ciudanía: exigencias de inclusión de toda la población a todos los servicios urbanos, entre los que está la conectividad, la comunicación, transporte, agua, electricidad, escuela, hospitales, residuos, etcétera. Y en esos servicios se juega la inclusión a la ciudad o la marginación (en) la misma. Así, tener derecho a la ciudad es una exigencia contra la marginación. Además, la multiplicidad de derechos están enmarcados a un meta-derecho: hacer posible que las generaciones futuras los tengan también y que la ecología en que están sembradas las ciudades no se destruyan: mantos acuíferos, fuentes de energía, aire limpio y proveeduría de alimentos. Todo junto es una ciudad sustentable.
La zona ciudad Zacatecas-Guadalupe rebasó el límite proyectado hace unos años de los 260 mil habitantes, y se proyecta que para en 2030 tenga los 360 mil habitantes. Un crecimiento monstruoso que se expresa en un tráfico infernal en los centros históricos y los puntos neurálgicos de la conurbación. Para dar una idea del tipo de crecimiento desordenado de la Zona Conurbada Zacatecas Guadalupe (ZCZG), de 1990 a 2010 pasó de 2 mil 500 a 5 mil 500 hectáreas. Aunque los ritmos de crecimiento fueron diferenciados, la de Zacatecas fue de 65 y la de Guadalupe de 180 por ciento. Pero si las zonas de vivienda crecieron en Guadalupe, la zona de trabajo siguió estando en la ciudad capital. Como vemos, es un sola y misma ciudad.
Sin embargo, son preocupantes los problemas de agua: ya uno de los acuíferos (el de Bañuelos) prácticamente feneció por haber tapado con cemento las zonas de recarga de agua, por causa de ausencia absoluta de ordenamiento territorial. Las administraciones municipales han sido mediocres, corruptas e irresponsables. Y a la fecha se carece de un plan de ordenamiento urbano que determine los polígonos de asentamientos humanos, las zonas de recarga de acuíferos, los servicios para el menor traslado de población, las arterias de conexión de tráfico, el tipo y rutas de transporte público y la garantía de acceso a los servicios por toda la población. Décadas de promesa y nada de ordenamiento: continúa la arbitrariedad donde los empresarios desarrolladores deciden los lugares de asentamiento, junto con políticos que gestionan clientelas políticas diversas. Es un desastre que está llegando a su límite funcional. Y dado que las administraciones municipales han sido por completo ineficaces, la propuesta de hacer una secretaría estatal de movilidad y ordenamiento urbano toma actualidad y relevancia. El objetivo es construir, para los habitantes de Zacatecas-Guadalupe, el derecho a una ciudad sustentable.
- Y el derecho al silencio.
