La dificultad de interpretar el acontecimiento España, a la luz de los resultados de las recientes elecciones municipales y autonómicas, se incrementa aún más, cuando, como es lógico, entran en juego los intereses de los actores interesados en tomar el poder, intentando darle continuidad al éxito del llamado “asalto a las instituciones”, de cara a las elecciones generales.
Sabemos que, de nuevo, ha regresado la esperanza por los resultados logrados en los comicios, después de errores -y expectativas decrecientes- vinculadas especialmente a Podemos, y a otras candidaturas surgidas desde abajo, pero que no pudieron, por diversas razones –en conjunto, complejas-, estar a la altura de los logros de Barcelona, Madrid, A Coruña, Zaragoza, etc. la pregunta sobre la que gira esta segunda entrega, es si la dirección de Podemos cambiará su estrategia haciéndola más abierta al desborde, horizontal y con una composición plural… ¿Habrá un “Ahora Podemos” o “Podemos en Común”?
¿Cuáles serían los modos de generar los procesos de autoinstitución de la sociedad española, de manera reflexiva y permanente, capaces de poner fin al régimen del 78, mediante una efectiva radicalización de la democracia? Considerando el tiempo disponible, noviembre… ¿antes/después?
El desafió sigue siendo, derrotar a los dos grandes partidos del régimen, que –en juego de suma cero- podrían perder gran parte de su poder: el PP y el PSOE y sus adláteres locales. Pero, como es obvio en estas lides, todo dependerá de la inteligencia política, derivada de un diagnóstico (o, un balance) con la mayor capacidad de adherencia a lo real que sea posible, y del diseño de una “estrategia” engarzada mediante una hipótesis capaz de darles todas las victorias locales y regionales, a las fuerzas que han apostado por la “revolución democrática en curso”. El reto es inmenso, y está muy lejos de ser algo inscrito en algún tipo de determinismo (o de relación lineal causa-efecto), que tanto gustan a los especialistas de la ingeniería social al uso.
Afortunadamente el debate ha regresado también -con gran fuerza-, fortalecido por la confianza conquistada duramente por quienes desde una pluralidad tejida desde “desde abajo” han visto validados sus esfuerzos e hipótesis, refrendando la eficacia de la vía democrática radical, en el terreno electoral, en contra, incluso de quienes continuaban (y siguen) operando con la lógica política elitista, de intrigas y maniobras para conquistar y/o mantener el poder-. El debate, también, retorna derivado de la conciencia de las limitaciones de Podemos, pese a los mecanismos de defensa empleados por su dirección, negación, racionalización, inversión por lo contrario, etc., etc.
Pablo Iglesias corre el riesgo de convertir en una “profecía autocumplida” sus propias palabras dirigidas, contra Alberto Garzón de Izquierda Unida (IU), cuando apuntó lo siguiente: “En estos últimos tiempos las fechas de caducidad en política se reducen enormemente; y hay cosas que envejecen muy rápido.”, (y ello, en respuesta al señalamiento, de los periodistas en una rueda de prensa, sobre por qué razón, si, hasta hace muy poco, aún lo elogiaba, ahora lo criticaba). Es claro que con ese comentario –lapidario- intenta dar la puntilla a IU, buscando el trasvase de sus militantes y simpatizantes hacia Podemos.
Pero, sobre todo, y eso es justamente lo que nos interesa poner de relieve, evidenciando, quizás, a mi juicio, ese persistente error político, de Podemos y otras fuerzas, que puede costarle muy caro a la sociedad española que anhela un cambio de régimen. “Error” que Xosé Manuel Beiras, portavoz de ANOVA en Galicia, enuncia con claridad, como reflexión ante el dilema de si es mejor confluir o no confluir, entre las diversas fuerzas políticas y ciudadanas, en las elecciones generales de noviembre, reivindicando así a las candidaturas de unidad popular que con su éxito marcan la ruta a seguir. Este viejo y experimentado político recientemente señalaba: “no hay ninguna fuerza política que pueda ser el gallo del gallinero”, subrayaré aquí especialmente sus señalamientos de que… “considera un error que Podemos quiera ser el paraguas único que ampare una candidatura de unidad popular de cara a las elecciones generales [y su advertencia acerca] de los riesgos que comporta no entender este momento político y advierte que los partidos deben trabajar como motor auxiliar y no como protagonistas.”
Una idea central, para retomar, acá en Zacatecas, ante los previsibles resultados de los comicios mañana, es lo señalado por Loris Caruso, en un artículo titulado “Más que Podemos, vence el modelo Barcelona [en común].”, publicado en el manifiesto: “El éxito de un proyecto a favor de la política… depende del hecho que el radicalismo de los contenidos no sólo parezca racional y realista, sino que haya logrado encarnar en conflictos concretos y resultados tangibles, sin limitarse a enunciar al infinito el disgusto por la política de partido y la representación”. ■
Ver:http://www.dirittiglobali.it/2015/05/piu-di-pode%C2%ADmos-vince-il-modello-barcellona/
