La Gualdra 240 / Río de palabras
Yo, como todos
estuve plenamente loco algunas veces
por desgracia,
con demasiada prisa
volví a ser lo que se dice:
normal
vaya que algunos días fingí
-de manera impecable-
ser alguien que veía aparadores,
que vestía jeans a la moda,
que abordaba aviones,
y admiraba ídolos
y atardeceres por igual
vaya que entretuve complacido la mirada
en cientos de pares de piernas
de mujeres en minifalda
cuando del mundo dejaba de sorprenderme
pues era un loco,
que no encontraba un sitio,
mucho menos un sentido,
me detuve en las cosas mínimas
para salvarme
-como todos lo hacen-
y puse altares repentinos
efímeros y banales
para reposar la cordura
y no envejecer de locura antes de tiempo.