Desde un inicio López Obrador anunció que pensaba su sexenio dividido en dos partes: los tres primeros años serían para ‘limpiar la casa’ y la segunda para construir el proyecto de nación planteado. En los primeros años el gobierno ha eliminado muchos programas, algunos de ellos icónicos de los gobiernos anteriores, como el conocido como Progresa (y sucesores) o el Seguro Popular. En ese camino se eliminaron guarderías, apoyo al arte, hasta los recursos de ex braceros y el 3×1. Programas de apoyo a la producción de alimentos, a la ciencia y tecnología, etcétera. El cúmulo de programas o fondos desaparecidos son muchos. Como derrumbar una casa, para luego construir otra: el momento destructivo antecede a la construcción. Pero algunos tenían muchas bondades y eran rescatables con algunas modificaciones, como el caso (de interés en Zacatecas) del 3×1, donde se revolvían recursos de los tres órdenes de gobierno y los clubes de migrantes para construir infraestructura urbana local del interés de las comunidades migrantes. La pregunta es, ¿cuál es el motivo de la desaparición de esos programas? En la mayoría se aduce corrupción, pero no se exhibe la evidencia necesaria y en algunos casos casi imposible que esa fuera la razón (como el fondo ex bracero). Hay otra explicación.
El objetivo era desactivar esos programas porque constituían la fuente de acción y legitimidad de los grupos sociales y políticos que sostenían el régimen que se pretende superar. En la estrategia se observa un supuesto: la transformación pasa por cambiar de clase política y estructuras de poder. Y estos tenían la red programática mencionada como el sostén y forma de reproducción. En el 3×1 las redes de beneficio y legitimidad quedaron desactivadas. Sin embargo, los programas que sustituyeron a lo anteriores no han mostrado mejorar los resultados, como el caso del Insabi que no ha logrado mejores coberturas que el seguro popular. Han derrumbado la estructura de programas de lo que llaman ‘viejo régimen’, pero el costo social ha sido alto. La pregunta es, ¿en estos tres años sí podrán construir un nuevo edificio o quedarán fincas a medio construir?
La hipótesis es que estos 3 años que vienen son de edificación. Que ya fueron sustituidos no sólo los programas federales, sino el control territorial del país con las nuevas gubernaturas. Nuevos equipos de gobierno, con otros programas y otra hegemonía territorial. Y un fondo hacendario para financiar el desarrollo. Pues si la cosa es así, deberían anunciarse algo que supere las expectativas en desarrollo social y en el manejo de la economía. Hasta ahora no se ve nada de eso. se ocupa más información de cómo serán los 3 años que faltan, únicamente contamos con la declaración de que será el despegue del sexenio.
