19.8 C
Zacatecas
lunes, 6 mayo, 2024
spot_img

Un divorcio anunciado

Más Leídas

- Publicidad -

Por: LUCÍA MEDINA SUÁREZ DEL REAL •

Dada hace más daño a una idea, a una causa, a una lucha, que reducirla a una persona, a su líder moral o su ícono más visible.

- Publicidad -

Las personas son eso, sólo personas, con errores, con desatinos, malos humores, reacciones viscerales, equivocaciones, y también con enfermedades y fallecimientos.

Por ello el impulso lógico es destacar las virtudes de las instituciones, luchas y movimientos, y convertir en asunto individual los errores y traiciones.

El zapatismo lo entendió bien y se ha esforzado por minimizar la visibilidad del sub comandante Marcos, aunque en otros momentos este mismo personaje ha fungido como pararrayos las críticas.

El “lopezobradorismo” lo entendió también luego de que los tiempos de la resistencia a la reforma energética llegaran cuando el líder moral de este movimiento había padecido un problema del corazón que lo tenía hospitalizado.

Ahora esa fuerza se ha constituido en un partido-movimiento de nombre Morena, en el que si bien la fuerza de Andrés Manuel López Obrador es aglutinante, no es definitiva.

Contrastantemente, en los últimos años se han puesto de moda los candidatos independientes, muchos de los cuales –que no todos- han reducido a su nombre e imagen la posibilidad de hacer un cambio en el gobierno.

Es el caso de Jaime Rodríguez Calderón, conocido como El Bronco, que después de 24 años de militancia priísta, renunció a ese partido para enarbolar un discurso contra ese y todos los partidos, y asumió en su persona la esperanza y responsabilidad de hacer un gobierno distinto en Nuevo León, entidad en la cual actualmente es mandatario estatal.

A ello se vio obligado porque no podía cargar más en sus hombros con el desprestigio de su partido, y tenía, para fortuna suya, un carisma y capital político propio que le permitían enfrentar las urnas sin los logotipos del que fuera el partido de sus amores por casi un cuarto de siglo.

A eso apuesta también Alejandro Murat, hijo del ex gobernador de Oaxaca, José Murat, quien aspira al mismo cargo que ostentó su padre por el Partido Revolucionario Institucional (PRI). El candidato tuvo que borrar su apellido de las bardas y espectaculares de su campaña para suavizar con ello el repudio que recibía.

Da la impresión de que esa es también la estrategia del actual candidato a gobernador por la alianza Zacatecas Primero, quien parece estar apostándole a un discreto y cuidadoso divorcio con el partido que lo postula, y también con el actual gobierno estatal, en el que por cierto participó como secretario de Finanzas.

De esta manera, en los últimos días se ha visto un cambio en su discurso, pues si bien hace unos meses fue materia de memes por decir que él se sentía a salvo en la entidad, hoy en sus spots afirma que su gobierno resolverá los problemas de inseguridad. Esos problemas que hasta hace unos días, consideraba prácticamente inexistentes.

Empieza a circular también un spot con jóvenes que manifiestan ser “Tellistas”, en el cual, en casi treinta segundos de duración apenas si aparece un logotipo del PRI en el pecho de uno de los participantes.

El vídeo culmina con el rostro y nombre del candidato rodeado por un rosa mexicano. Muy lejos quedó ese rojo priísta con el que gustaban identificarse en la vestimenta, incluso en la que usaban empleados gubernamentales.

Temeroso del voto de castigo, es notoria la necesidad del candidato de distinguirse del partido que lo postula, y en el que milita desde hace años debido al gran sentimiento anti priísta que queda cada vez más de manifiesto, como puede atestiguar cualquiera que haya visto el desfile (o los vídeos del mismo) de ayer 1 de mayo.

No obstante, la apuesta resulta arriesgada si se atiende que no es fácil crear un “ismo” repentinamente, y no hay evidencias de que el tellismo como tal exista, pues no hay una fuerza personal o un liderazgo definido que permita englobar en un apellido a un movimiento o grupo de personas que compartan ideales.

A pesar de sus afectos y cercanías, el candidato priista no se encuentra en la condición que hace seis años permitió al actual mandatario ganar la gubernatura del estado gracias a su carisma y simpatía, en aquel entonces tan fuertes, que podría decirse a carta cabal que había un “alonsismo” que simplemente fue acogido por el PRI y el Verde Ecologista para poder ser llevado a las boletas.

La condición del actual candidato de la coalición Zacatecas Primero es más similar a la que vivió entonces Antonio Mejía Haro, víctima del voto de castigo que la ciudadanía ejerció ante el descontento por el gobierno de aquel entonces, a pesar de que no había pertenecido al mismo, a diferencia del actual gobernador, que había sido secretario de Turismo en el sexenio de Amalia García.

Resta un mes para las elecciones, el divorcio llega tarde y llega mal. No es fácil desmarcarse de un gobierno del que se fue secretario de Finanzas, y de un partido que lo llevó al Senado de la República y aún si lo lograra ¿de qué clavo podría agarrarse entonces? ■

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -