Desde su inicio, la sexagésima tercera legislatura del Estado, dio muestras de que sería una de las legislaturas más grises en la historia del Congreso Estatal, su principal acción y lo que desde aquel momento los haría obtener el rechazo de la ciudadanía fue el de revivir las mal llamadas herramientas legislativas, recurso que recibe cada año el Congreso del Estado y que hasta el 2018 había sido destinado para cada diputado la cantidad aproximada de 222 mil pesos mensuales que podía ser destinado entre viáticos cerca de 22 mil pesos y 200 mil para repartir en forma de dádiva disfrazado de un apoyo tan necesario para la población, en fin, para continuar haciéndose campaña durante el proceso y así alejando al Poder Legislativo de su principal función, legislar a favor de los zacatecanos.
Desde hace años había sido implementado dicho recurso como estrategia de maiceo a los diputados y mantenerlos entretenidos comprobando, incluso de forma ilegal, dicho recurso para poderse hacer de un mejor vehículo o más bienes, algunos hasta empresarios millonarios se han vuelto al cabo de un periodo legislativo. Fue la primer participación del ex coordinador de bancada de morena, Luis Medina Lizalde, la que abrió al debate público la inmoralidad de que diputados recibieran tanto recurso y que durante años hubiese sido callado por sus antecesores, dicha denuncia con el paso del tiempo desató una furia entre los ciudadanos, poco más de 79 millones de pesos anuales destinados hasta para fines personales de nuestros representantes populares.
Pronto se generó entre la ciudadanía el rechazo a dicho recurso, la mayoría de los diputados defendieron la percepción de dicho recurso señalando que la gente de sus distritos se veían beneficiados, aunque nunca transparentaron el destino del mismo, incluso algunos fueron exhibidos por comprobar con credenciales y firmas falsas cuando ciertos ciudadanos denunciaron nunca haber recibido dicho recurso, otros señalaron haber recibido cheques por cierta cantidad y que en su mayoría fue exigida de regreso por el legislador que lo había donado, fue hasta que existió una confrontación entre los diputados suplentes y los que habían solicitado licencia para irse de campaña por la exigencia de estos de que el recurso no fuera recibido por sus suplentes y fuera entregado hasta que ellos regresaran. Una inmoralidad que resultó en la eliminación de las herramientas, fue plasmada en nuestra Constitución Local la prohibición de que los diputados recibieran dicho recurso.
La actual legislatura no solamente revivió dicho recurso, el Gobernador arrojó una bomba de tiempo al considerar en el presupuesto de la legislatura la misma cantidad anual para dichos fines, los diputados pasaron sus primeros meses buscando la forma de hacerse de dicho dinero, lo lograron y hasta la fecha no existe transparencia sobre el mismo. Ahí se supo que tendríamos una de las legislaturas más grises y ambiciosas en la historia de nuestro Congreso.
Ahora se enfrentan nuevamente a la ciudadanía, la negativa de sesionar y legislar en favor del matrimonio igualitario los ha puesto entre la espada y la pared, buscaban generar discordia para no absorber el golpe político que recibirían por aprobar dicha figura en el Estado, pues ya es ley y no les queda de otra que legislar a favor del mismo. Tanto grupos pro familia y pertenecientes al movimiento LGBTTTIQ presiona a los diputados para que legislen en contra y otros para exigir sea a favor, este segundo movimiento ha ganado el respaldo ciudadano, pues una mayoría apoya la aprobación e incluso medios y periodistas se han sumado a la exigencia, aún así los legisladores temen aprobarlo y continúan confrontando a dichos sectores.
Esto no les ha sido suficiente, en sesiones privadas buscan discutir y aprobar diversas cuestiones que ha generado el rechazo de maestros, la venta de inmuebles pertenecientes a ISSSTEZAC ha movilizado al magisterio, mientras el Ejecutivo declara poco recurso continúan brindando a los legisladores millones para su beneficio, destina millones a ferias y a contratación de artistas, el despilfarro del dinero continúa.
Nuestros legisladores (aunque no todos pueden ser medidos con la misma vara) ya son vistos como la legislatura más gris que ha representado a los zacatecanos, están a tiempo de rectificar, de ponerse a legislar, de abandonar los beneficios que otros eliminaron y que los ciudadanos rechazan, de brindar derechos para todos por mucha minoría que algunos representen, de representar verdaderamente los intereses del pueblo y no de grupos políticos o familiares, de darle una leída a la Ley Orgánica y comprender cuáles son sus facultades y cuáles no, cuales son sus obligaciones y las cumplan. ■
