Alienta ver que en el país ganan terreno los esfuerzos para fomentar las metodologías de monitoreo y evaluación de las políticas públicas, con el propósito de lograr una gobernanza efectiva en la que los ciudadanos no solo tengan la prioridad que les corresponde, sino que también participen en todos los procesos de la administración pública.
Así se evidenció en la primera sesión ordinaria de la Red Nacional de Instancias Estatales de Monitoreo y Evaluación, efectuada en Durango, en la que participaron representantes de 23 estados, de organismos federales y estatales, el Centro para el Aprendizaje en Evaluación y resultados de América Latina (CLEAR LAC) y miembros de la academia, quienes coincidieron en la necesidad de monitorear y evaluar para asegurar máximos resultados para la sociedad.
A esa reunión de pares asistió Jaime Álvarez Hernández, director general de Evaluación del Gasto Federalizado, de la Auditoría Superior de la Federación, quien aportó informes que propician un razonado optimismo.
Expuso, por ejemplo, que el alineamiento de las leyes estatales con las federales en materia de evaluación llega al 93.7 por ciento, lo que significa que 30 entidades federativas ya tienen un marco jurídico que proporciona elementos básicos para la implementación y desarrollo del Sistema de Evaluación del Desempeño (SED), mientras 25 ya desarrollaron metodologías para cumplir con el Sistema.
Además, de las 32 entidades 28 ya tienen un área responsable de coordinación con el SED. Sin embargo, el funcionario de la ASF señaló que falta desarrollar estrategias y mecanismos para convertir las evaluaciones en mejora de la gestión, la transparencia y la rendición de cuentas y no solo sirvan para cumplir requisitos.
Quedó expuesta la necesidad, expresada por representantes de diversos estados, de que todos los funcionarios gubernamentales se involucren y comprometan en estos esfuerzos porque mientras no hagan suya la convicción de eficientar su trabajo, transparentar el uso de recursos y dar buenos resultados, dificultarán o truncarán los objetivos de eficiencia y honestidad, empeños de algunos gobiernos estatales.
En Zacatecas, donde se trabaja para reducir las áreas de oportunidad, se registran avances significativos y coincidentes con propuestas surgidas en aquella reunión nacional. Aquí se impulsa la formación de personal experto en evaluación y se establecen normas para que ese personal permanezca en el servicio público a pesar de cambios de administración. Es decir, ya se institucionaliza una auténtica cultura de la evaluación.
En ruta hacia una gobernanza efectiva desde el inicio del quinquenio de Alejandro Tello Cristerna, aquí consideramos necesario abrir y estimular espacios plurales donde interactúen académicos, expertos en administración pública –locales, nacionales y extranjeros –, miembros de la sociedad civil, consultores y evaluadores independientes, para debatir y consensuar enfoques, metodologías, experiencias y resultados, porque solo así el monitoreo y la evaluación serán consustanciales a todos los programas y políticas públicas.
En la reunión de Durango quedó firme la certeza de que generar monitoreo y evaluaciones es imprescindible para dar mayor bienestar a la población, así como lograr que las nuevas administraciones, federales, estatales o municipales aprovechen los indicadores arrojados por la medición de resultados.
Cambiar, corregir, eliminar o fortalecer programas, acciones o políticas, es, sin alguna duda, el camino hacia la excelencia gubernamental.
Zacatecas, ya enfilado desde hace poco más de dos años en la idea del Gobierno Abierto, impulsa también el monitoreo, como clave para alcanzar la transformación moral que exigen los ciudadanos.
Se reconoce que la transparencia, por sí sola, como intento de práctica gubernamental, es insuficiente si no es secundada por agrupaciones de la sociedad civil que estén atentas a la lectura de la información generada por los órganos oficiales de transparencia.
Es el caso del Comité Ciudadano de Monitoreo de Indicadores de Desarrollo, que mensualmente se reúne para revisar, junto con funcionarios de máxima jerarquía, el desempeño de las dependencias estatales que más inciden en el bienestar de las y los zacatecanos. Su contribución es constante y su corresponsabilidad abona a los objetivos planteados en el Plan Estatal de Desarrollo 2017-2021. Por fortuna no es el único en su género, porque hay otros organismos sociales o académicos dedicados a monitorear el desempeño gubernamental.
Es estimulante, pues, ver que las acciones de Alejandro Tello para construir desde el gobierno un Zacatecas diferente, en el que sus ciudadanos sean partícipes activos y corresponsables, no son aisladas, sino que desde otras latitudes también se arma el andamiaje que dará a los mexicanos una cultura de monitoreo y evaluación ya imprescindible. ■
*Titular de la Coordinación Estatal de Planeación
