Beirut. El ejército sirio pausó el bombardeo en la ciudad de Duma, último bastión rebelde cerca de Damasco, después de la medianoche, dijo este sábado un grupo que monitorea la guerra, mientras los insurgentes se preparaban para abandonar el resto de su antiguo enclave en Guta oriental.
Miles de combatientes y sus familias partieron de la vecina Harasta en autobús el viernes después de un acuerdo con el gobierno para entregar la ciudad. Insurgentes en otras localidades cercanas han acordado irse en términos similares.
La televisión estatal mostró este sábado imágenes desde un punto de cruce donde dijo que se habían completado los preparativos para la partida de esos rebeldes al noroeste de Siria. Se veían camiones y excavadoras en una importante intersección de carreteras que durante años fue un frente intransitable para el tráfico. Soldados caminaban por la zona.
El ejército avanzaba hacia las ciudades de las que los rebeldes se retiraban, dijeron medios estatales. Significa que solo queda Duma del enclave de la oposición en Guta oriental, que hace un mes Naciones Unidas dijo que albergaba a 400 mil personas y que constituía el principal bastión rebelde cerca de Damasco.
La ofensiva del Ejército sirio para capturarla -uno de los bombardeos más intensos en la guerra de siete años, con aviones de guerra, helicópteros y artillería- ha causado la muerte de más de mil 600 personas, dijo el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, que monitorea el conflicto.
Residentes y grupos de derechos humanos han acusado al gobierno de utilizar armas que matan indiscriminadamente. El presidente sirio, Bashar al Assad, y su aliado Rusia, que ha ayudado en su campaña aérea, niegan el uso de ese tipo de armas y dicen que su ofensiva era necesaria para poner fin al poder de los militantes islamitas sobre los civiles.
Unos 7 mil combatientes, junto con familiares y otros civiles que no desean volver bajo el gobierno de Assad, debían abandonar las localidades de Zamalka, Arbin, Ein Terma y Jobar a partir del sábado, dijeron los rebeldes y medios estatales.
Se dirigirán a la provincia de Idlib en el noroeste, el destino de muchas de esas «evacuaciones» después de los asedios y ofensivas terrestres que obligaron a varios enclaves rebeldes a rendirse en los últimos dos años. Pero no sería el final de la guerra para ellos, ya que los ataques sirios y rusos en Idlib han escalado en la última semana, causando decenas de muertos.
