Actualmente, las políticas públicas que se diseñan, implementan y evalúan en el estado de Zacatecas deberían tener como guía el Plan Estatal de Desarrollo. Este documento contempla un apartado dedicado a la Seguridad Pública. Quien haya sido el encargado de redactar este apartado poco o nada tuvo que proponer. Si ustedes revisan esta sección (no les tomará mucho son solo algunos párrafos), se darán cuenta de la carencia de profundidad de las propuestas que ahí se vertieron.
El documento deja muchas cosas al aire. Por ejemplo, el plan afirma que “se deberá reorientar la estrategia [de seguridad pública] no sólo de las autoridades responsables de la coordinación en la prevención, procuración y administración de justicia; sino incorporar a todas las instancias y agentes que inciden de una u otra forma en la materia”. Pero ¿cuáles son esas instancias? ¿Cómo se planea hacer? Eso no se detalla. Tal vez se deba a que había que dejarle espacio a la foto del policía empuñando un arma de fuego al lado de una niña.
Las metas referentes a la Seguridad Pública planteadas en el documento son solo tres y son igual de vagas. La primera de estas metas es certificar a 375 policías en cinco años. La segunda es instalar 230 cámaras de vigilancia en el estado. La tercera y última es instalar 58 consejos ciudadanos sobre seguridad pública. ¿Qué lograrán esos nuevos policías? ¿Qué estrategias implementarán para disminuir el crimen? ¿Para qué quieres las cámaras y cómo funcionarán? ¿Qué nivel de victimización quieres lograr? No lo sabemos.
Pero quizá el plan de desarrollo no era tan relevante. Después de todo, el 22 de marzo de 2017 se presentó la estrategia de prevención del delito que se habría de seguir. En ella, ahora sí, se delinearon acciones más específicas sobre cómo prevenir el delito. Vale la pena mencionar que esta estrategia se presentó cuando en la situación de seguridad pública empezó a empeorar en el estado. Como parte de la estrategia se presentaron cuatro diferentes dimensiones que buscan dar resultados palpables en ocho meses (para noviembre ya veremos los cambios).
En lo que respecta a seguridad pública, se resaltó que se llevarían a cabo canjes de armas, se harían más rondines policiacos y se instalarían cámaras de seguridad. En una edición pasada de este mismo espacio se argumentó que estas son buenas ideas, pero se necesita saber exactamente cómo se piensan realizar. No es suficiente solamente decir que se harán.
Dos meses después de que la estrategia de prevención fue presentada, en mayo de este año, el encargado de la Secretaría de Seguridad Pública de Zacatecas fue destituido. Quien lo relevó anunció que realizaría un mapeo criminal para saber dónde se estaban cometiendo los delitos. Una excelente iniciativa que sorprende no se haya hecho antes.
Lamentablemente, a pesar de las estrategias tan profesionalmente trazadas, la situación de la seguridad pública no mejoró. Esto es muy grave porque el ejecutivo del estado sabe que una de sus promesas de campaña fue que si no mejoraba la seguridad se iba.
Ante tan alarmante situación, se acaba de presentar la estrategia del Programa Estatal de Seguridad Pública. No nos confundamos, no es lo mismo que las otras estrategias presentadas en el mismo año, aunque sean muy parecidas. Esta nueva estrategia contempla 7 ejes rectores entre los que destacan; prevención, profesionalización y certificación policial, fortalecimiento de las tecnologías y procuración de justicia.
Igual que en el plan estatal de desarrollo 2017-2021, el detalle que tenemos sobre cómo se medirá el progreso y la efectividad de estos ejes es raquítico. De nuevo, los ejes son ideas que podrían funcionar, pero parece que no acabamos por encontrar como estructurar en un solo esfuerzo la lucha contra la delincuencia en Zacatecas. ¿Por qué?
Porque desde el inicio de esta administración se han realizado iniciativas aisladas. Ambos planes han sido presentados en momentos difíciles en términos de seguridad, dando así la impresión de que mientras la seguridad sigue empeorando, la reacción de las autoridades es hacer eventos para presumir los nuevos programas y de paso regañar a quienes tienen una opinión al respecto.
En días recientes el ejecutivo del estado dijo que “Zacatecas no necesita análisis y crítica en cafés, sin propuestas de acciones tangibles”. Es cierto, de poco sirve la crítica destructiva. Sin embargo, quizá se debe considerar que esas pláticas en los cafés, los análisis y las inconformidades se deben a que la gente está confundida. Resulta muy difícil sentir que hay un rumbo claro cuando se presentan iniciativas diferentes que buscan alcanzar el mismo fin. Tal vez si se explicará mejor, ambos, los ciudadanos y las autoridades podrían entender cuál es la estrategia de seguridad en Zacatecas y qué resultados está dando.
