Algunos opinan que estamos ante la presencia del agotamiento del modelo de gestión pública construido bajo la lógica burocrática tradicional, lo que representa una tremenda revolución del modelo de Max Weber que centra su actuar en la burocracia, y ahora el actuar del gobierno debe ubicar en el centro al ciudadano.
Tenemos presente, que hay una crisis global de falta de credibilidad y confianza en las instituciones, y que estamos viviendo un cambio de modelo en las relaciones entre ciudadanos e instituciones.
Significa también, que estamos transitando de ser habitantes de una demarcación territorial que sólo recibe beneficios, para convertirnos en ciudadanos, eso es que la población debe pasar de ser objeto social para convertirse en sujeto social coadyuvante de su propio desarrollo.
Además, la realidad contiene alto dinamismo tecnológico, globalizado, incierto en muchos aspectos y de gran complejidad, debemos provocar un mundo sostenible y desarrollado, en el camino del bienestar de la población, con un gobierno abierto, eficaz y honesto.
Por todo ello, la política debe renovar métodos, ir al encuentro de la ciudadanía y regresar al trabajo de base comunitaria, al trabajo territorial donde radica nuestra identidad y la razón de ser del Estado y sus instituciones.
Lo mejor que nos puede pasar es que haya cambio, cambio para adaptarnos a las nuevas realidades de la sociedad, pero también que haya diálogo y acuerdo por el bien común. Un verdadero cambio político desde la sensatez y la sobriedad, que nos ayude a ponernos de acuerdo en los temas que le preocupan a los Zacatecanos.
Independientemente de las filiaciones políticas, condición económica o social, nos une el amor por nuestra tierra, nos unen convicciones y pasiones; pasión por la política como instrumento de esperanza de todas las personas que desean una sociedad más equilibrada y libre, pasión por la democracia; incluso nos unen las diferencias porque deseamos encontrar respuesta a nuestros problemas desde diferentes perspectivas, donde podamos aportar nuestras propuestas y visión a la sociedad zacatecana que todos anhelamos.
Se ha vuelto urgente la conformación de espacios públicos para el debate, la reflexión y la propuesta, de instituciones que den respuesta a los requerimientos de los ciudadanos de hoy, activos, arquitectos de las nuevas democracias, a las que dan forma y vida, no sólo como sujetos de derechos, sino que se apropian de esos derechos y los ejercen a la vez que asumen sus responsabilidades ante su comunidad. Ciudadanos que ya no se resignan a decidir solo cada tres o seis años, la comunicación debe ser en dos direcciones y requiere ser un compromiso vital, diario, corresponsable y colaborativo.
Tampoco debemos agotarnos en los diagnósticos y los debates, debemos transitar a las ideas operativas, es momento de pasar de las críticas a las soluciones, de reinventarnos con acciones y actitudes para conectar con la ciudadanía, reestablecer la confianza para adaptarnos a la nueva realidad y encontrar nuevas vías para que todos los podamos participar de verdad en el proceso político; con renovadas instituciones públicas, que administren y gobiernen con mayor eficiencia los asuntos fundamentales del pueblo de Zacatecas.
Los institutos políticos se han rezagado respecto a las demandas de las sociedades modernas, ahora gobernamos, pero jamás nos conformaremos con los laureles de la victoria.
Trabajar diferente, es una necesidad por conquistar una efectiva gobernanza que se mida y se juzgue por sus resultados, a través de la eficacia, calidad y buena orientación de las intervenciones del Gobierno.
Trabajar diferente para devolver la política a los ciudadanos, sus legítimos dueños, porque sólo así, restauraremos la confianza en base al derecho fundamental al buen gobierno que merecen los Zacatecanos; por ello y para ello estamos trabajando diferente reconstruyendo la relación con un nuevo protagonismo ciudadano en la gestión pública.
*Titular de la Coordinación Estatal de Planeación
