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viernes, 26 abril, 2024
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Waters, el concierto histórico; indignación y euforia

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Por: ARACELI RODARTE SOLÓRZANO •

La Gualdra 266 / Música

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La gratuidad cuesta, pero vale la pena…

Catártico. Un concierto que vivirá en la memoria de su púbico, y si ésta llega a fallar, en su corazón, porque éste no olvida.

 

El sábado 1 de octubre, cerca de 200 mil personas entonaron los más grandes éxitos de la legendaria Pink Floyd y gritaron frases en contra de Enrique Peña Nieto, el actual y repudiado presidente de México, de este país de ricas tradiciones y paisajes pero con una lamentable situación de precariedad, injusticia e inseguridad.

Mother y «RENUNCIA YA» se hicieron uno, hermanados por la nostalgia, la melancolía y el dolor. Allí, coincidió una parte de zacatecanos; unos en primera fila y otros distribuidos en el resto del Zócalo capitalino y sus alrededores. Allí, donde Roger Waters ofreció su tan esperado concierto gratuito, en la noche del ya memorable primero de octubre de 2016.

Los zacatecanos se encontraron en una ciudad distinta a la que a diario pudieran encontrarse, unos tras viajar por su cuenta y otros tras trasladarse por cerca de ocho horas en camiones que salieron desde su lugar de residencia específicamente con ese propósito.

Como bien se había leído en crónicas de sus dos conciertos anteriores a éste, los cuales tuvieron como escenario el Foro Sol el 28 y 29 de septiembre pasado, preponderó el «TRUMP, ERES UN PENDEJO», así, con mayúsculas. De igual modo, Waters leyó su discurso contra EPN y contra la impunidad y la corrupción, temas dolientes y prevalecientes y que cada vez, y a pesar del pueblo, se intensifican más.

Ese día en la mañana, la fila para asistir al evento ya era larga. En unas partes, incluso, se dividía en dos, lo que generaba confusión tanto en quienes ya las integraban como en quienes iban llegando. Alrededor de la 1 de la tarde, los accesos fueron abiertos y comenzó la disputa por la cercanía al escenario. A las 4 de la tarde ya lucía semi-lleno, y dos horas después era imposible caminar dentro de él; durante el concierto, imposible moverse.

A las 4:30 de la tarde, Waters salió al escenario para saludar a su fiel público, recibiendo la euforia contenida durante todo un viaje o, tal vez incluso más, desde que fue anunciada esta presentación.

A esa hora, el sol todavía se presentaba con plenitud. Sin sanitarios al interior del Zócalo, los asistentes luchaban entre la sed y el miedo de requerir un inodoro. Sin embargo, pese a ello y a la falta de espacio para moverse, los espectadores salieron agradecidos del concierto, no así los desmayados y quienes estuvieron a punto de ello.

Pocos minutos después de las 8 de la noche, salió Roger al escenario, esta vez sí para el momento cumbre, un impresionante espectáculo audiovisual, signo de una preparación exhaustiva y de tributo al arte musical. En ese mismo instante, llegó también la lluvia. Algunos tomaron previsiones y compraron un impermeable cuando estaban formados, sin embargo, la mayoría no. Aun así, para todos, valió la pena.

El asombro que causó la primera imagen en movimiento sobre la pantalla, al igual que el resto de las proyectadas, pocos conciertos podrán superarlo. Speak to me abrió la noche. Cantos y gritos desde ese momento; también celulares y manos arriba. Era la fiesta musical del año entre los rockeros del país.

Le siguieron Breathe, Set the controls for the heart of the sun, One of these days, Time y otra versión de Breathe. The great gig in the sky fue cantada por las dos coristas, cuyos vestidos sorprendieron por su originalidad.

El repertorio también lo compusieron Money, Us and them -cuyo sonido del saxofón fue cautivante-, Shine on you crazy diamond -durante la que apareció en la pantalla el guitarrista y vocalista principal de la banda y primer líder de ésta, Syd Barrett-, Welcome to the machine, Have a cigar y Wish you were here, para dar paso a dos chimeneas que salieron por el lado derecho, detrás de la pantalla. Se unieron Pigs on the wing y Dogs.

El ex cantante, ex bajista y ex líder de la británica Pink Floyd intervino varias veces para emitir su postura en torno a las injusticias en México. Su famoso cerdo volador protagonizó una fascinante actuación. Éste, telón de frases como «Nos faltan 43», voló entre una pequeña parte de la audiencia, que no dudó en tocarlo.

Llegó la multicoreada Another brick in the wall y Mother, acompañada esta última por el «RENUNCIA YA» que, por supuesto, tuvo como destinatario a EPN. Enseguida, Run like hell, Brain damage y Eclipse, momento en que varios láseres formaron el prisma simbólico de Pink Floyd frente al escenario. Otro instante de placer para el público.

Fue entonces cuando el músico leyó su discurso contra Peña Nieto, al tiempo que la audiencia le gritaba «¡Asesino!» al presidente. En ese momento, euforia, indignación y enojo.

Waters cantó un fragmento de Pigs on the wing, complementado con imágenes de Donald Trump, otro personaje repudiado por sus actos y dichos discriminatorios, que, como una burla para los latinos, busca ser el presidente de Estados Unidos por la vía republicana y violentar sus derechos humanos. En esos minutos, se sumaron referencias a la guerra contra Gaza. Culminó su presentación con Comfortably numb, mientras seguía, incansable, el «¡Fuera Peña!».

Lleno de emotividad, de frases que calan hasta los huesos pero emocionan al alma al poder expresarlas tan libremente, fue el rock progresivo de Roger Waters para quienes anhelan paz y justicia en este México de adversidades.

Asistentes unieron en uno solo sus pensamientos acerca de este espectáculo: «Me pareció hermoso y creo que ha sido el concierto más importante en la historia de México, por el contexto político y social que vivimos en la actualidad», expresó la zacatecana María Magdalena Máynez Gómez, mientras que el también zacatecano Francisco Javier Ramírez Palacios, comentó: «El concepto de concierto cambia totalmente. Fue el mejor concierto que se ha dado en México, tocó temas delicados en la actualidad del país. Lo mejor».

El final, cuando la gente salía del Zócalo tras haber visto la más emocionante de las presentaciones de experimentación sonora, se integró por el conteo del 1 al 43, para pedir el regreso de los 43 normalistas desaparecidos de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero.

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra_266

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