La publicación que hoy nos convoca, nos deja conocer aspectos poco considerados, pero significativos, como en el caso en el que señala que muchos defensores de las plazas tomadas no ocultaron su nacionalismo, ni su valentía, eso sí, engañados o sometidos por el usurpador Huerta. El documento destaca, entre otros temas, que la primera rebelión contra el traidor, fue en Concepción del Oro, y la encabezó Eulalio Gutiérrez.
El texto que nos convoca pone de manifiesto, de manera categórica, muchos datos que por alguna razón se soslayaron, asimismo, nos deja saber que aún existen muchas fuentes documentales prácticamente desconocidas, o cuya difusión ha sido nula. De la misma manera, el autor denota un especial cuidado en describir el desarrollo táctico militar utilizado para la épica Batalla del 23 de junio de 1914, sin restar importancia a los enfrentamientos anteriores.
Vale destacar la imparcial postura del autor ante quienes fueron las verdaderas víctimas de aquel trágico acontecimiento: El pueblo, independientemente del bando al que pertenecían o de sus simpatías particulares; de hecho, sólo a un personaje adjetiva en varias ocasiones, sin que los calificativos resulten fuera de lugar, nos referimos a José Victoriano Huerta Márquez. Aguilar también nos ilustra sobre la situación posterior que vivieron sectores específicos de la sociedad, ya sean marginados o marginales, como lo fueron los niños, las empleadas domésticas o las prostitutas.
El documento, narrado en una primera parte con un tono que rememora los antiguos comunicados o partes, y en segundo momento a la manera de un documento más bien historiográfico, destaca por la ligereza de su lectura, misma que recurre en algunos momentos a ciertos coloquialismos, sin embargo, no deja de reflexionar sobre el acontecimiento que lo motiva, ni sobre las circunstancias de la época, planteando al lector algunos aspectos dignos de pensarse con más detalle. ■
*Cronista de Zacatecas
