Después de una intensa jornada electoral en 15 estados del país, en uno de ellos (Sonora) solamente en un distrito electoral, se vuelve necesario reorientar nuestra atención al debate sobre otros temas que son centrales en la agenda política del país: ¿Qué pasará con el Pacto por México?, y en torno a esa pregunta responder si es posible que pasen las reformas energética y hacendaria y, por último, reflexionar sobre los resultados en Zacatecas.
Muchos comentarios y tinta han corrido en torno a las consecuencias que traería para el Pacto por México el hecho de que el PAN y PRD fueran los grandes perdedores de esta elección, en mi humilde opinión, el pacto nunca estuvo en juego por las siguientes razones:
a) El Pacto no nace por un enfoque electoral sino para generar acuerdos de fondo sobre las grandes reformas que el país requiere. Es decir, el Pacto no contempla en sus apartados, formales o informales, convertirse en una mesa para negociar triunfos electorales, sino que se concentra exclusivamente en el debate de políticas públicas de fondo, muestra de ello es el agregado que se realizó al documento original donde se establecen una serie de reglas para garantizar la equidad del proceso electoral y que el mismo Presidente Peña Nieto instruyó a sus secretarios a que cumplieran de manera puntual.
b) El Pacto y las reformas que impulsa no son propuestas unilaterales del Presidente o del PRI, son el resultado de las agendas políticas y demandas históricas de los tres partidos políticos. Por ejemplo, se incluyó el tema del combate a los poderes fácticos que han planteado el PAN y el PRD en diversas ocasiones, así como el tema de la reforma de telecomunicaciones y la financiera.
c) El Pacto se ha convertido en uno de los principales ejes, junto con la política social y la del desarrollo económico, que ha impulsado el Presidente y que ha proyectado a México como un país en una nueva etapa de crecimiento.
Además de lo anterior, y una vez que se conocen en un alto porcentaje los resultados del proceso electoral, es necesario señalar, que nos arroja en general resultados favorables en mayor o menor medida para todas las fuerzas políticas, es decir, no hubo un gran ganador, por lo que nadie podrá atribuir al Pacto que los partidos hayan perdido o ganado la elección.
El proceso de consolidación de las reformas hacendaria y energética, bajo este contexto, tampoco debe afectarse, máxime por que ambas contienen elementos que los mismos partidos de oposición (ahora PAN y PRD) han venido impulsando como parte de sus agendas. El tema energético es el más paradigmático ya que se ha reconocido por el PRD la necesidad de modernizar el sector bajo reglas muy concretas que excluyan la privatización (como lo ha mencionado su líder moral el ing. Cuauhtémoc Cárdenas), tema aceptado por presidencia de la República, y visto con buenos ojos por el PAN.
Las lecciones de ZacatecasLos triunfos y derrotas de los partidos políticos serán tema de comentarios y editoriales por varios días, por ello no concentro ahí mi atención en esta participación. Son dos los aspectos que más deben llamar nuestra atención: Por primera vez en la historia de Zacatecas y de nuestro país tenemos un presidente municipal que no proviene de las siglas de un partido sino de la ciudadanía. El municipio de Enrique Estrada da una lección de que es posible jugar bajo las reglas del juego de la democracia sin tener que soportar la camisa de fuerza en que pueden convertirse, a veces, los partidos políticos; enhorabuena al gobernador, las autoridades electorales y sobre todo a los ciudadanos del municipio por este importante triunfo. Pero contrario a esta buena noticia tenemos una mala, el alto abstencionismo que rodeo el proceso electoral y que puede ser un llamado de atención a nuestros gobernantes sobre el cuestionamiento a sus resultados.
