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miércoles, 1 mayo, 2024
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Subiéndose al tren del mame

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Por: P. Aurelio Ponce Esparza • admin-zenda • Admin •

El fenómeno de las redes sociales ha impactado de tal manera que nuestra vida no se puede explicar sin ellas, a este propósito en nuestro país ha surgido el término “tren del mame” para describir cuando en redes sociales se sigue una tendencia en torno a un tema; de pronto todos opinan, a favor o en contra, sobre aquella situación o persona, el resultado es que el tema se vuelve “tendencia”, los memes se convierten en el modo simple  de opinar sobre dicha tendencia, son una especie de burla, que sin embargo, abona a que el tema siga vivo en las redes sociales. El ejemplo más gráfico de este proceso son los XV años de Rubí. Sin saber cómo todos nos vimos envueltos en este fenómeno y el nombre de Rubí o la Joya o el concurso de la chiva se convirtieron en tema actual.

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Para sentirte parte de esta sociedad tienes que subirte al tren del mame, es la única manera de ser parte de las redes sociales, de no ser excluido, de que te tomen en cuanta. Si alguien ignora una tendencia automáticamente se aísla y corre el riesgo de pasar al anonimato virtual. Hoy día nadie, especialmente los jóvenes, principales usuarios de las redes sociales, están dispuestos a verse excluidos, así que el único camino es subirse al tren del mame.

Por otro lado, no es desconocido el tema de los bloggers y de los bots, es decir, la capacidad de manipular la información hasta el grado de hacer de ésta una tendencia en redes. El caso más actual lo tenemos en Estados Unidos, en donde en las pasadas elecciones las redes sociales jugaron un papel crucial, y todavía hoy sigue la polémica sobre la intervención de Rusia para hackear servidores oficiales y sacar a la luz información comprometedora. Pero en México esto pasa también, por eso cabe la pregunta de que tanto el tema “Los XV años de Rubí” fue realmente una tendencia causada por usuarios normales, es decir, gente común que compartió la información y se subió al tren del mame  o una tendencia provocada por bots en favor de ciertos intereses. Es sólo una pregunta.

El fenómeno de las redes sociales es fuente de múltiples estudios y análisis sociológicos, antropológicos y psicológicos; especialmente en el mundo de los jóvenes el fenómeno adquiere características únicas. Desde mi humilde percepción alcanzo a vislumbrar algunos temas que se desprenden del mundo tan maravilloso, desconcertante y atrayente de las redes sociales.

El primer dato que salta a la vista es la enorme creatividad e imaginación para transformar y compartir información mediante los memes, de verdad, que es una cosa sorprendente. En cuestión de minutos, apenas sucedido algún acontecimiento las redes sociales se inundan con imágenes graciosas que buscan ridiculizar a dicha persona o situación. Los jóvenes son realmente creativos, inteligentes y emprendedores, pero no existen ni las motivaciones ni las oportunidades para canalizar tal capacidad hacia proyectos más productivos. México sigue siendo uno de los principales exportadores de cerebros. Si nuestro sistema educativo tuviera la capacidad de identificar y canalizar a tantos y tantos genios que caminan en nuestras calles, sin duda que la historia de ellos y la del país entero sería otra. Imaginemos si esa creatividad se enfocara en proyectos de investigación, seguramente pronto tendríamos un Nobel de física, química o literatura; sin embargo nuestros primeros lugares son vergonzosos: corrupción, impunidad, violencia, tráfico…y una lista interminable de desagradables primeros lugares.

Otro aspecto que me parece digno de resaltar es el hecho mismo de querer subirse al tren del mame, la necesidad que existe de ello. El dato refleja la enorme necesidad que tienen los jóvenes de ser aceptados, tomados en cuanta, queridos; pero al mismo tiempo es reflejo de la superficialidad de la vida, de lo indiferente y cruel que se puede llegar a ser en una sociedad que privilegia el tener por encima del ser, que pone toda su atención en el placer inmediato, en el goce anónimo e irresponsable.

Las redes sociales no son malas o negativas, los contenidos que ahí se suben pertenecen a los usuarios, si la red ofrece pornografía es porque alguien subió pornografía, si la red ofrece superficialidad, es porque quienes las usan suben contenidos superficiales; las redes sociales sólo reflejan lo que somos y vivimos, son la ventana que nos permite mostrarnos al mundo con lo que somos, pensamos y vivimos. Siempre hay depredadores de la red, hábiles para sacar provecho de los acontecimientos. Y como muestra las distintas posturas en torno al aumento del precio de la gasolina programado a partir de enero, los distintos actores políticos están tratando de capitalizar el hecho sacando raja política en nombre de un pseudo interés por la gente.

Las cadenas invitando a una subversión pacífica, convocatorias a manifestarse, a no comprar gasolina…no se han hecho esperar, los memes circulan en la red, el presidente es el principal flanco de ataque. Ante este panorama hoy más que nunca se hace necesario un espíritu de discernimiento para poder distinguir el error de la verdad, las noticias ciertas de aquellas inventadas o manipuladas, vallamos a las fuentes auténticas de la información, conozcamos a profundidad los temas de interés, confrontemos las distintas opiniones. No nos lancemos a la calle motivados únicamente por una noticia que llega al celular o por una cierta versión del problema que alguien compartió por Facebook. La situación que vivimos requiere mucho más que esa superficialidad. ■

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