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viernes, 17 mayo, 2024
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¿Qué haría AMLO como presidente municipal o como gobernador?

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Por: BENJAMÍN MOCTEZUMA LONGORIA •

La mayoría de los mexicanos aceptamos que Andrés Manuel López Obrador es un gran líder, también se vé así desde el extranjero. Además de visionario, perseverante, no es corrupto, no miente, no traiciona, tiene valores, principios, es un gran estadista, escucha y atiende al pueblo mexicano, con quien mantiene una relación directa y permanente, motivo por el cual es calificado internacionalmente como uno de los dos presidentes con mayor respaldo popular. Reconocer eso no nos hace aduladores o fanáticos.

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Desde antes de ser presidente ya se le reconocía su gran liderazgo. Incluso, la oposición lo elevó a “mesías”, así fuera como mofa fue creación de ella y no de sus seguidores; ya temblaba al advertir que “era un peligro para México”, porque en su comprensión rupestre, y concepción que arrastran de los antiguos colonizadores, no todos los mexicanos, que somos la mayoría, podíamos ser hijos con derechos de esta gran nación. 

El peligro siempre fue, y es, para un puñado de oligarcas de la economía y de la política. Dos clases sociales privilegiadas. Ellos nunca pueden hablar por nosotros, hablan para una minoría encapsulada en la riqueza y el poder que les da un modelo de sociedad que aún sigue siendo removido para instaurar uno de carácter más social. Nuestro presidente le llama Humanismo Mexicano, producto de la Cuarta Transformación pacífica y democrática de la vida pública de México.

“Por el bien de todos, primero los pobres”, se convirtió en una frase propagandística, pero también de sustancia programática en el ejercicio gubernamental. Eso resume la política social y el impacto que viven los oligarcas, acostumbrado a que su ganancia y privilegios resulte de reducir derechos laborales, económicos, culturales y políticos de la inmensa mayoría.

En 1983 había sido pronunciada por el exgobernador priísta de Tabasco, Enrique González Pedrero. Fue una frase hueca, sin sustancia. Igual como muchas otras de priístas y panistas, como ese lema de “una patria ordenada y generosa” que no se corresponde con la praxis del panismo actual.

AMLO recurre mucho a frases y conceptos atraídos de la historia; como el de “siervos de la nación” de José María Morelos; o el calificativo de “fifi” que era común en los tiempos previos de la Revolución Mexicana; igual el “amor con amor se paga” que corresponde a una obra teatral del cubano José Martín expuesta en México en1875. O el nombre de “regeneración” de los hermanos Flores Magón.

En esas condiciones, se entenderá que para comprender el significado que en AMLO tiene su concepto del Humanismo Mexicano se ocupa, entre otras cosas, una larguísima lectura y comprensión de la historia. Quizá sea el motivo por el cual no he conocido libro alguno que haga síntesis del pensamiento socio-económico, socio-político y socio-cultural del presidente y del modelo social que eso sugiere. 

Dos gigantes intelectuales como Enrique Semo y Enrique Dussel (recientemente fallecido) cercanos a AMLO han hablado de la 4T, pero no profundizaron en el modelo social que representa. Indudablemente, esa tarea está pendiente.

No es fácil tener una radiografía del modelo mexicano actual y su proyección histórica; como el que se tuvo, por ejemplo, con Vladimir Ilich Uliánov (Lenin) en la Rusia Zarista; porque el actual presidente mexicano no ha sido sistemático en esa importante tarea. En parte se entiende por su hiperactivismo político y de gobierno, y también a la poca conexión que le da a la filosofía de la historia (Materialismo Histórico) como conocimiento previo para comprender la historia misma. Pudiera ser mucho pedir cuando hemos tenido presidentes flojos e iletrados. Y la oposición está lejos de hacer una crítica así cuando su candidata goza de ignorancia y de flojera.

Por eso, como reflexión y autocrítica, podemos ver que en el movimiento de regeneración nacional (y en especial en el partido del mismo nombre) han podido participar personajes que nada tendrían que hacer en un auténtico movimiento transformador. Solo como ejemplo menciono dos nombres: Ricardo Monreal (obvio que toda su dinastía) y Marcelo Ebrard.

A la luz de esa reflexión, debemos preguntarnos si nuestros gobernantes más cercanos encajan en la 4T y han podido empujar al modelo del Humanismo Mexicano. Por ejemplo: David Monreal en el estado de Zacatecas o Saúl Monreal, en el caso de Fresnillo (y el resto de los gobernadores(as) y alcaldes del país). Si AMLO se inspira en muchos pasajes históricos que los vuelve praxis política y de gobierno ¿ellos en qué se inspiran? ¿Acaso usan frases huecas?

¿Qué haría AMLO como gobernador de Zacatecas? Demos una sola pista: dice nuestro escudo de armas: “el trabajo todo lo vence”. ¿Cómo hacer ese lema programa político y de ejercicio gubernamental? ¿Quién, en qué, para quién y cómo debe trabajar? ¿Qué debemos vencer? El espacio se me acabó. Feliz semana.

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