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martes, 30 abril, 2024
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El Paro del 9 de marzo. Las huelgas de mujeres cambian el mundo

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Por: ADRIANA GUADALUPE RIVERO GARZA •

El próximo 9 de marzo se ha convocado a un Paro Nacional de Mujeres; una huelga feminista que comenzó a visibilizarse y tener mayor fuerza a nivel mundial a partir de 2017, pues en más de 40 países se organizó la interrupción, por un día, de todas las actividades productivas y el trabajo reproductivo que realizan las mujeres.

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No obstante, estas paralizaciones laborales remontan a la lucha que hace más de un siglo algunas obreras iniciaron en diversas partes del mundo (Rusia, Austria, Alemania, Estados Unidos, España). El objetivo fue mejorar sus condiciones de trabajo; sin embargo, la mayoría fue reprimida por sus empleadores, de allí la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, declarada por la ONU en 1975.

Hay que tenerlo presente, la estrategia de las mujeres de detener la producción, el trabajo y el aporte a la economía, tiene una nueva cita con la historia, por ello se ha convocado al Paro Nacional. Ahora se conjunta la sinergia de mujeres emplazadas por un denominador común: la protesta por la crisis de discriminación y violencia de género; pandemia que no encuentra límites en los espacios en donde se comete, ya sea familiar, laboral, escolar, universitario, comunitario o institucional; llegando a convertirse en un contexto feminicida, lo que significa que ningún espacio es seguro para las niñas y mujeres.

El Paro Nacional no lo definen, convocan o permiten las y los empleadores, patrones, el Presidente de la República, gobernadores, ni líderes religiosos, políticos o sociales. Lo ha definido la historia del movimiento de mujeres que reivindica el derecho al acceso al trabajo digno, asalariado en igualdad de condiciones y con seguridad social; al ejercicio pleno de todos los derechos humanos, para vivir libres de discriminación y de violencia.

La historia de las mujeres ha visibilizado que, gracias a los movimientos sociales, ahora el trabajo digno —incluido el derecho a la huelga y al paro— sea un derecho constitucionalmente reconocido a las mujeres. Por lo que, en el ejercicio del mismo, debe respetarse plenamente la dignidad humana de las trabajadoras: del hogar, jornaleras, textiles, maestra, taxista, asistente, servidora pública, funcionaria, militante de un partido político, reportera, defensora de derechos humanos, directoras, diputadas, senadoras, juezas, magistradas, docentes, investigadoras, comunicadoras, fotógrafas, artistas, poetas, pintoras, escritoras.

Por ello, el principal cuestionamiento al que debemos acudir, cuando pensemos en el Paro del 9 de marzo, no es quién está detrás del mismo, eso —desde mi punto de vista— es ocioso y mal intencionado. Lo que hay que señalar con contundencia es el hecho de que las mujeres, en todas las latitudes, viven condiciones de discriminación y violencia que no deben justificarse, permitirse ni promoverse. La violencia debe ser erradicada de una vez por todas.

En el marco de la huelga de mujeres de este año, pregúntese si la incorporación masiva de las mujeres al ámbito laboral ha implicado el reconocimiento del derecho a salario igual, al acceso a la seguridad social, a condiciones laborales dignas; si a las trabajadoras domésticas se les reconocen sus derechos laborales; si las mujeres con alguna discapacidad son tratadas con respeto o si en realidad tienen acceso a un trabajo digno. Revise la condición de las mujeres indígenas, en qué espacios y situaciones laborales están siendo contratadas; cuestiónese si las jóvenes tienen acceso a trabajos que permitan su desarrollo profesional. Analice si las adultas mayores tienen acceso al trabajo o, si lo tuvieron, se garantiza su derecho a la pensión digna; si a las mujeres que realizan el cuidado de los otros se les reconoce como trabajadoras; si aquellas que deciden emprender un negocio lo hacen en las mismas condiciones que los hombres; o si las periodistas tienen las mismas oportunidades laborales y salariales que sus compañeros; si las servidoras públicas laboran libres de acoso y hostigamiento sexual. Es más, pregúntese si las mujeres trabajadoras pueden ejercer libremente su derecho a la huelga o al paro sin que sean señaladas, reprimidas, violentadas, persuadidas, se minimice o ridiculice su capacidad de organización.

El derecho a la huelga y/o al paro de labores están enraizados históricamente en la estructura de la resistencia obrera y de las reivindicaciones del trabajo organizado. Más allá de una visión formal o legalista —ya que este derecho está regulado con base a principios, clasificaciones y procedimientos específicos—, tienen fuerza reivindicatoria, por tanto, pueden comprender intereses profesionales, laborales, económicos, sociales, culturales, políticos, entre otros. Eso no debe perderse de vista, debemos tenerlo en cuenta al momento de ir colectivamente por un objetivo en común. De otra manera, se permitiría desvirtuar la protesta.

El Paro de Mujeres es resultado del ejercicio de un derecho humano, no es concesión de nadie; por lo que hay que dejar claro que no se circunscribe a llamados individuales, políticos, partidistas o de un grupo o movimiento específico; no es propiedad de nadie. Por su naturaleza, se acompaña, se respeta y/o se generan las condiciones para que se lleve a cabo en un ambiente de libertad y seguridad.

El Paro es de mujeres. Para que dejen de vivir en condiciones desiguales y violentas tanto en el espacio privado como el público. Su poderío está en la fuerza reivindicativa de los movimientos que lo impulsan. Su incidencia está en las redes que se puedan construir a favor de nosotras, de todas.

Ahora se han sumado instancias del gobierno federal, de los estados, universidades, partidos políticos, iniciativa privada, medios de comunicación. El gran logro, este 2020, es que el Paro de Mujeres está en la Agenda Nacional y es un hecho nunca antes visto.

Por ello, en el marco del Día Internacional de la Mujer evite regalar flores o chocolates. Evite mensajes de felicitación. No hay nada que festejar. La conmemoración del 8 de marzo se instauró para la concientización acerca de la condición de las mujeres en diversos espacios y ámbitos de la vida.

Este 9 de marzo que las mujeres paren. Que cada quien lo haga de acuerdo a su interseccionalidad, es la mejor manera de conmemorar.

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