En la minería en Zacatecas, después de 2010, los montos de producción y utilidades aumentaron en forma considerable, al grado que ya constituye 71 por ciento del PIB-industrial del estado, y casi 30 por ciento del PIB estatal. Su presencia económica es amplísima: representa 91 por ciento de la Inversión Extranjera Directa que recibe la entidad. Y aun cuando en los dos últimos años disminuyó un poco la producción y los precios de los metales bajaron ligeramente, las ganancias siguen siendo inmensas. Tan sólo Peñasquito tiene reservas probadas por 17 millones de onzas de oro, el precio de la onza de oro rebasa los mil 600 dólares cada onza. Sólo en 2011, las empresas mineras reportaron un aumento de 78 por ciento de sus ganancias, y de su producción (que subió 18 por ciento). Y el escenario de los precios es muy bueno, la plata aumentó en el mismo año 131 por ciento de su precio, y el oro, 36 por ciento. En este año, el escenario de las utilidades (con un escalón abajo) sigue siendo el mismo. Y llama poderosamente la atención el por qué no se agregan los costos ambientales de la industria minera en los informes económicos. Y al PIB industrial quitar el costo de resiliencia ambiental y con ello restar lo necesario para obtener el Producto Interno Real.
Sin embargo, la pregunta central es, ¿cómo encuadrar a la minería en una política social transformativa? Lo cual, nos debe llevar a tres preguntas centrales: ¿Cómo la minería puede hacer gestión ambiental local? ¿Cómo detona la diversificación? Lo cual significa hacer una serie de cálculos que, sin duda hay que realizar y publicar: ¿cuánta renta capta el Estado y dónde la invierte? ¿Cuánto recurso económico se requiere para detonar una política de capital humano, cohesión social y diversificación productiva en la región minera? ¿Qué estructura institucional se requiere para armar un programa de desarrollo social integrativo, por ejemplo, en Mazapil? ¿Cuáles son las capacidades del Estado que deben movilizarse en términos de recaudación, asignación y aplicación de recursos, ordenamiento y regulación, y en elaboración de consensos con procuración especial de cohesión social? Porque un Estado sin capacidades genera la pura colonización depredadora de las poderosas empresas mineras. Pues bien, con los datos que se nos ofrecen hoy mismo, de que se obtienen 450 millones del Fondo Minero, se puede decir por el lado positivo que es un avance pero es muy pequeño e insuficiente para las posibilidades reales que se tienen de obtener recursos para financiar realmente el desarrollo. A todos los ciudadanos nos quitan casi el 30 por ciento de nuestros ingresos de trabajo, y al capital apenas lo rozan con menos del 1 por ciento. Si se les afectara con la tercera parte de sus utilidades tendríamos recursos para en serio financiar el desarrollo humano del estado. Son recursos de la nación que empresas extranjeras explotan y a la población no le queda nada. Recursos que deben servir para planes estratégicos. 450 millones son poco menos que una burla, cuando deberían ser arriba de 7 mil millones de pesos. Un punto central en la agenda legislativa de estos años es justamente cómo se debe gravar y con cuánto a la industria minera no petrolera, y qué destino deben tener estos recursos. Ahora mismo sigue siendo una materia pendiente: es una oportunidad que sigue en el pozo.
