■ Algunos hacen notar que con las lluvias se encharca el agua y se pueden mojar los libros
■ Estar cerca de la acera es peligroso, señala comerciante que fue golpeado por espejo de auto
Algunos comerciantes que se encuentran en la Feria Municipal del Libro en la acera del Portal de Rosales expusieron que este espacio les ha causado molestias porque con las lluvias el agua se encharca en los stands y se pueden mojar los libros, además de que los autos pasan muy cerca de los puestos. Otros opinaron que el lugar es cómodo, aunque cuando pasan callejoneadas por Portales se reduce el espacio.
Ignacio Mejía, encargado de libros antiguos y de ocasión, mencionó que se ha visto afectado por la lluvia pues se deben subir cajas de libros para que no se mojen y consideró que es más cómodo trabajar en el interior de los portales. Consideró que es buena plaza este lugar, sin embargo, dijo que ha tenido pocas ventas, lo que podría ser por temporada vacacional.
“Estaría mejor que estuviéramos arriba; entendemos que los locatarios pagan sus impuestos pero debemos solidarizarnos y trabajar ambas partes. Dicen que les tapamos pero venimos un ratito a fomentar la cultura, y ellos se quedan”, dice el vendedor.
Cristian Veloz, de las librerías Juan Páez, mencionó que el espacio está reducido en esta área, aunque le ha funcionado estar en este lugar y ha tenido buenas ventas y con el toldo que se instaló no ha tenido que padecer del problema de lluvias.
“A mí me ha ido bien sobre todo en este espacio de portales; aquí siempre hay buena venta, por comparación con el año pasado en estas mismas fechas, cuando nos cambiaron a Jardín Independencia y tuvimos pocas ventas. Arriba de Portales se reduce el espacio cuando pasan callejoenadas”, dijo.
Para Erick Israel Hernández, de Libros Rodadantes, es la primera ocasión que trabaja en esta feria, y comentó que el estar en la acera es peligroso, ya que en pasados días fue golpeado por un espejo retrovisor de un auto que pasaba por avenida Hidalgo.
Asimismo, tuvo problemas por la lluvia. “Hubo momentos en los que ya no podía bajarme de la silla porque el agua se encharca aquí en los puestos. Es mil veces más seguro ahí arriba que aquí abajo”, señaló Erick.
Néstor Emanuel Pérez, quien vende libros de literatura clásica y antiguos, comentó que “sufrió” por las pasadas lluvias, y lamentó que los comerciantes establecidos de Portales vean a los vendedores de libros como una mala imagen para sus comercios.
“Cuando cae la lluvia la gente se va, la carpa nos ayuda un poco pero hay partes donde se salpican los libros, quien en verdad quiere leer se acerca y quien no, se va por los portales”, dijo Néstor.
