- Nómada*
Jiménez de Teul es un municipio que colinda, al norte, con el legendario Chalchihuites; al sur, con Valparaíso; al este, con Sombrerete: al oeste, con el estado de Durango, y hacia el suroeste, con la región de Nayarit. Estas condiciones geográficas, de cercanía con algunos importantes establecimientos precolombinos, dan como resultado que, en dicho municipio, existan manifestaciones artísticas y artesanales propias de una rica cultura popular. En la época prehispánica, el Teul estuvo habitado, periódicamente, por grupos chichimecas y otras etnias. El maestro Ponciano Guevara nos dice que, desde el siglo 13, vivieron en la región grupos tepehuanos, caxcanes, zacatecos, huicholes y coras, incluso plantea, como hipótesis, que los actuales habitantes del Teul eran originarios de la etnia huichol, quienes permanecieron sin mezclarse hasta que la frontera de Colotlán se constituyó como el octavo cantón de Jalisco, en 1854.
En la actualidad, varios grupos indígenas conmemoran la Semana Santa manifestando parte de su antigua cultura precolombina, por ejemplo, los mayos, habitantes de varios pueblos de Sonora, siguen con un rigor una serie de ritos que poco se parecen a los realizados por la Iglesia católica, como los fariseos, donde portan máscaras zoomorfas hechas con piel de chivo, mientras otros participantes de la conmemoración bailan la danza del Venado y la de La Pascola. En Chihuahua, los rarámuris también representan los fariseos, formando grupos contrarios. En Veracruz, el rito de la Semana Santa tiene que ver con ceremonias de propiciación, a través de las cuales nahuas y popolocas aseguran su ciclo agrícola. En la sierra de Nayar, los coras realizan un “Judea” que guarda cierta similitud con las de San Andrés del Teúl y San Mateo Valparaíso en Zacatecas. Por ello, para poder entender nuestro rito, es necesario conocer la tradición cora, ya que es probable que la Judea zacatecana tenga, como raíz, la representación nayarita, rito indígena que tiene que ver con la adoración al Dios Sol y con Cristo.
En San Andrés del Teúl, el rito inicia el miércoles Santo, con lo que la gente del lugar llama “el Prendimiento”: es entonces cuando aparecen los judíos, personajes que se “borran”, pintando parte del cuerpo, sobre todo la cara, con colores rojo y negro, además usan botones de papel metálico rematados con papel de china de diversos colores – gorros muy parecidos a algunos quepis que usan los juderos coras – . Los judíos del Teul después de “borrarse”, igual que en los pueblos del Nayarit, se desprenden de su personalidad y corren, durante muchas horas, en varias calles del pueblo.
El Jueves Santo se realiza, el “Lavatorio” en la iglesia principal del pueblo, después apóstoles y judíos realizan una procesión portando carrizos adornados con papel de china, cabe decir que los últimos detienen su carrera, periódicamente, para jugar baraja; en este día aparece asimismo, Barrabas, un peculiar personaje que usa peluca de pelo largo, traje negro – parecido a una sotana – y cadenas. Además dentro de la representación, aparece el cuerudo y el de la mano, quienes son los que mantiene el orden entre los danzantes. El de la matilla, personaje que dirige la procesión, es similar a los judíos pero porta una franela. A partir del miércoles Santo, se aparecen seis muertes que hacen travesuras durante el recorrido. Es importante anotar que la procesión se acompaña con música de tambor y una trompeta hecha de cuerno de vaca.
El Viernes Santo, los Barrabases son perseguidos en los cerros cercanos a la comunidad; posteriormente, a las 11 de la mañana inicia el Vía Crucis. En esta romería aparecen juderos, jueces, Verónicas, centuriones, fariseos y hasta los carpinteros que elaboran la cruz. El recorrido sigue a las 14 estaciones hasta llegar al monte donde se crucifica a Jesucristo. ■
*Espacio patrocinado por la Secretaría de Turismo del Estado de Zacatecas
*Espacio de difusión de las Fiestas y Tradiciones del Museo Etzcuincle
